Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenaza

{JACK} Tambaleo. Todo me da mil vueltas. Una risa psicótica brota de mi interior. Todo se vuelve confuso. Todos mis recuerdos se mezclan en la confusión. Mis manos tocan algo, intentando agarrarse a lo que sea, intentando no caer. Una ráfaga de luz roja aparece en mi mente, iluminando todo del color de la sangre. Estoy desvariando. Está oscuro, no veo nada. ¿O acaso hay luz pero no puedo verla? Ya no sé nada. Solo que caigo. Caigo en un profundo sueño. En el sueño camino lentamente. Trastabillo con algo que hay en el suelo y caigo, y sin darme cuenta, estoy sangrando. Una débil luz me deja ver como crece un pequeño charco de sangre debajo de mí, sangre mía, sangre oscura que sale de mi brazo. De no haberla visto, no sabría que me he herido ya que no he sentido ni un ápice de dolor. Con un pequeño esfuerzo, me levanto y sigo mi camino. Con solo un pensamiento en mente. Sangre. Sangre y más sangre. Esa visión de mi propia sangre... me ha encandilado... y solo quiero ver más... Escucho algo. Voy hacia ese algo. Ronquidos. Persigo el sonido. Estoy cerca. Atravieso la puerta. La persona está recostada, profundamente dormida, sobre una cama, y con la luz de una lámpara pequeña sobre una mesita de noche. Es una señora algo mayor, parece que está sola en la casa. No puedo apartar la vista de ella. Yo... solo tengo unas ganas tremendas de devorarla... La señora se despierta de repente y fija sus ojos en mí, con un fuerte grito, intentando alcanzar un bate que tiene cerca. Está bastante asustada. Y yo solo puedo pensar en una cosa. Me lanzo sobre ella y la muerdo mientras grita, aulla de dolor e intenta quitarme de encima, pero soy como una garrapata difícil de arrancar. Una vez que la he mordido, no paro de hacerlo, devorándola y llenándome con sus vísceras y su sangre, saciando el hambre que dominaba mi interior. Solo puedo pensar en eso... En nada más... Solo hago lo que mi cuerpo me ordena... Hasta que mi mente me pide, desesperadamente, despertar. - ¡No!- grito con el corazón en un puño, despertando de repente-. Todo ha sido una pesadilla. No sé donde estoy, está todo muy oscuro. Busco un interruptor con el tacto de la mano derecha. No encuentro nada, solo pared. Entonces noto algo. Estoy sobre una cama mullida y acabo de recordar que me estaba mareando y caí al suelo. No... Alguien me habrá llevado hasta una cama. Me levanto de la cama y recorro la habitación hasta que mis pies dan con algo. Me agacho y descubro con mi tacto que se trata de una lámpara tirada en el suelo. Acciono el interruptor y una débil luz se enciende. Lo que me deja ver un bate justo al lado. Lo que me deja ver la realidad. Tiemblo, todo mi cuerpo tiembla. Mis manos manchadas de sangre. Un sabor ácido, metálico, en mi boca. Y sobre la cama, un c*****r, sin vientre. Rodeado de sangre seca. Esto no puede ser verdad. Está pasando. Estoy cambiando. Estoy empezando a morir. A ser uno de ellos.