Cinderella

Jade suspiró exhausta en el suelo mientras su maestro de danza continuaba regañándola enfrente de todo el salón. Al escuchar la amenaza de su profesor, apretó los puños con fuerza e hizo lo imposible por pararse bajo las miradas burlonas de todos. — ¡Es increíble cómo nada te sale bien! ¡Si fuera por mí te quitaría tu beca sin dudarlo! — Negó con su cabeza y apretó su mano en un puño — Regresa con tus compañeras, no quiero verte en lo que resta del día. Lo miró seria mientras todos los huesos de su cuerpo se encontraban tensos por el dolor que sentían en ese momento. Asintió apretando su mandíbula y comenzó a caminar hacía el final de la fila. — Ahora sí — Respiró profundo mientras alzaba ambos brazos para señalar a sus estudiantes — ¡Desde el inicio! La melodía del “Vals de las Flores” fue reanudada por séptima vez en el día. Se podía notar lo cansadas y exasperadas que se encontraban todas ante tantas repeticiones, pero era algo que debían aguantar por ser parte del ballet más importante de toda la ciudad. — ¡Arriba esas puntas Lina! – La susodicha cerró sus ojos con fuerza por un par de segundos mientras asentía. Jade olvidó todo lo que estaba pasando a su alrededor y decidió enfocarse en el baile que podría ayudarla a mejorar su futuro. Gotas de sudor comenzaban a caer desde su frente, las cuáles no pudo alejar por los movimientos qué se encontraba realizando con las manos. Como si de un coro se tratase, todo el salón suspiró al mismo tiempo cuando la música se detuvo. El maestro entrecerró los ojos y aplaudió dos veces al aire para llamar la atención de todas. — Este baile tiene que quedar perfecto – Demandó – Así que desde mañana ampliaremos los tiempos de ensayo – Señaló a la puerta del salón — ¡Las quiero afuera de aquí! Todas salieron del salón sin decir palabra alguna por miedo de que las reprendan nuevamente. Como si de soldados se tratase, se dirigieron hacía los vestidores de la academia para poder cambiarse y dar por finalizado el día. — Tremenda bronca la que te echó el maestro allá afuera – Jade suspiró y asintió al mismo tiempo que se quitaba el leotardo – Deberías de decirle algo – Negó — ¿Por qué no? - ¿Estás loca Lily? – Bufó – No puedo hacer eso. Aparte, el error fue culpa mía – Lily la miró asombrada e indignada por lo que dijo su amiga. — Eres demasiado ingenua Jade Stone – Rechinó los dientes enojada — Siempre te dejas pisotear por ellos. — No puedo decir nada Lily. – Cerró su casillero y miró a su amiga – Si lo hago, me van a echar de aquí y me quedaré sin beca. — No pueden echarte, eres la mejor bailarina que tienen hasta el momento. Jade se dio cuenta que su amiga no iba a parar hasta que ella se quejara ante las llamadas de atención de su maestro, por lo que simplemente le sonrió y la abrazó del cuello. — Vamos a comer algo – La susodicha entrecerró sus ojos. — No cambies de tema Jade. No me gusta que te dejes pisotear – La castaña asintió al estar de acuerdo con ella. — Eso ya lo sé Lily, pero quiero ser la protagonista en la obra… – Se acercó a ella para que las demás no escucharan – Por lo que si me quejo me quedaré sin el papel. Lily se quedó callada ante eso. Ella conocía muy bien lo que era quedarse sin el papel protagónico por alguna queja ya que ella lo había vivido en carne propia años atrás. Miró a su amiga frunciendo el ceño, pero terminó por asentir. — Está bien, te lo dejaré pasar solo por esta ocasión – Jade le sonrió. — Excelente, ahora vamos a comer. Muero de hambre Liliana – Lily se rio ante la mención de su nombre completo. Ambas comenzaron a caminar mientras se reían sobre temas ajenos a la academia. Sin que ellas lo notaran, muchas miradas de recelo se posicionaban en ellas cada que las escuchaban reír por los pasillos. Antes de llegar a la cafetería, Lili tuvo que correr a la oficina por unos papeles para comenzar su registro para la obra. Jade suspiró y optó por seguirla con un poco mas de calma. Frunció el ceño al notar que muchas compañeras suyas se encontraban afuera del lugar sin razón alguna. Todos los directivos se encontraban caminando como locos de un lado a otro, por lo que decidió acercarse con la secretaria para saber lo que estaba pasando. — Hola Joanna – La susodicho alzó su mirada y sonrió al verla - ¿Por qué todos están cómo locos corriendo de un lado a otro? – Se acercó a ella para poder murmurarle la pregunta. — ¿No lo sabías? – Abrió los ojos sorprendida, a lo que Jade negó – Ay mi nena – Sonrió – Un empresario muy importante realizó un aporte considerado a la academia — la bailarina abrió sus ojos de par en par al escuchar eso. — ¿Y por qué realizó ese aporte? — Joanna se encogió de hombros. — A lo mejor lo hizo por un lado emocional — Jade hizo una mueca. — O para evadir impuestos — Murmuró para ella misma. — ¿Qué fue lo que dijiste? — La secretaria le preguntó dulcemente a lo que ella negó. — Nada importante. ¿Y quién es el empresario que realizó ese aporte? — Realizó otra pregunta con interés por la respuesta. — No te puedo decir nena – Se encogió de hombros – Pero… – Se acercó aún más a ella – Si te quedas hablando conmigo un rato más, a lo mejor podrás conocerlo — Le guiñó un ojo. La bailarina lo pensó durante un par de minutos y terminó por asentir ante la propuesta que se le hizo. Ambas se sentaron y comenzaron a platicar sobre temas diversos de la academia y de las obras próximas a presentar. Mientras ellas seguían inmersas en su conversación, en la entrada de la academia se podía observar una escena totalmente nueva para muchos alumnos. Un empresario se encontraba bajando de su auto último modelo acompañado de un guardia de seguridad a su lado. Ambos imponían una presencia llena de elegancia y seriedad, por lo que recibieron demasiadas miradas a su paso. — Señor — Su guardaespaldas murmuró hacia él al notar lo que pasaba a su alrededor — ¿Gusta que desaloje a las alumnas del edificio? — El empresario negó y sonrió de lado al sentir toda esa atención en su persona. — Déjalas — Se detuvo por unos segundos y lo miró por debajo de sus lentes — No vamos a estar mucho tiempo aquí. El susodicho asintió a la orden que se le había dado y continuaron su camino hacía las oficinas del lugar para acabar con todo el tema del apoyo que se le iba a dar a la academia. — ¿Alguien me podría decir en dónde se encuentra el director de este lugar? — Jade y Joanna detuvieron la plática que ambas estaban teniendo, para centrar su mirada en la persona que había entrado abruptamente al lugar. — Buenas tardes… – Joanna se paró de dónde se encontraba y les sonrió — En estos momentos se encuentra hablando con una de las alumnas, pero no va a tardar más de cinco minutos en salir — Le informó — Si quiere puede tomar asiento — Alzó su mano derecha y señaló a uno de los sillones que se encontraban enfrente de ellos. — Solo cuento con veinte minutos libres, así que le pido le comunique al director que salga lo más pronto posible — Ordenó. — Claro que sí, en un momento se lo haré saber — Asintió rápidamente y se apresuró en agarrar el teléfono inalámbrico para comunicarse con la persona. Jade no se había dado cuenta que durante todo ese tiempo su mirada se encontraba perdida en el empresario, hasta que el susodicho conectó sus ojos con los de ella para hacerle saber que se había dado cuenta de su presencia en el lugar. El rostro de la bailarina comenzó a tomar un color rojo ante la pena que comenzaba a sentir en todo su cuerpo. No podía creer que la había atrapado mirándolo, por lo que rápidamente bajó su mirada a sus manos para comenzar a jugar con ellas a causa del nerviosismo. El empresario negó con su cabeza y sonrió de lado al notar el movimiento tan abrupto que había realizado la bailarina, por lo que simplemente lo dejó pasar. — ¡Joanna! — La voz muy conocida de Lilian retumbó en el lugar — ¡Ya sé que papel me va a tocar en la obra! — Jade volvió a alzar su mirada al escuchar la voz de su amiga y suspiró aliviada. La castaña se paró de la silla en donde se encontraba y se acercó a ella para poder sacarla de ahí lo más pronto posible. — No grites Lily — Jade murmuró entre dientes al estar frente a frente — Ya todos te voltearon a ver. — No seas tonta Jadesita — Alzó sus manos y las acercó a las mejillas de su amiga para poder pellizcarlos — Nada más faltas tú en ser la protagonista para que esta obra sea la mejor de la academia — Jade se separó de Lilian al sentirse abrumada y la miró con cara de pocos amigos. — Nena — Joanna le habló a Lilian de forma apenada — Si quieren ven a platicar con nosotras aquí, el director necesita tomar otra reunión. — ¡Pero Joanna! — Lily volvió a alzar su tono de voz — Si Jade llega a ganar el papel, ambas tendríamos la oportunidad de obtener una beca a Europa. — Eso es algo nuevo… — Joanna abrió sus ojos de par en par con evidente sorpresa — no había escuchado hablar de esa beca hasta ahorita. — Es una beca totalmente nueva para la academia — Jade bajó su mirada a sus zapatos un poco incómoda por todo lo que su amiga estaba diciendo — Por lo que Lily tiene razón — La susodicha asintió y sonrió de oreja a oreja. — Te juro Joanna que serían muy idiotas en no agarrar a Jade cómo la bailarina principal de la obra — Todos en la sala observaron a la rubia con sorpresa después de escucharla decir una palabra salir de sus labios — Así que obviamente se lo van a dar a ella. — ¿Señoritas Lilian y Jade? – Las dos escucharon un carraspeó detrás de ellas, por lo que ambas voltearon a ver de dónde se originaba su procedencia — Si no necesitan hablar sobre algún otro tema conmigo, les pido de favor que salgan de la oficina — Su director les sonrió amablemente y señaló al puerta de entrada. — Claro que sí señor director — Jade asintió apenada y agarró el brazo de su amiga para poder empujarla hacía la salida — Nos vemos mañana — Se despidió de Joanna mientras seguía jalando a Lilian. Antes dé por fin despedirse de ese lugar, los ojos del empresario y de la bailarina volvieron a encontrarse durante un par de segundos. Ambos demostraban interés y curiosidad hacía el otro, por lo que Jade nuevamente decidió cortar esa conexión ante la incomodidad que comenzaba a sentir. — Lo estaré esperando afuera — Su guarda espaldas habló al mismo tiempo que hacía lo que le había informado. — Señor Sean, una disculpa por presenciar la evidente felicidad de mi alumna — El director se acercó a él para poder estrechar su mano con la de él — Lo invito a pasar a mi oficina para comenzar con la reunión que tenemos pendiente. El empresario asintió y se arregló su saco para proceder con su caminar hacía la oficina. Las miradas por parte de los trabajadores y algunos maestros no se hicieron esperar, por lo que Sean simplemente mantuvo su semblante serio ante ellas. — Puede tomar asiento — Señaló a una de las sillas que se encontraban frente a él — De antemano le quisiera agredecer por la gran oportunidad de ser acreedores a dicha cantidad de dinero, la academia y todas las personas involucradas a ella se lo agradecemos. — No es necesario que me agradezcas nada — Sean se encogió de hombros retándole importancia a sus palabras — Mi empresa necesitaba aportar una específica cantidad de dinero a una academia o asociación, por lo que la suya fue la finalista de entre muchas otras en el país. — Y es por eso que se lo agradecemos, en la academia buscamos tener mucho más apoyo para nuestros alumnos y profesores. Contamos con becas para que muchos de nuestros alumnos continúen en su proceso de aprender y crecer con nosotros, así que su aporte nos servirá de mucha ayuda para continuar con ello. — La verdad no tiende a importarme mucho a dónde irá mi dinero después de hacer una contribución, pero está vez me encuentro en paz al saber a dónde va a caer — El director asintió — Ahora sí… — Hizo una pausa y alzó un maletín que se encontraba en sus manos — necesito su firma en estos papeles que le voy a dar para finalizar con la transacción. — Claro que sí – Agarró todas las hojas y un lapicero para poder empezar a firmar cada una de ellas — ¿Es el mismo contrato que nos mandó por correo electrónico cierto? — Sí, es el mismo. Solo que cambié una cláusula en — Inclinó un poco su cuerpo y alzó una de sus manos para poder posicionarla arriba de la primera hoja — El día de ayer le colocamos una última cláusula al contrato. — ¿De qué cláusula está hablando señor Black? – Frunció el ceño sin entender. — Ya que estuve investigando lo que hacen cada 6 meses dentro de la academia, yo seré quien elija al papel protagónico de la próxima obra — El director abrió los ojos de par en par sorprendido ante su última petición. — La verdad es que no estoy entendiendo el por qué agrega esa cláusula dentro del contrato señor Black, ¿usted está seguro de ello? — Sean asintió. — Más que seguro — Quitó su mano que se encontraba presionando el contrato y le sonrió de lado. — Está bien, podemos hacer eso posible — Asintió ante esa petición un tanto absurda para él — Le mantendré informado sobre las fechas en las que debe de venir. — Con gusto estaré aquí para elegir a la mejor bailarina de su academia. Los planes de Sean Black ya estaban previstos, por lo que el empresario simplemente dejó que estos siguieran su rumbo hacía obtener lo que él había estado anhelando durante tanto tiempo… a Jade.