Nada Personal

Narrador omnipresente.   La joven no podia creer a la proposición de su novio, quien estaba arrodillado delante de ella para pedirle casamiento. Era tanta la ansiedad que se agarraba las manos, tratando de no llevarlas a la boca. –¿En serio me lo estas diciendo, Matias?–Sorprendida. –Así es Regina, como te dije antes, quiero que te cases conmigo. Los ojos negros de la mujer estaban abiertos de par en par. –Claro que si Matias, me quiero casar con vos. El hombre sonríe y se levanta para darle un beso. –Ay al fin aceptaste.–Victorioso. Besa sus labios y Regina se separa para darle una sonrisa, el agarra la sortija y la pone en su dedo. –Cuando quieras nos casamos. –Tengo que hablar con mis padres. –Ya hable con ellos, tu madre esta fascinada. –¿Y mi padre? –Ya sabes como son los padres, más cuando la hija es mujer. La muchacha se ríe y asiente. –Tienes razón. –Tengo que ir al trabajo, te dare una semana para que podamos hablar bien sobre el casamiento. –Esta bien Matias. Antes de despedirse, le da otro beso y se despide.   Narra Regina.   No puedo creer la propuesta de Matias, si bien estamos juntos hace más de dos años, me sigue sorprendiendo. Claro que me pone feliz que me pida casamiento pero me siento tan rara. Voy hasta la casa de mis padres y me encuentro con mi madre hablando con la mucama. –Vaya, pensaba que nunca me visitarias, al menos a mi no, siempre vienes cuando yo no estoy. –Lo siento mamá.–Suspiro. Me siento cerca de ella y se mueve para tener un poco de distancia, no puedo evitar poner los ojos en blanco. –Nunca me dijiste que hablaste con Matias. –Porque con vos nunca hablo, en cambio con el si, el es más hijo mio que tu. Ya va a empezar, nunca me lleve bien con ella pero es mi madre y siempre la respete, aunque no pienso igual. –Me pidio casamiento. –Lo se.–Carente de emoción.–Va a ser muy bien visto tu matrimonio con el. –Eso a mi no me interesa. –A tu padre tampoco pero el dinero sirve, sea de quien sea. –Ay mamá. –Mamá nada.–Me mira,–¿Aceptaste? –Si, acepte casarme con el. –Ni se te ocurra hacerlo esperar. –Hay que preparar un montón de cosas, prefiero hacer las cosas con tiempo y en calma. –No hay tiempo. –La que se va a casar soy yo. Ella me mira con seriedad. –Siempre fuiste así eh, siempre en mi contra. –No estoy en tu contra, solo quiero hacerlo despacio, no quiero que nadie me apure. –Solo espero que no arruines todo.–Se cruza de brazos.–Es una excelente oportunidad. –Si quieres, casate con Matias. –Insolente.–Enojada. –No te metas en mi vida. –Soy tu madre. –Lo se pero yo no me meto en tu vida, dejame en paz. Niega y se aleja de mi. Veo entrar a mi padre al comedor y sonríe. –Supe que estabas aquí por la discusión. –Lo siento papá. –No te preocupes linda, tu madre es así. –A veces no se como la aguantas. –Es la costumbre, ni recuerdo que fue lo que me enamoro de ella si te soy sincero.–Suspira.–Bueno, al menos estas aquí y eso me pone muy contento, ¿como te fue? –Por suerte todo bien en el trabajo, Matias me espero a la salida y me pidio casamiento. La cara de el cayo y suspira. –¿Estas segura que quieres casarte con ese hombre?–Preocupado.–No es por nada pero… no te veo muy segura. –Hace dos años que somos novios. –Bueno eso lo se pero no te veo muy contenta. Suspiro y el agarra mi mano. –Se que tu madre quiere apresurar todo pero tu tienes que elegir que hacer, hagas lo que hagas, yo siempre estare orgulloro.