RYDER Tomé la mano de Avery mientras la guiaba hacia el camarote. Había puesto todo de mi parte para esto —bueno, más o menos—. Abrí la puerta del camarote de un empujón, llevándola al dormitorio de invitados en el barco. No había querido arreglar la habitación que usaban William y Sienna porque eso me daba un poco de escalofríos. Así que me propuse renovar el cuarto de invitados. —Dios mío… —Su voz se desvaneció mientras se llevaba las manos a la boca—. Esto es una locura. Sonreí mientras ella observaba los pétalos de rosa y las velas falsas —no pensé que valiera la pena arriesgarse con un incendio—. —Romántico, ¿verdad? Ella soltó una risita, girándose hacia mí. —Diría que sí. —¿Demasiado? —Para nada —rio, aunque podía escuchar los nervios en su voz. Me giré hacia ella y alc

