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1131 Palabras

  Entré por la segunda puerta evitando la gente aglomerada fuera,  buitres les decían y tenían razón con el término.  No iba a nuestra oficina,  no, sino al depósito de armamento que estaba en el piso 2. Decidí subir por las escaleras, era más discreto aunque peligroso en mi estado, por lo que lo hice suavemente y tardando más de la cuenta llegué a donde debía. Sonriendo me di cuenta de que quien debía vigilar,  no estaba en su lugar y aprovechándome de la situación, abrí la puerta. Claro que las cámaras me veían, claro que me despedirán cuando esto acabara, pero me valía mierda,  necesitaba las armas. Frente a mi una colección de pistolas y revólveres, todos los calibres, tamaños y dimensiones. Municiones, pistoleras, chalecos antibalas, rifles de largo alcance y granadas, cascos y guan

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