Salir con mis hijos en familia fue lo mejor que Darío nos pudo haber hecho, después de hablar con nuestros abogados y dejar todo en manos de ellos nos regresamos a casa. Los chicos ya no se estaban esperando, comimos y nos cambiamos ya listos, subimos todo a la camioneta y partimos hacia la cabaña de los abuelos, ese ha sido buen lugar de escape de la rutina para la familia. Durante el camino se me ocurrió poner música, empezamos a cantar, lógico, era música variada que donde armamos un pequeño karaoke, las burlas y las risas hicieron corto el camino olvidando los sucesos ocurridos últimamente. Antes de llegar a la cabaña pasamos a cenar al pueblo cercano, ya había oscurecido, con Darío decidimos no comentar absolutamente nada de lo sucedido, así que nos enfocamos a ver sonreír a nuestr

