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Accidentalmente Enamorado

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"¿Cuanto tiempo tardaremos para remediarlo?"

Lena Johnson ha vivido el sueño de muchos, ha viajado y conocido más que muchas personas, ha sido feliz desde que tiene memoria, pero sin estabilidad de ningún tipo, por lo que al momento de volver al mundo real, se estrella ante la vida.

"Solamente remediarlo, porque no puedo ignorarlo si es amor"

Alexander Meyer ha vivido todo lo contrario que Lena, si ha viajado, pero solo por negocios, no sabe lo que es pasear, conocer y disfrutar de nuevas culturas, de hecho, el único disfrute que conoce es cuando cierra otro negocio millonario.

"Me hace querer enfrentarte, pero no se nada del amor"

Ambos son el opuesto del otro, pero también tienen lo que necesita el contrario. Él, el dinero que tanto le hace falta a Lena y ella, la felicidad y el amor que él nunca ha experimentado.

"El mundo seguirá después, porque el amor está antes que todo”

¿Será un accidente caer perdidamente enamorados? ¿Uno malo o uno bueno?

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Capítulo 1 "Todo por Betsy"
Todo final significa un nuevo comienzo, algunos son esperados con ansias, otros, no tanto, como en el caso de Lena, una hermosa castaña, que no quería por nada del mundo interrumpir su viaje, pero la vida tenía otros planes para ella. – ¿Cómo dices que dijiste? – la ojigris suelta una armoniosa risa ante la exclamación de su amiga española, también su ex novia. – Pily, discúlpame, pero no voy a poder ir a tu casa este año. – ¿Por qué? – la castaña interrumpe un momento su charla una vez está frente al mostrador y pedirle al camarero lo que desea desayunar con un fluido ingles que lo deja anonadado. Ella estaba hablando español como si fuese su lengua nativa, pero después le habla en su idioma con la misma fluidez y con un acento que se le antoja atractivo. Eso por no mencionar su exorbitante belleza, que lo deja un poco atontado. Esa mujer parecía una modelo, y él nunca pensó ver en persona a alguien tan hermoso. – L–lo siento ¿podría repetirme su orden, por favor? – sonrojado y abochornado, el chico de no más de dieciocho, baja la mirada, maldiciéndose por su torpeza. – Claro, solo quiero un té y un sándwich – le sonríe con ternura al chico que prácticamente se marcha corriendo a servir el desayuno de la hermosa mujer. Es un lindo chico. – Lena, respóndeme – suelta un pequeño quejido Pilar, intentando llamar su atención sin poder evitar esos pequeños celos que se instalan en su sistema cuando se imagina la escena que acaba de escuchar. Sabe que ya no tiene ningún derecho a sentir eso, antes ni siquiera sabía lo que era ese monstruo verde, pero, después de enamorarse de Lena, se convirtió en una persona totalmente distinta al ver todo lo que podía causar su amada tanto en hombres como mujeres. Ese fue uno de los motivos por el que se separaron, por la salud mental de la española. – Estoy teniendo unos problemas con Betsy y sabes que sin ella no me voy a ningún lado – Betsy es lo único que le queda de sus padres. La van en la que nació hace ya veintitrés años en las montañas de Noruega y en donde ha conocido los lugares más hermosos que ha visto en su vida. Es vieja, por supuesto, pero ella está muy bien cuidada, algo deteriorada por fuera, pero todo lo que la hace rodar está en perfecto estado. Ha cumplido con cuidarla y mantenerla impecable y rodando, o al menos así era hasta que esos hombres aparecieron y se la llevaron. – ¿Qué problemas? Si necesitas dinero sabes que puedes pedírmelo – puede que su relación haya terminado desde hace un año, pero Pilar siempre va a adorar a Lena y si no puede estar a su lado como pareja, lo hará como amiga. – No tienes que preocuparte, puedo con esto – por un lado, la castaña es el tipo de persona que ama tender su mano a quien lo necesite, sea o no conocido, ni siquiera tiene que verse de confianza para que ella quiera dar todo lo que esa persona pudiese necesitar. Pero, por el otro, no le gusta recibir ayuda, algo que altera los nervios de la española y de todos los que le tienen aprecio a la bondadosa ojigris. – Lena, no está mal pedir ayuda, tu misma dices eso a cada rato – la más joven de las amigas asiente, arrugando un poco la nariz, pero reemplaza el gesto de inmediato a una sonrisa para recibir la bolsa con su pedido a mano del lindo muchacho que la estaba atendiendo. – Lo sé, pero no necesito ayuda, estoy bien – una característica de Lena que Pilar podría resaltar, es que es muy obstinada, pero entonces la castaña diría que es persistencia. – j***r, entonces vente a Madrid, tanto dices que estás bien, okey, no habrá problema con que lo hagas – mientras camina por la calle, la castaña ve maravillada todo a su alrededor. Siempre ha preferido los espacios verdes, la naturaleza le parece la mejor obra que existe, pero eso no le impide admirar un paisaje urbano. Y que más urbano que la movida y contaminada Nueva York, en donde todos parecen correr, olvidándose de vivir sus vidas un minuto a la vez. – Pily, no dejaré a mi Betsy aquí – otra cosa que le molestaba a Pilar era esa mendiga van anticuada. Lena ha tenido que pagar mucho dinero para que siga funcionando de manera óptima, por no mencionar lo que gastó su padre en esa cosa antes de morir. Dinero que no consiguió tan legalmente como su hija pudo hacerlo, y la razón por la que la castaña ahora se encuentra varada en la gran manzana en lugar de partir a su viaje después de esparcir las cenizas de sus progenitores, tal y como lo tenía planeado. Quien se habría imaginado que su padre les pidió mucho dinero a unos peligrosos prestamistas y que estos llegarían a ella para cobrar la deuda. – Reuniremos y te compraremos una Betsy, una versión mejorada y actualizada – la castaña suelta un pequeño bufido con diversión ante las ocurrencias de la española. – Eso no pasará, si se te pierde un hijo no tienes otro que lo reemplace y ya – rueda los ojos al aire antes de sonreír suavemente, nunca se le olvida que su madre hace varios años le dijo que la mejor manera de enfrentar los problemas era con una sonrisa. – No estamos hablando de tu hijo, Lena, es sobre una camioneta que tiene la edad de mi madre – al otro lado de la línea se escucha una discusión que hace reír a la castaña. Seguro la madre de la española la escuchó y se ofendió. Paula siempre ha sido muy jovial, tanto así que, más que madre e hija, Pilar y ella parecen más hermanas. Paula se ha mantenido muy bien con el paso de los años. – Betsy es la hija que mi padre me heredó, así que sí, para mí lo es – la castaña se detiene, esperando que la luz cambie a verde para cruzar la calle. Voltea a su alrededor y saluda con la mano a un pequeño niño que, en brazos de su padre, se queda observándola, esto mientras esperan, junto con un pequeño grupo de personas, por cruzar. – Como sea, tía, no me has dicho ni el problema en el que se metió la traviesilla y pequeña Betsy, ni como lo resolverás – algo llama la atención de Lena, y eso es un escaparate de una pequeña tienda con muchos cuadros en óleo de paisajes magníficos. Se acerca, olvidando por un momento el camino que debe seguir. – Mi papá debía mucho dinero y como garantía me quitaron a mi Betsy, que, por cierto, es la niña más tranquila del mundo, ella no da problemas – le encantaría comprar alguno si no fuese porque no tendría en donde guindarlo. Por no mencionar el hecho que no tiene ni un dólar encima. Lena no tiene un hogar, desde que nació, ha estado en constante movimiento, viajando de un lado a otro, viviendo en Betsy una vida de nómada junto con sus padres. Cuando comenzó su relación con Pilar pasaba muy seguido por su casa, pero no se quedaba más de un par de noches antes de irse durante semanas a algún nuevo lugar al que conocer. Ese fue otro motivo por el que la relación no pudo seguir, Pilar no tuvo la fuerza para luchar contra la vida llena de aventura que Lena siempre ha amado y planea mantener en su vida, por lo que, al mantener, básicamente, una relación a distancia, ese monstruo verde de los celos nació, se desarrolló y creció hasta convertirla en lo que nunca pensó ser. La stalkeaba, le exigía pruebas de su localización, personas con la que estaba y era bastante desagradable con ellos. Todos desconocieron en quien se había convertido, por lo que la castaña, dolida de haberle hecho ese mal a alguien tan buena como su Pily, decidió romper con todo. Aunque la española se negó muchísimo, pues siente que ella fue y es el amor de su vida; al final le dio la razón y le pidió al menos continuar como amigas, algo que al inició le hacía mucho daño, pero que ahora, un año después, puede manejar a la perfección, o al menos lo intenta. – ¿Cómo que debía dinero? ¿cuánto es? Ay Lena mejor huye, deja a Betsy y aquí te conseguimos algo mejor, esa gente puede ser peligrosa – pero lo que en todo momento se mantuvo intacto, aun después del rompimiento, fue la preocupación que la española tiene por su castaña. Y como no va a vivir preocupada por ella, si Lena es del tipo de persona que se lanza sin pensarlo dos veces para ayudar a los demás, sin fijarse en ella misma. Por ese motivo, Pilar se propuso a ser ella quien se preocupará por la castaña, ahora más que nunca, debido a que sus padres murieron y ya no tiene a quien la cuide de lo imprudente que podría llegar a ser. Aunque sus padres tampoco eran mucho mejores que ella. – Ya te dije que no dejaré a mi bebé – por estar distraída, perdió la oportunidad de cruzar y ahora tiene que volver a esperar a que cambie el semáforo. Baja la mirada cuando siente algo rozar su mano, y sonríe con ternura al ver al gran perro que le pide mimos. – Pues entonces te mandaré el dinero que necesitas, Lena no entiendes todo el peligro que estás pasando ahora mismo – Pilar sostiene su cabeza totalmente estresada de solo imaginarse a su hermosa amiga muerta a causa de la deuda de su padre. La sola imagen la hace temblar por el terror que siente. Y eso solo para no imaginar peores escenarios, en donde es vendida, haciéndola morir en vida, o quien sabe que más podrían hacerle. – No tienes que preocuparte – repite con cansancio la castaña antes de inclinarse un poco y acariciar con más ahínco el cuello del perro que no deja de menear su cola ante el mimo. Si no fuese por el molesto bozal que lleva puesto, seguro Lena ya estaría llena de babas de perro. Cosa que no le disgustaría porque amaba a los animales tanto como adoraba a los niños. – Es que estoy flipando ¿Cómo me dices esa mierda luego de decirme que tienes una deuda por Betsy? – Porque no es solo por ella sino por papá – el semáforo justo cambia permitiéndole pasar – Y no tienes que preocuparte porque me reuní con un gran amigo que tengo aquí y me ayudó a conseguir un buen trabajo. Gracias a su personalidad extrovertida y a sus tantos viajes, se podría decir que Lena tiene amigos regados por todo el mundo, y en donde no los tiene, no tarda más de cinco minutos en hacerlos. – ¿Qué amigo? ¿trabajo en dónde? ¿Cuánto ganaras? ¿haciendo qué? – sigue con su interrogatorio, renuente a creer que su castaña está bien, incluso ya se adentró en el sitio web de su aerolínea de confianza para comprar vuelos para ir a buscarla y traerla así sea del cabello. – Theo, al parecer su hermano trabaja con unas personas importantes y necesitaban a una secretaria, es una multinacional, entonces creo que puedo con eso, sé muchos idiomas y seguir instrucciones – por estar distraída viendo los grandes edificios, no se da cuenta que hay un carro que no parece querer detenerse y va directo hacia ella. >> Es el esposo de Laura tu amiga, vaya coincidencia ¿no lo…? – la línea corta abruptamente, asustando a Pilar hasta la mierda y más todavía cuando al momento de volver a repicar a su celular, sale fuera de servicio. Ya muchas veces le ha dicho que debe comprarse otro, ese celular es prácticamente obsoleto, pero no hay manera en que Lena la escuche. Claro que tampoco es como si tuviese suficiente dinero para comprarse el ultimo teléfono que salió al mercado. Pilar sigue maldiciendo ese aparato, queriendo convencerse que el motivo por el que la llamada se cortó fue por culpa del aparato y no por otra cosa. Sin embargo, la realidad es otra. Lena se encuentra con los ojos abiertos como platos, sosteniendo su bolso con fuerza y con el corazón tan agitado como cuando se lanza en paracaídas; mientras, ve al costoso carro que se detuvo apenas a centímetros de ella. – ¡Oh por dios! ¿¡estás herida!? – en menos de un minuto, la castaña se ve rodeada por los transeúntes que pasaban cerca y que ya tenían su vista puesta en ella de manera discreta. – ¡Señorita! ¿está bien? – dentro de su shock, alcanza a asentir y sonreír levemente, incluso cuando el conductor del vehículo sale con muy mala cara. – ¿Qué no ves para los lados? – las personas a su alrededor callan ante la imponente y enojada imagen del hombre trajeado que casi la atropella. – Señor, era mi turno para cruzar – puede reconocer que caminó sumamente lento por estar distraída, tanto así que llego a ser la última del gran grupo que esperaba ansioso por cruzar y seguir con su rutina. Pero lenta o no, seguía siendo su turno. Incluso inclina un poco la cabeza para darse cuenta que apenas en ese momento es que está cambiando la luz para cederle el paso a los vehículos. – No, no es así, estaba en amarillo – el hombre es apuesto, muy atractivo, pero Lena no se ve capaz de pensar algo lindo de él con esa cara tan fruncida del enojo, lo que es una pena. Sus ojos son de un verde muy hermoso. – El amarillo dice que debe tener cuidado y reducir la velocidad, no aumentarla – le habla con delicadeza y serenidad, aumentando la ira del contrario. – Tienes que ver a los lados así el maldito semáforo esté en rojo – maldice algunas palabras en alemán, lo que sorprende gratamente a la castaña. Ese idioma le parece uno de sus favoritos, aunque tristemente para ella, no puede hablarlo tan fluidamente como quisiera. – Tome – luego de quedarse un par de segundos viéndolo maldecirla a ella, al cielo, a unas reuniones y a una mujer que describió como inútil. Decide extenderle la bolsa con el desayuno que se compró hace varios minutos atrás. – ¿Qué mierda es esta? – apenas ahora se da cuenta de ese acento marcado fuertemente que deja en evidencia que el inglés no es su lengua madre. Vaya que emocionante le resulta eso a Lena. Siempre ha amado aprender nuevos idiomas, acentos y dialectos, casi tanto como ama conocer nuevas culturas, personas y lugares. – Es un desayuno, seguro está tan molesto porque no comió – se acerca al hombre, toma su mano y deja ahí la bolsa – Es la comida más importante del día, no la olvide – y sin más, le agradece a los que se preocuparon por ella, recoge su excusa de celular y sigue su camino. Tiene trabajo que hacer, si quiere recuperar a su Betsy, no puede andar por la vía distrayéndose o la despedirán incluso antes de iniciar.

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