bc

No me dejes

book_age16+
892
FOLLOW
3.8K
READ
family
decisive
drama
bxg
city
athlete
like
intro-logo
Blurb

(Nota: esta novela si sitúa poco después de los hechos del último libro de Entre Zapatillas y Balones, por lo cual se recomienda leer toda la saga con anterioridad)

Tres parejas, tres historias diferentes, pero igual de conectadas, en donde el amor se ve en peligro, pero ¿podrá terminar venciendo?

Brian acaba de perder a su esposo de manera trágica, y ahora deberá seguir adelante con Scarlett, a la cual ha adoptado como su hija, pero Ian reaparece en su vida para terminar de ponerla patas arriba.

Claire no quiere nada con Zac, pero él insiste en recuperarla a cómo dé lugar.

Brenda y Tai, la que parecía la pareja más estable de todas, empieza a tener problemas.

**********

Historia Registrada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor de Colombia bajo el registro #10-988-216

chap-preview
Free preview
Capítulo 1
NARRA BRIAN                                       -Entonces, con mi firma ¿ya todo queda legalizado? – pregunté, emocionado. -Sí, la adopción quedará en firme, y la niña tendrá su apellido – me dijo la señorita juez. Todo fue realmente rápido. Desde la muerte de Francis, solo he tenido que quedarme en Francia un mes y medio. El expediente que me abrieron las autoridades francesas para investigarme por supuestamente ser cómplice de los crímenes de mi marido, quedó archivado, y con el proceso de adopción de Scarlett tampoco demoré mucho, ya que Francis había dejado consignado expresamente en su testamento que si le llegaba a pasar cualquier cosa a él y a Donatien, autorizaba que la custodia y la adopción definitiva de la niña fuera mía.  Miré a la niña, la cual estaba sentada a mi lado, con un vestidito elegante, y es que claro, cuando uno se presenta en la oficina de un juez no puede ir vestido de cualquier manera. Estampé mi firma en los papeles de adopción, estreché la mano de la juez, y salí con la niña de la mano, ambos felices. -¿A dónde iremos ahora, papi? – me preguntó la nena. -A casa – dije, claro que refiriéndome a Manchester – con tu mami. -Pero… ¿nuestra casa no es aquí? – preguntó la nena, con extrañeza. No, para Scarlett, Inglaterra no es su casa. Para ella, mi país es solo un lugar turístico. Ella ama Francia, como cualquier francés lo hace. Si por algo son conocidos los franceses, es por su nacionalismo extremo, ese que llega hasta el extremo de que no les guste aprender a hablar inglés. De ahí que Francis manejara un inglés muy básico, y que a veces le costara entender mi inglés británico, que claro que es muy diferente al inglés americano que él manejaba. Francis. Por la cosa más mínima me acuerdo de él. Empezando porque Scarlett es la clara estampa de él, su copia femenina. La única diferencia entre ambos es que Scarlett es…aún más extrovertida. Demasiado, diría yo. -Nuestra casa ahora está en Inglaterra, con mamá Bella, Jeremy, tu hermanita Pilly, tus abuelos Jake y Melanie… -No…no me gusta Inglaterra, es muy fría, y aburrida – dijo la nena, haciendo un puchero y cruzándose de brazos – me quiero quedar aquí. -¿No quieres ir con mami? -Quiero que mami Bella venga aquí – dijo ella, con la tristeza notándose en sus inocentes ojitos. Sabía que me tendría que enfrentar a esto. Scarlett puede que sea pequeña, pero tiene muy claro lo que quiere. Y lo que quiere, es quedarse en el país que la vio nacer. -Tal vez en un futuro regresemos, cariño, pero ahora debemos irnos. Te prometo que las cosas serán divertidas en Manchester – le dije, en un precario intento por convencerla. La nena no siguió insistiendo, aunque en su gesto se notaba que no le convencía la idea de tener que irse de Francia. Si no me está haciendo un berrinche en frente de los funcionarios del registro civil, es porque Loana y Orson la han educado muy bien, y hace rato que dejó de hacer los berrinches que solía hacer antes. En cuanto a Loana y Orson, claro que a ellos también traté de convencerlos de que vinieran conmigo a Inglaterra, porque bueno…sé que no podré solo con Scarlett, pero ellos insistieron en la promesa que le habían hecho a Francis de cuidar su propiedad. Y bueno…ellos tampoco es que quieran de a mucho pasar su vejez en una tierra “fría” como la mía. Fue así que, con una Scarlett algo desanimada, salí del registro civil, escoltado por Travis. Sí, el esposo de mi ex cuñado ha sido el encargado de mi seguridad y la de Scarlett en todos estos días que hemos estado haciendo varias diligencias en París. Francis tenía muchos enemigos, y claro que amenazas no me han faltado. Todos creen que quedé como el “viudo feliz” al heredar la fortuna de Francis, sin saber que repudié dicha herencia, y pretenden cobrarme a mí todo lo que mi esposo les quedó debiendo. -Donatien no está nada feliz con esto – me dijo Travis apenas ingresamos en la camioneta blindada que se me había dispuesto para mi protección. Si, aún se me sigue tratando como el “primer caballero de París” aunque dejé de serlo hace mes y medio con la muerte de Francis – he tratado de convencerlo de que es lo mejor para la niña, pero, bueno…ya sabes cómo es él. -No dejará de verla. El juez ordenó que la nena debe visitarlo al menos una vez al mes, así esté conmigo en Inglaterra – dije, recordando ese pequeño detalle. Debo traer a Scarlett cada mes para que visite a su hermano en la cárcel. Cuando veo a Travis, recuerdo cómo era yo al principio de mi matrimonio con Francis. Un iluso enamorado, así era yo. Claro que sabía qué tipo de persona era mi esposo, pero el amor me cegó. Y eso está pasando con Travis, que aunque sabe que su esposo efectivamente participó en la autoría de un atentado terrorista, trata de pasarlo por alto. Y no lo juzgo para nada. Yo era consciente de los negocios para nada lícitos que mi esposo hacía, y yo solo hacía de cuenta que nada pasaba. -Y… ¿él cómo está? – le pregunté al franco-americano. -En la cárcel lo tratan bien, ya sabes…los que tienen el dinero, tienen el poder. Y bueno…al Donatien heredar la riqueza de Francis, ya te imaginarás. -Sí, ya me hago a la idea – dije, imaginándome a mi ex cuñado como el capo de la cárcel. -¿Sabes? Donatien me dijo que apelara la decisión de la adopción. Me pidió que fuera yo el que luchara por la custodia de Scarlett, pero ¿sabes por qué no lo hice? -¿Por qué? -Porque he visto lo enamorado que estás de esa niña, y no sería justo apartarte de ella. Ya suficiente estás sufriendo con la muerte de tu marido. Yo le sonreí levemente. Si, Travis es buen tipo, todo lo contrario a su esposo. Es alguien con un corazón de oro. Lástima que esté casado con alguien que definitivamente nunca será como él. Scarlett no podía entender todo lo que estábamos hablando, ya que nos estábamos comunicando en inglés. Travis por supuesto que tenía que hacer esfuerzos por entender algunas expresiones británicas incompresibles para él, pero terminaba por entenderme. -Ustedes los ingleses y su acento tan raro – dijo el franco-americano, encogiéndose de hombros – espero que a Scarlett no se le vaya a pegar ese acento viviendo allá. -Oh, no lo creo. Conozco a un par de belgas que han vivido muchos años en Inglaterra, y créeme que no se les ha pegado el acento inglés. Llegamos al aeropuerto. No tendremos despedidas dramáticas esta vez. De Loana y Orson nos despedimos ayer cuando estuvimos en Béziers, y de mi hermano y Camille nos despedimos la semana pasada cuando fuimos a visitarlos para conocer a los mellizos Odette y Sigfrido. -Supongo que hasta aquí te acompaño – dijo Travis, algo desanimado. Y es que claro, se podría decir que formamos un tipo de amistad en estos días que él tuvo que estar conmigo casi que las 24/7 escoltándome – cuídate. Los enemigos de Francis podrían tener gente en Manchester. -Sí, claro que tomaré precauciones – dije, no gustándome el hecho de que deberé tener de ahora en adelante los ojos bien abiertos – y tú, bueno…evita que tu marido haga alguna estupidez en la cárcel. Nos bajamos de la camioneta blindada, la cual aparcó en un exclusivo parking del aeropuerto, de esos que se supone que solo pueden usar importantes personalidades, todo para evitar el acoso de la prensa. Por supuesto que en estos días no han faltado los paparazzis que tratan de captar cada movimiento que hago. Ya en la sala de embarque, a punto de pasar a los controles, y hasta donde Travis podía acompañarme, nos despedimos con un significativo abrazo. Ambos sabíamos lo que era sufrir a causa de un Levallois, y esto nos había unido más de lo que nos podíamos haber imaginado. -¡Adiós, Travis! – se despidió la nena del grandulón, y este claro que no evitó que sus ojos se vidriaran cuando la niña lo abrazó para despedirse. Todo el mundo se encariña con ella, imposible que no. Durante la hora y media de vuelo directo a Manchester, me fui escuchando música, mientras que Scarlett veía dibujos animados por la pantallita de TV del asiento. He intentado de mil maneras no ponerme a escuchar música triste, así que he optado por escuchar canciones de Super Junior y BTS. Sí, a mí también se me ha pegado la obsesión por los grupos coreanos. Mi favorito es BTS, y mi bias es V. Todo fue gracias a Bella, que se dejó pegar la obsesión de Brenda, y a ella se le pegó por Tai. En fin…todos estamos locos por los coreanos. -¿Estás escuchando BTS? – Me preguntó la nena, al aburrirse de ver dibujitos - ¡yo quiero! Me quité uno de mis auriculares para dárselo a ella, y ella se lo puso en su oído,  y empezó a tararear la canción que yo estaba escuchando.   -Moni moni moni – cantó la nena, siendo la única parte del coro que podía medio pronunciar, aunque no lo hiciera bien. Y así, entre canciones de BTS y Super Junior, llegamos a suelo mancuniano. De nuevo me encuentro en la ciudad que me vio crecer, y esta vez no vengo de visita. Vengo a radicarme definitivamente. Esta vez no había nadie que nos pudiera recoger en el aeropuerto. Todos andan ocupados. Algunos con sus trabajos, y otros, con sus hijos pequeños, así que tuve que tomar un taxi a un hotel. Bella me había insistido en que me quedara en su casa mientras consigo un lugar donde viví, pero yo me negué rotundamente. No quiero incomodarlos. No ahora que tienen una hija. Y por supuesto, no me hospedé esta vez en los hoteles 5 estrellas en los que solía hospedarme. Esta vez estoy en un motel. Si, lo sé, algo muy bajo para donde yo solía quedarme, pero como no sé hasta cuándo pueda conseguir un lugar donde vivir, tuve que optar por algo barato. Fue poco lo que pude recuperar de la caja fuerte de Francis, antes de que llegaran a sacarlo todo de la mansión. -Papi, no me gusta aquí – dijo la niña, al ver que la habitación que nos asignaron no era como las lujosas habitaciones a las que ella se había acostumbrado. -Solo será por un tiempo, no te preocupes – le dije, dejando nuestras maletas a un lado de la cama - ¿tienes hambre? Puedo ordenar algo. La nena solo asintió, y se sentó en un borde de la cama, con la incomodidad notándosele por encima. Después, empezó a tiritar de frío. Si bien la calefacción de la habitación está prendida, no es la suficiente. Aunque ya estamos entrando a la primavera, todavía sigue haciendo un frío de los mil cojones. Una vez ordené algo de Nando’s, busqué en el pequeño closet alguna manta térmica para que Scarlett hiciera frente al frío, y se la di. La niña se acostó en la cama, y la tapé con la manta, y así poco a poco fue recuperando algo de calor. Cuando almorzamos, no tuvimos mucho qué hacer. La habitación no tiene televisor, así que la nena solo se dedicó a jugar con mi celular, y yo a revisar mis r************* . Miles de mensajes llenan mis buzones, y aunque no los puedo leer todos, sí trató de leer algunos, y todos tratan sobre las condolencias que me da la gente por la muerte de mi esposo. No era buen hombre, pero todos se compadecen de mí, porque se imaginan todo por lo que tuve que pasar con él, y aguantar hasta el final. Y lo más importante: la mayoría de personas entienden que el amor es ciego. Bella no tardó en escribirme. Se molestó un poco porque no le avisé sobre nuestra llegada, y porque no llegué a su casa. Y claro, se escandalizó cuando le dije que nos estamos hospedando en un motel, y el nombre no se lo di para que no se le diera por buscarme y sacarnos a rastras. -Solo es momentáneo, mientras consigo un lugar donde vivir – le dije por celular. -Ni mierdas. Te vienes a mi casa ahora mismo – dijo ella con contundencia.   -Bella, no quiero incomodar… Y así, tras un tira y afloja, Bella se rindió. Eso sí, me dijo que quería vernos, así que nos invitó a cenar a su casa. La nena y yo esperamos a que fuese la hora, nos alistamos, y cogimos un taxi hacia la mansión de la familia Pereira. Apenas toqué la puerta, la que nos abrió fue Bella, y soltó un chillido de felicidad al vernos, y nos abrazó. Scarlett por poco y se pone a llorar de la felicidad. Hace semanas que no nos veíamos, la última vez fue en el funeral de Francis, y de eso ya casi dos meses. -¡Anden, pasen! ¡Están en su casa! – nos dijo Bella, contentísima. Vimos entonces a Jeremy en la sala, jugando con Pilly. Scarlett de inmediato claro que se fue a mimar a la pequeña, que ya es una morenita regordeta de casi un año. Vaya, cómo se ha pasado el tiempo. Mientras cenábamos, yo veía ese cariño de mamá e hija que existía entre Bella y Scarlett, y me tranquilizó saber que no estoy del todo solo en esto. Sé que para cualquier cosa que tenga que ver con la niña, contaré con Bella. Tal vez legalmente sí soy papá soltero, pero claro que Scarlett tiene una mamá, y es Bella. -¿Querrán algo de té? – nos ofreció Bella apenas terminamos de cenar. -Para mí café – dijo Jeremy, y es que él nunca se terminará de familiarizar con el té inglés. Acompañé a Bella a la cocina, tal vez ahí tendríamos algo de privacidad. Ella entonces puso a funcionar la cafetera eléctrica, y yo por mi parte puse a hervir agua para nuestro té. -Hablé con Gina. Por supuesto que está encantada de hacerte parte de la compañía – dijo Bella, y es que desde días de antelación veníamos hablando sobre el asunto de mi trabajo. -¿Como coreógrafo? -Sí…a menos que solo quieras ocupar un cargo administrativo. No, por supuesto que no quiero ocupar tan solo un cargo administrativo. Quiero poder seguir bailando, aunque sea solo para guiar a otros. No me veo sentado en una oficina haciendo nada. Y claro que mi deseo sería poder volver a ser bailarín, pero mi rodilla no me lo permite. Aunque ya no necesito muletas para caminar, todavía cojeo de a ratos, pero seguiré yendo a fisioterapias. Aun no pierdo la fe. -Bien, entonces… ¿Cuándo empiezo? -Mañana oficialmente empezamos los ensayos para la temporada de verano, así que… ¿puedes ir mañana, verdad? – preguntó ella. -Sí, claro – dije, con contundencia, listo para empezar mi nueva vida en Manchester, como papá soltero. Soy joven, y todavía me queda toda una vida por delante. 

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Sazón del corazón

read
164.7K
bc

Efimero (Devil's touch)

read
372.5K
bc

La guardaespaldas

read
52.9K
bc

Versus

read
84.4K
bc

La Mirada de Jade

read
88.7K
bc

Tras tus Huellas

read
35.4K
bc

AMOR VERDADERO

read
304.3K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook