bc

Al límite

book_age18+
2.6K
FOLLOW
18.8K
READ
gxg
like
intro-logo
Blurb

Desde que éramos unas pequeñas de tan solo cinco y seis años que estoy enamorada de ella.

Barbara Stone ya no era aquella niña tierna que conocí, ahora era adulta y se había convertido en una mujer demasiado deslumbrante.

El problema es que nuestro amor no estaba bien visto, los problemas familiares eran muchos y sin dudas el psicópata de su novio no ayudaba.

Nosotras comenzamos a hacernos bromas

como siempre porque me gustaba molestarla, pero todo se salió de control.

chap-preview
Free preview
Capítulo 1
El sonido de mis tacos resonan por el suelo de la entrada. Acomodo mis anteojos de sol mientras entro por las grandes puertas de cristal de mí empresa, tan preparada como todos los días. Cuando asumí el cargo de directora supe que mí trabajo sería perfecto. Aunque claro, sabía que las personas allí aún estaban recelosos porque una mujer tan joven manejara todo. Saludé al guardia de la entrada y mi secretaria apareció indicándome todas las reuniones del día mientras subíamos por el ascensor. Por el rabillo de mí ojo notaba como todos en planta baja fingían hacer su trabajo. Mi día había empezado mal desde el momento en el que mi padre me llamó para informarme que la molesta de Emma Lodge estaría en la empresa. Desde que su Erick murió hace unos meses, yo era la única que estaba a cargo de todo, ya que mi padre decidió administrar uno de los hoteles de Europa por el estrés que le causaba tanto trabajo y por recomendación del médico no debía pasar por eso. Al parecer la niña malcriada iba a ocupar el lugar de padre, que junto con el mío hicieron esta empresa crecer hasta el punto que hoy manejamos números millonarios ya que tenemos hoteles por muchas ciudades del mundo. —¿Tienen lista la oficina de la señorita Lodge? —Si Bárbara, le preparamos la más alejada de la suya como pidió- Sonreí —Perfecto, tráeme un café a mi oficina por favor, Nic. —Por supuesto. Nicole era mí secretaria desde que había comenzado aquí. La secretaria de mí padre se fue con él a Europa porque se sentía cómodo con ella y hacían un buen equipo, mientras que por mí parte me conseguí a una chica para firmar parte de mí equipo. Por supuesto que pasar tantas horas al día con ella implicó que seamos bastante unidas, por lo que a ella si le permitía que me llame por mí nombre. Me senté mirando al gran ventanal, que tenía la mejor vista al centro de New York, siempre me tomaba unos minutos antes de empezar con todos los papeles y lidiar con empleados inútiles que no hacían bien su trabajo. Este era mí imperio, lo manejaba y disfrutaba de pasar casi todo el día aquí dentro. Había crecido entre estos pasillos, papá solía traerme cuando mamá estaba ocupada, por lo que pasaba varias horas en esta misma oficina haciendo dibujos y trabajos escolares. Escucho unos pasos firmes caminando hacia mí, pero me tomé unos segundos para girarme. —Así que la oficina del fondo, Stone. Suspiro pesadamente y aprieto mí mandíbula mates de girarme sobre la silla. Como lo supuse, Emma Lodge estaba frente a mí, con los brazos cruzados, una ceja levantada y una sonrisa arrogante. Tan linda pero tan idiota. No la veo desde hace años, ella era un alma libre que se encargaba de viajar por todas partes. Su padre le permitía darse el lujo de supervisar los hoteles de cualquier parte del mundo donde ella deseaba viajar. ¡Ja! ¡Que trabajo más fácil! —Pensé que te habían enseñado a tocar la puerta, Emma. —Barbara, Barbara, Barbara- Sus zapatos se escuchaban por toda la oficina cada vez que daba un paso hacia mi— .Vaya que has crecido. —apoyó sus codos en mi escritorio—. Si sabia lo buena que estabas venía antes por aquí. Suspiro de nuevo cuando ella baja la mirada por mí cuerpo. Ella sigue siendo tan descarada como siempre y una vulgar de lo peor. Todavía recuerdo cuánto me coqueteaba en las cenas familiares, ella siempre manifestó cuánto gustaba de mí. —Lastima que no puedo decir lo mismo de ti, sigues siendo esa mocosa maleducada. —¿Estas segura? ¿O quisiste mi oficina lejos para no tener tentaciones en el trabajo, Barbarita? Reí mientras daba la vuelta por mi escritorio al mismo tiempo que ella se giraba, haciendo que quedemos a centímetros, arrinconada entre mi escritorio y yo. —¿En serio piensas eso? ¿No te bastaron todos estos años para saber que no estoy interesada en ti? —gruño cuando ella sonríe-. Te aclaro que no permito relaciones entre empleados. Y en el caso que rompa esa regla alguna vez, serías la última en la lista. —Al menos estoy en la lista —ella sonríe y relame sus labios. Su perfecta y estúpida sonrisa. —Bueno, aunque lo de las relaciones personales en la empresa lo podemos resolver —miró mis labios —No lo pienses —murmuro mirándola a los ojos. —Permiso, le traigo su café —entró mi secretaria y al vernos abrió sus ojos, podría jurar qué pensaría cualquier cosa sobre mi, si no fuera porque es mi amiga. —Gracias Nic —me alejé lo necesario para recuperarme. —Buenos días señorita Lodge, ¿Quiere que le lleve algo a su oficina para tomar? —Llámame Emma por favor, y de hecho quiero que saquen todas las cosas de mi oficina y la pongan en la que esta en frente de esta, si no es molestia —sonrió. —Me temo que eso tardara unas horas —dice mí secretaria. —No hay problema, puedo quedarme aquí mientras lo hacen. La señorita Barbara me tiene que poner al tanto. —Pero qué.. —Gracias —interrumpió— ¿Me podrías traer un café? —Por supuesto. Miro a Nic que se despide con un asentimiento y luego me lanza una mirada antes de reprimir una sonrisa. ¿Como se atreve a tratarla así? Recién llega y se cree la reina del mundo ¡POR DIOS! —¿Quién te crees que eres para darle órdenes a mi secretaria? Y ¿Qué es eso del cambio de oficina? —Te recuerdo linda, que también es mi empresa y quiero estar cómoda. ¿Porqué debería quedarme en la oficina del fondo? —Sé que solo lo hiciste para molestarme —la miré furiosa—. Y esa oficina es mucho más grande que la de enfrente. —Puede ser —rió—. Iré por los papeles que tengo allá para que trabajemos juntas. ¡AGH! ¿POR QUÉ TENIA QUE VENIR ESTA NIÑA MALCRIADA A ARRUINAR LA PAZ EN ESTA EMPRESA? MALDITA SEA. Conozco a Emma desde que tengo memoria. Nuestros padres han sido mejor amigos desde la primaria, por ende nos criaron juntas desde bebés. Emma es un año mayor, pero desde que somos niñas insiste con que se iba a casar conmigo y me atormenta con eso desde entonces. ¿Y a ella quién diablos le dijo que era lesbiana? Ella vuelve unos cuantos minutos después, sorprendiéndome al no molestarme. Pude explicarle todas las novedades y mostrarle contratos y proyectos de nuevos hoteles. No fue hasta cerca del mediodía que ella me molestó con su sonrisa cínica y sus miradas fuera de lugar. —Cuéntame que fue de tu vida en todos estos años —dice ella mientras deja el bolígrafo sobe las hojas. —Emma concéntrate en los papeles. —No seas amargada que ya terminamos. —Okey Emma, sino no dejarás de molestarme —tomé un poco de café y la miré- Después de graduarme mi padre se encargó de enseñarme todo sobre esta empresa y cuando fue el momento me la dejó a mí, desde entonces estoy haciéndome cargo, no tengo mucho que contarte ya que estoy prácticamente todo mi día dentro de esta oficina. Ya sabes él asunto, él se fue a Europa y el resto es historia. —¿Qué hay de tu vida amorosa? —suspiro y pongo los ojos en blanco. —Estoy de novia con Jason desde hace 4 años —fue su turno de poner los ojos en blanco, no se porque razón lo odiaba tanto—. Desde que nos conocimos no volvimos a separarnos nunca más, estamos viviendo juntos desde hace un año y es lindo conmigo ¿y tú? —Cuando me fui a Miami, durante mi carrera todos los días salía de fiestas y siempre me metía en líos pero a pesar de eso pude graduarme —sonrió levantando una ceja—. Conocí a un chico y después de un tiempo me pidió ser su novia delante de toda la universidad, llevamos 2 años juntos, pero él se quedó en Miami por su trabajo, es Médico y yo tuve que venir aquí a hacer más feliz tu vida. —Ya quisieras, Lodge. Ella se ríe y me mira por unos segundos antes de preguntar. —¿Todavía sigues loquita por mí? —Nunca estuve loca por ti, imbécil —suspiro —¿Quieres que hablemos de nuestros encuentros? —Cállate Emma, no pasó nada entre nosotras y espero que no abras tu puta boca o te mataré —me inclino hacia ella mientras la amenazó, pero solo provoco una sonrisa. —Así que tu novio no sabe de nosotras... —Nunca hubo un nosotras y si se te ocurre hablar te juro que... La puerta se abrió y otra vez alguien nos vio tan cerca, al punto que cualquiera podría haber pensado que estábamos por besarnos. Jason aparece entre las grandes puertas de madera. Mí sonriente novio parece darse cuenta de la situación y sus ojos celestes se fijan en Emma. Él no parece contento, ellos no se quieren para nada. La historia es corta. Con Jason nos conocemos desde hace varios años, por ende él conoce a Emma y la mujer aquí presente se encargó de decirle una y mil veces que nosotras terminaríamos juntos, por lo que a mí novio no le agrada ni un poco. Quizás él podría superar esa discusión de cuando eran más jóvenes, pero con Emma coqueteando conmigo y compartiendo la oficina no creo que ayude mucho a su desagrado por la chica. Tampoco es que él tuviera mucho que envidiar, era muy atractivo. Su cabello castaño claro perfectamente prolijo, sus ojos celestes, su hermoso rostro y su espectacular cuerpo era todo lo que alguien quisiera tener. La idea de que Emma trabajara conmigo no le gustó desde el principio, pero nada podía hacer. —Hola mi amor, pasé para traerte un café- él sonríe y comienza a caminar hacia nosotras. Luego mira a Emma- Hola, Lodge. —¿Cómo estás? —pregunta con una sonrisa cínica —Muy bien —le sonríe—. Así que vas a tomar el lugar de tu padre... —Veo que sabes de mi vida —contraataca mirándolo —Solo eso, Barbara no dijo nada más —él vuelve a sonreír sin mostrar los dientes—. Me alegro de verte Emma, veo que los años te cayeron bien. —No hacía falta, siempre fui hermosa. Tenía que cortar es tensa conversación. Sabía que Emma lo hacía a propósito, era lo suficientemente inmadura como para intentar molestar a Jason con sus comentarios. —¿Que haces por aquí tan temprano? Él jamás vino a la mañana a mí oficina, pero tampoco es que sea algo tan grave. Lo que si quería evitar era una discusión entre estos dos, por lo que giré sobre el escritorio y fui hacia él. Abracé a Jason, haciendo que quedé a espaldas de Emma, asi que yo podía verla y obviamente que aprovechó el momento para ser una completa idiota. Me sonrió y pasó la lengua por sus labios lentamente para después tirarme un beso y reírse. —Suficiente amor por aquí, me iré a hablar con mi novio y por favor no tengan sexo en el escritorio porque están mis cosas y no las quiero desordenadas. Ella sonrió colo siempre, se acomodó el cabello y se fue de la oficina en cuestión de segundos. En cuanto ella se fue, Jason suspiró pesadamente y me miró. —Todavía no se porque me odia. Pov Emma. —Te extraño, bebé. —Yo también, quizás pueda viajar el fin de semana. —Sería genial amor, prepararé algo. Ahora debo irme, mi turno está por comenzar. —Salve muchas vidas, señor- Reí- Te quiero. —Te quiero linda, adiós. Era extraño estar lejos de Louis, pero él entendía que debía hacerlo al menos por un tiempo. Él era un gran compañero, solíamos pasar unos momentos juntos, nos cuidamos entre si y nos queríamos mucho. Quizás él problema es que jamás pude terminar de enamorarme de él. Y mierda, lo intenté mucho, él es un gran hombre y lo quiero mucho, pero aún no puedo decirle "te amo". Sonreí con tristeza porque en serio lo extrañaba, pero mi vida había cambiado ahora y tenía que estar bien, se lo prometí a mi padre. Agarré mis cosas y caminé hasta la oficina de Barbara, necesitaba terminar con un contrato para ir a comer. Me quedé con los pies clavados en el suelo cuando la imagen más horrenda se proyectó frente a mí. Barbara estaba apoyada contra el escritorio, encerrada entre la madera y el cuerpo del idiota de su novio. Eso era desagradable. Y no se me pudo ocurrir otra manera de molestarla, esto sería muy divertido. Ahora que lo pienso, trabajar con ella sería como volver a los viejos tiempos de bromas pesadas. Doy un paso hacía atrás y voy hacía dónde está su secretaria. —Cuídame esto un momento, ahora vuelvo- Le entregué unos papeles Prácticamente corrí hasta el final del pasillo, revisé que nadie esté pasando porque no quería ser vista por los empleados y bajé la palanca de incendios, que empezó a sonar por todo el edificio. Amaría ver sus rostros llenos de confusión y terror. Reí divertida y volví rápido encontrándome con Barbara saliendo preocupada, seguida por un Jason con cara de idiota tratando de ver cuál era el problema. Para entonces la alarma dejó de sonar. —¿Qué está pasando? —pregunté "preocupada" Barbara me miró con los ojos entrecerrados y luego negó con su cabeza, suspirando antes de responder. —Eso quiero averiguar, Lodge. —Bueno cariño, seguiré con mi trabajo, paso por tí mas tarde- Jason besó a Barbara y desapareció por el pasillo. Okey, eso fue rápido. El idiota abandonó el edificio mucho antes de lo planeado. Genial. —Nic, averigua que pasó con la alarma e infórmame, por favor. —dice ella mientras acomoda su cabello. Barbara me dedicó una última mirada y entró al despacho de nuevo, dejándome con la secretaria y una sonrisa en mí rostro. Cuando me giré para mirar a la chica, ella me observaba en silencio. No podía jurar que sea una mirada de deseo, sino que se acercaba s una observación profunda de su parte. No sé que diablos piense ella pero tampoco me importa. Satisfecha con mí pequeña travesura vuelvo a la oficina, encontrándome con Barbara observando su celular. —Creí que no podía haber relaciones personales dentro de la empresa. —¿Acaso me ves siendo parte de los empleados? —No Barbara, pero ustedes tampoco se estaban comportando tan bien. Esa regla influye también en ti ¿Qué pasaba si entraba un empleado y los veía? —¿Ver que Stone? ¿Nos espiabas? —No hace falta espiarte para saber lo que hacían. —¿Qué pasa, Emma? ¿Estás celosa? —Para eso tendrías que gustarme, Barbara. Y te recuerdo, que la única que está detrás de mí eres tu. —¿Estás segura? —murmura. Me senté y seguí mi trabajo sin dirigirle la palabra, podía notar como de vez en cuando me miraba por el rabillo de su ojo y sonreía. La hora del descanso llegó y me fui a un restaurante cerca de ahí. Después de eso recorrí un poco la ciudad hasta que fue la hora de volver porque teníamos una reunión con el personal más importante para anunciarles que yo también estaba a cargo de todo. No es por nada, pero ya quería volver al departamento. —..Así que la señorita Lodge será parte de nuestra empresa. Finalizó Barbara, luego de que me haya presentado a todos. —Los del sector B puede quedarse por favor, los demás muchas gracias por venir—dije segura y la mayoría de las personas empezaron a salir de la sala—. Quiero estar al tanto de cómo va la construcción del hotel de Florida, necesito todos los informes para poder estudiarlos. —Muy bien señorita, aquí los tiene —me dio un par de papeles—. La construcción va bien, acorde a los tiempos dichos, tuvimos un problema con la mitad de los obreros que renunciaron sin razón, pero la señorita Stone lo solucionó y no hay inconvenientes hasta el momento. —Perfecto, quiero que me manden los planos del hotel que están haciendo en Miami. Es todo señores. Los empleados fueron saliendo de a uno mientras yo revisaba los papeles. El primer día fue más difícil de lo que imaginé. —Así que eres una de esas jefas amargadas y mandonas —murmura Barbara a mí lado. —Sólo soy profesional, Barbara —respondo sin mirarla. —Porque no superas lo de la oficina de una vez, no pasó nada Emma y tampoco es de tu incumbencia. —Lo que hagan tu y tu noviecito me importa una mierda, pero que sea fuera de aquí. Sería un espectáculo si alguien los encuentros. —Eres una amargada. ¿Te lo dijeron? —Si claro. Como digas —pongo los ojos en blanco. —¡Pareces una niña poniéndome los ojos en blanco! —¡Idiota! —¡Malcriada! —Pero te gusto. —le tiré un beso y salí de esa sala lo más rápido posible. Mucho de Barbara Stone por hoy. HORAS MÁS TARDE Después de dedicarme a estudiar sobre todos los proyectos un par de horas cerré la carpeta y fui a la cama, mi día había sido bueno hasta que la estúpida de Barbara y su novio arruinaron mi buen humor. El único que me hizo reír fue Lou, con sus mensajes tontos haciéndome olvidar de lo que ocurrió antes. Realmente era muy buen novio y compañero, siempre salíamos de fiestas y conocíamos lugares. A él lo conocí gracias a su hermana Alex, que fue mi mejor amiga desde que entré en la universidad. Lou siempre fue amable y dulce conmigo, tiene 28 años, tres más que yo. Primero éramos amigos, siempre estuvo para m desde que dejé New York. La razón por la que me había ido fue porque me rompieron el corazón y él sabia eso, pero nunca le conté quien había sido, ni que había pasado, así lo entendió y me apoyo igual. Ese era un secreto muy íntimo, de hecho jamás se lo dije a nadie y continuaría así. Ni siquiera quiero recordarlo, ojalá pudiera borrarlo de mí mente. Después de una breve cena conmigo misma, me quedé en el sillón de la sala con el celular en la mano mientras marcaba el número de mí madre. —Hola hija ¿Como estás? —ella se escuchaba mejor que otros días. —Bien mami. Estoy a punto de ir a acostarme, fue un día agotador. —Si, me imagino. Tu padre volvía muy cansado el primer día que tenía que regresar al trabajo —dice con nostalgia— ¿Estás segura de que lo quieres hacer? —Si. Tengo conocimientos sobre esto y con respecto al ritmo, supongo que me acostumbraré en unos días, no te preocupes. ¿Cómo te está yendo a ti en Miami? —Bien, supongo. Hoy fui al centro comercial por unas cortinas nuevas y me encontré a una vieja amiga. —Eso es bueno, ma. Tendrás a alguien con quien estar en el tiempo que te quieras quedar. —No se si volveré pronto. Dejar la tienda me deja insegura. —No te preocupes que la estoy controlando también. Marcel lo está llevando bien, así que puedes quedarte el tiempo que creas necesario. —Si —suspira—. Hablé con Mónica, me invitó a ir a Europa, ellos se fueron allá. —Si, Me lo habías comentado. Podría ser una buena opción, además te haces unas pequeñas vacaciones y estás con tus amigos. —Si, quizás lo haga. ¿Estás comiendo bien? ¿Que cenaste? —Pedí comida, no tenía ganas de cocinar —digo con una media sonrisa —No puedes vivir a delivery, si quieres tener ese ritmo de vida es mejor que comas bien. Es más, iré a cocinarte. —No es necesario, mamá —digo riendo—. Mañana me cocinaré algo, quédate tranquila. —No confío en eso —responde con diversión—. ¿Como está Barbara? —Ella está bien. Definitivamente muy cambiada, peor supongo que son los años. —Si, amor. No la has visto en casi ocho años. —Es demasiado tiempo, supongo. Tenía ganas de ver a los tíos, pero no de cuánto regresarán. —Tampoco lo sé. Creo que es definitivo que se irán a Europa, pero por ahora dijeron que por unos meses. —¿Crees que estarán mejor allá? —A tu tío casi le dan un infarto, necesitaba cambiar el ritmo de su vida y si allá se siente más tranquilo, supongo que si. —Los llamaré mañana para saber cómo están. Quizás los invite a una cena pronto. Tu también deberías venir. —Si. De hecho todavía estoy decidiendo que hacer, quizás me vaya unos días con ellos. —aclara su garganta—. Hija, mañana te llamo, está por comenzar la serie en Fox. —No te preocupes mamá. Cualquier cosa hablamos, duerme bien. Te amo. —Te amo, adiós. Las cosas con mamá no eran fáciles. Desde que papá falleció ella está bastante deprimida, fueron demasiados años juntos y ambos se querían demasiado. Al menos sabía que lo estaba intentando sobrellevar, aunque necesitaría un tiempo lejos de New York, por lo que le ofrecí hacerme cargo de la tienda de arte y que ella pudiera irse tranquila. Tengo claro que lo será para nada fácil, pero ella estará bien. Y no es que quiera reprimir mis sentimientos, pero estaba haciendo el duelo en paz, papá había sido muy importante para mí, estos últimos meses fueron bastante duros. Después de hablar con mamá fui directamente a la cama, si tenía que ver la sería lo haría cómoda, mi cuerpo estaba demasiado cansado. Estaba por dormirme cuando mi celular sonó, pensé que era mí novio pero no era así. Barbara Stone. No puedo creer que hayas hecho que la alarma sonara por un simple beso ¡Estás loca! Controla tus celos Emma, no eres el centro del universo. ¡Y no vuelvas a mí oficina! Ver a Barbara fue bastante sentimental. Fue una oleada de recuerdos de nuestra vidas juntas, de comparar toda la mañana lo que ella solía ser con lo que es ahora, pero tampoco es que haya cambiado demasiado, solía ser bastante parecida. Me encontré mirándola varias veces, quizás por la curiosidad de volver a grabar cada cosa de ella ahora. Recuerdo haberla visto en el funeral de papá, pero ese día estaba lo suficientemente metida en mí misma como para no darle importancia a nada de lo que pasaba. De hecho, acabo de recordar que estuve abrazada a ella por un buen tiempo, pero no recuerdo haberle hablado. De todas formas no contaba, este era como mí primer día de volver a verla después de ocho años, de manera oficial. Creo que nunca voy a poder superar el hecho de que estuve enamorada de ella prácticamente toda la vida, pero supongo que ahora que vuelvo a verla y a convivir con ella, esa idea de irá. Decido respondele, porque aunque sea tarde, ella me envió ese mensaje de todas maneras. Emma Lodge. No sé que te hace pensar que fui yo. Estás difamándome, querida Barbara. PD: en realidad puedo entrar cuando tenga ganas. Barbara Stone. Soy lo suficientemente capaz como para reconocerte en una cámara de seguridad. ¡No seas hipócrita! Emma Lodge ¡UPS! ¡Deja de enojarte, fue solo una travesura! Barbara Stone. ¡Te recuerdo que ya eres una adulta! ¡Madura! Emma Lodge. Ewwww. Soy madura, solo fue una broma de primer día, relaja. Barbara Stone. Relajate tu. Emma Lodge. Estoy relajada, hermosa. ¿Cenaste ya? Barbara Stone. ¿Que te importa? Emma Lodge. Ufff, que mala. Si te pregunto es porque me importa. Barbara Stone. Aún no cené, estoy en eso. Emma Lodge. ¿Cocinando? Barbara Stone. Esperando que termine de cocinar, ya terminé mí parte. Emma Lodge. ¿Que comerás? Barbara Stone. Pollo y arroz. Emma Lodge. ¿Puedes enviarme una porción? Barbara Stone. ¡Pide delivery! Emma Lodge Soy nueva en la ciudad, no conozco nada :( Barbara Stone. ¿En serio no comiste nada? Emma Lodge. Si, comí. Pero quería probar tu comida. Barbara Stone. Te quedas con las ganas. Emma Lodge. Mala :( Barbara Stone. [Foto de comida] Todo lo que no puedes probar :) Emma Lodge. Al menos no por ahora. Barbara Stone. Ni ahora ni nunca. No pienso cocinar para ti. Emma Lodge. Eso piensas. Pero si quieres creerte esa fantasía.... Me reí cuando ella dejó de responde y de estar en línea. Decir que no me gustaba molestarme era una completa mentira, lo disfrutaba demasiado. Emma Lodge. Buenas noches, que descanses :) Dejó el celular a un lado e intento dormir, pero inevitablemente un recuerdo viene a mi mente. Una situación muy parecida a esta, pero de muchos años atrás. Con la diferencia que para ese entonces ella me quería cerca y se animó a venir a mí casa. ¿Que no daría por volver a esa época? Flashback Me encontraba acostada en mí cama, mí cabeza no dejaba de pensar en ella. Las vacaciones habían sido perfectas, jamás imaginé todas las sorpresas que ello traería. Nuestras familias eran amigas desde hace años y compartimos muchos viajes, pero este definitivamente fue diferente al resto. Cuando estuve a punto de enviarle un mensaje, me llegó uno suyo. Barbara. ¿Despierta? Emma Aún si. No puedo dormirme, creo que cambié el sueño en el viaje. Barbara Definitivamente mirar películas toda la noche y dormir solo pocas horas ahora nos juega en contra. Emma ¿Porqué no cruzas la calle y vienes? Podemos mirar alguna película, después de todo no vamos a dormir pronto. Barbara Mis padres van a matarme. Si se enteran de que me voy a la noche me castigarán. Emma. Siempre podemos inventar algo. Barbara ¿Te encargas tú de mamá? Emma Por supuesto. Está la puerta de la cocina abierta, puedes entrar por allí. Barbara. Espérame un momento. Muerdo mí labio inferior y quito las sábanas de mi cuerpo. Sé que es muy tarde, pero mis padres no tienen su enterarse de ello y tampoco es que dejaré entrar a un extraño. Me río bajito cuando la veo por la pequeña ventana de la cocina mientras ella trota cruzando la calle, nuestras casas quedan en frente. Ella está agitada como si corriera un maratón, pero en realidad está asustada por hacer algo incorrecto. —¿Sigues creyendo que sea una buena idea? —me pregunta cuando cierro la puerta detrás de ella. —Tampoco lo digas como si estuviera secuestrándote —río bajito—. Vamos arriba antes que mamá se despierte. —¿Tienes palomitas de maíz? —pregunta al pie de la escalera. —¿Quieres? —asiente con una sonrisa—. Entonces sube, iré en un momento. No estoy segura porqué a mitad de la madrugada estoy haciendo palomitas, pero cuando estoy a punto de subir, veo como lo madre baja por las escaleras. —¿Que haces despierta a esta hora, cariño? —No puedo dormirme. Vine a buscar algo de comida. —Intenta no quedarte hasta tan tarde, recuerda que solo te quedan una semana de vacaciones, deberías regular tu sueño. —Si, lo prometo. —Buenas noches, cielo. Voy por un poco de agua —me deja un beso en la frente y se va hacía la cocina. Suspiro por la adrenalina de ser descubierta y termino el tramo hacía mí habitación. Sé que no nos condenarán porque ella esté en casa, pero quizás nuestros padres si se enojen por la hora en la que ella de fue sin avisar. —Mi madre casi nos descubre —susurro luego de que cierro la puerta detrás de mí —La escuché bajar por la escaleras —me responde mientras se quita el abrigo. —¿Que dice sí.... Mis palabras quedaron en el aire cuando ella tomo mis mejillas y me besó. Mierda, eso si fue inesperado, pero no podía negar de que me gustaba si actitud. Ahora que había probado sus labios no estoy segura de querer dejar de hacerlo nunca, ella es adictiva. Abrazo su cintura y camino con ella hacía la puerta, intentando poner el seguro a ciegas, por las dudas. Sus piernas se abren y tomo su muslo derecha para indicarle que quiero que me abrace por la cintura. —¿Estás segura de esto? —murmuro a la vez que bajo mí boca hacia su cuello. No me respondió, a cambio de eso, clavó sus uñas en mí trasero y me acercó a su cuerpo. Gimo en su boca y muerdo su cuello, llevando ambas manos hacia su camiseta, comenzando a deshacerme de ella. Nuestras miradas se cruzan y muerdo mí labio inferior cuando bajo la vista y veo su torso desnudo. Carajo, ella ni siquiera se trajo ropa interior abajo. —¿Sorpresa? —murmura ella, mordiendo su lengua mientras sonríe. —Vas a matarme —respondo antes de abalanzarme sobre ella. Esto recién había comenzado y ni siquiera me estaba quejando, después de tanto tiempo había logrado por fin tenerla entre mis brazos. Aún no siquiera puedo creer lo que hicimos en las vacaciones, todo sucedió de la nada. A Barbara la conozco desde prácticamente toda la vida y no fue un secreto para nadie que estaba enamorada de ella.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

(+18) 40 Días de Sexo - Quédate en Casa

read
190.0K
bc

TÚ ME PERTENECES (BL)

read
18.1K
bc

Entre mi salvador y mi verdugo

read
4.0K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
85.6K
bc

Only Mine

read
10.7K
bc

Navidad con mi ex

read
8.6K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
49.8K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook