Lo llevo al cuarto de baño y lo seleccionado cono había colocado sus cosas en un armario debajo del segundo lavabo. - Me parece bien -dijo él. - Ocupo la mitad de tu armario también. Hay sitio de sobra. - Estupendo. Entramos en la habitación donde le soltó la mano y se sentó en la cama. - Siento que ocupo tu vida. - ¿No es eso lo que hace una esposa? –Dijo con diversión. - ¿No sientes ... como que me meto demasiado? ¿Cómo se dice ...? ¿En tu espacio? En su espacio. Su esposa balcánica usaba unas palabras ... - No. Para mí está todo bien. ¿Qué no me iba a gustar? Se está bien contigo y cocinas fenomenal. - Bien -se abordar-. Me acuesto entonces -se metió en el cuarto de baño y salió dos minutos después con una pijama que cubría tanto como la ropa que llevaba de día. Al menos pudo

