Romance

Punto de vista Chloe. Mi avión por fin aterrizó en Londres. El motivo de mi muy esperada visita era que mi mejor amigo, el mismo que conozco desde hace más de veinte años, se casa. Realmente cuando recibí su llamada me sorprendí, porque él jamás había tenido ningún romance serio, pero ahora estaba a punto de contraer matrimonio con una mujer que ni siquiera conozco, es más, ellos se conocieron solo seís meses atrás ¿Muy pronto para casarse? ¡Por supuesto que lo era! Pero ¿Quién soy yo para juzgar? Luego de que todo el maldito chequeo terminara, tomé un taxi hacia el hotel donde me hospedaría, necesitaba tomar un trago cuanto antes. Ni siquiera me molesté en acomodar mi equipaje, simplemente pedí una botella de vino y me quedé en el balcón de aquel piso mientras pensaba que haría a continuación, no me agradaba mucho la idea de quedarme aquí sin hacer nada, aún era temprano y sin dudas mirar alguna película no era opción. Llamar a mi mejor amigo a esta hora no me pareció muy conveniente, por lo que creí que ir a un bar sería lo mejor por esta noche. Entonces recordé uno que solía frecuentar cuando vivía aquí, sin dudas sería una noche muy interesante. Tenía buen maquillaje y mi cabello solo necesitaba un pqueño retoque y estaría lista, claro que primero buscaría un lindo vestido para ponerme a juego con mis hermosos zapatos. De todas formas no necesitaba tanto para estar perfecta. Para mi suerte el bar quedaba a solo unas calles del hotel, por lo que tomé mi bolso y comencé a caminar hacia el lugar. Al llegar sabía que aún no estaría tan lleno de gente por el horario, así que me senté sobre la barra, saludé al barman con un sonrisa y le pedí un trago. —Aquí tienes, linda —su sonrisa de lado hizo que levantara mi ceja derecha —¡Gracias! —guiñé un ojo No, no me gustaban los chicos, pero me encantaba que gusten de mi. A medida que el tiempo pasaba se iba llenando aún más el lugar, mientras tomaba mi trago, veía como dos chicas bailaban en el centro de la pista. Bonita vista. Una chica rubia se sentó a mi lado y le pidió al mismo chico 4 bebidas, supongo que tenía amigas, al menos que sea alcohólica. Una mujer de cabello n***o, con unos bonitos par de ojos y una sonrisa atractica se acercó hacia ella, diciéndole algo al oído mientras le sonreía con alegría. Pude haber escuchado, pero mi mente estaba perdida mirando a aquella mujer. Sexy, muy sexy. Llevaba un vestido n***o, pegado al cuerpo, dejándome ver su gran escote,adornando su precioso cuello con una fina cadena de oro, dejando a mi vista esas hermosas clavículas y su piel. Nuestras miradas cruzaron y pude jurar que ella estaba en el mismo estado que yo, hipnotizada por su belleza. Sus ojos verdes eran maravillosos. Llegaron dos chicas más y la pelinegra dejó de mirarme para ponerle atención a sus amigas.  Quizás me había cautivado, pero no me quedaría mirando como una idiota todo el tiempo por lo que me giré nuevamente tomando un trago. La rubia sentada a mi lado se dio la vuelta y me miró —¿Estas sola? —la rubia se sentó a mi lado y me miró expectante —Si ¿Y tú? —pregunté para disimular —No, de hecho estoy con mis amigas ¿Quieres tomar algo con nosotras? —Depende ¿Son divertidas tus amigas? —dije con una sonrisa —No hay un grupo mejor que nosotras en este lugar —contestó guiñando un ojo —¿Eres de aquí? —Si ¿y tú? —Solía serlo, pero me he mudado a Manhattan —Interesante —murmuró levantando una ceja. Se giró para mirar a sus amigas— ¡Hey chicas, ella estará con nosotras esta noche, no es de aquí y la invité a que se nos una! La ojiverde de hace unos segundos se giró y clavó sus ojos en mi, lanzándome una sonrisa de infarto. —Soy Chloe —dije rompiendo el hielo —Hola, me llamo Lena —me ofreció su mano para saludarme y se la tomé Sus manos eran tan suaves y sin poder evitarlo la examiné. ¿Podrías ser más disimulada y menos gay, Chloe? ¡Por favor! —Hola, soy Emily, ella es Sophia —señaló a su amiga pelirroja —Y yo soy Olivia —dijo la chica que me había invitado —¿Que tomas? —preguntó la ojiverde jugando con los dedos sobre sus labios —Ginebra, pero ya la acabé —respondí mostrando mi vaso vacío —Entonces te pediré lo mismo que a nosotras —¿Que pidieron? —Tequila —habló la pelirroja —¿Intentan ponerse ebrias rápido? —reí ante sus miradas —Exacto —dijo Lena —Nosotras estamos en una de las mesas de allá ¿Quieres venir? —me ofreció Sophia —¡Claro! Volteé hacia el chico nuevamente, pidiendo tragos para todas y dejandole una sonrisa coqueta para lego seguir a las chicas hacia el lugar donde estaban anteriormente. —¿Podría saber el motivo de tu viaje? —preguntó Lena con interés —Una boda —respondí con diversión —¡Que casualidad! nosotras... —Emily fue interrumpida por Lena —¿A que te dedicas? —Tengo un estudio en Manhattan ¿Ustedes? —pregunté para todas, pero en realidad la miraba solo a ella —Soy abogada, pero me gusta más el arte Tu eres una obra de arte. —Chef —Sophia interrumpió mis pensamientos —Modelo —ésta vez habló Emily —Yo no hago nada —respondió Olivia con una sonrisa —Tiene una tienda de ropa, pero casi nunca está ahí —intervino Emily —Es que me aburro Nos quedamos por un tiempo largo hablando sobre nuestras vidas mientras veía que las personas se reunían en el centro de la pista bailando al ritmo de la música. Nosotras estábamos igual, nada más que ninguna se animaba a levantarse hasta que Emily habló. —¿Bailamos? —dijo mirándonos a todas Rápidamente asentimos y terminamos nuestros tragos para reunirnos con el resto de la gente.  Quizás tuve que luchar un poco en el camino, ya que varios hombres quisieron besarme. Mis ojos ya estaban puestos en alguien. Formamos una pequeña ronda, bailando entre nosotras mientras mis ojos solo veía a la ojiverde frente a mi, quién movía sensualmente sus caderas a la vez que mordía su labio inferior y me sonreía. Santa mierda. Confesándome, podía decir que también la estaba provocando y la tensión s****l podía notarse entre nosotras. Ella me miraba tanto como yo la deleitaba. A l parecer su amiga Olivia se dio cuenta de eso y le sonrió mientras negaba con la cabeza divertida. Sophia fue por más tragos y así seguimos toda la noche, bailando y bebiendo grandes cantidades de alcohol. Mi mente estaba mareada, estaba con los ojos cerrados. Sonreía pensando que hacía mucho tiempo no pasaba una noche tan espectacular como ésta, desde hace tiempo me había centrado en mi estudio y no existía más que para el trabajo, dejando mis salidas nocturnas a un lado. Pero ¿Quién podía siquiera estar pensando en el trabajo cuando tenía a una sexy morena ojiverde tomándome de la mano? Nos arrastramos entre las personas para salir de la multitud, ella era quien estaba manejando la situación y me llevó hacia una esquina, arrinconandome contra la pared para besar mis labios. Sus manos se enredaron en mi cabello mientras que las mías se abrazaron a sus caderas para tenerla más cerca, prácticamente todo mi cuerpo estaba sobre el suyo mientras nuestras boas se devoraban entre si. No recordaba tener un beso tan sensual y excitante. Perdí la noción del tiempo ¿A quién le importa? Estaba besándome con la mujer más sexy de todo el lugar. Mis manos apretaron su trasero y escuché un gemido ahogado en mi cuello. Esto era el paraíso. Entre jadeos le dije que quería ir a otro sitio, que aunque ese lugar estaba bastante alejado, no era apropiado. Ella accedió y la esperé un momento hasta que le envió un mensaje de texto a sus amigas mientras le decía que mi habitación estaba a dos calles. Besos en el camino, tomadas de la mano mientas nos reíamos de una pequeña charla hasta llegar, en cada oportunidad nos besábamos como si fuese la última vez que íbamos a vernos en nuestras vidas. En cuanto abrí la puerta, tomé sus caderas y volví a besarla para entrar en pequeños pasos ciegos hacia donde estaba la habitación. Nuestras manos desesperadas intentaban quitar ambos vestidos, convirtiéndose en una lucha divertida y sensual, ella era tan caliente. Entre risas y jadeos logré quitar su vestido y luego la ayudé con el mío mientras me besaba el cuello. Su perfume me estaba afectando. ¿Algo más que me guste de ella? Entre pasos certeros llegamos hasta la cama y ella se quedó semi acostada mientras mi miraba bajaba por su hermoso cuerpo. Encaje n***o, sensual. Estaba segura de que le había dejado marcas en su cuello, y sonreí orgullosa cuando la escuchaba gemir debajo mio. —Estoy tan mojada —susurró— ¿Quieres ver? Iba a morirme en ese instante. Bajé por su cuerpo, mordiendo y succionando su piel en el camino. Cuando sólo me quedaba sacarle sus bragas la miré y ella mordió su lengua mientras sonreía. Mi ropa interior se arruinó. Saqué la última prenda y suspiré de placer cuando vi su centro completamente mojado. Ella tomó mi cabeza y me mantuvo frente a su sexo. Ésta chica no podía ser más sexy sonriéndome de aquella manera mientras la miraba. **** Desperté por el movimiento de la cama y al abrir mis ojos, me encontré con Lena recogiendo su ropa del suelo. —¿Ya te vas, preciosa? —murmuré No respondió, así que me levanté de la cama y me di cuenta de que estaba desnuda al igual que ella. No recordaba mucho de la Ella no respondió por lo que solo me limité a mirarla, esperando que dijera algo o que al menos me mirara. —¿Lena? —Tengo que irme —murmuró de prisa —¿No piensas darme los buenos días? —dije con una sonrisa —Adiós, Chloe La miré sin entender pero antes de que reaccionara tomó la última prenda y salió de la habitación, caminando directamente hacia la puerta de entrada —¿No me darás tu teléfono? —No —fue tajante y autoritaria Abrió la puerta y desapareció, dejándome allí, totalmente confundida. Suspiré mirando la sala y volví a la cama, quizás lograría dormir un poco más. ¡LA BODA! Maldita sea, casi me olvido que tenía que asistir. Me levanté rápidamente de la cama y me metí a la ducha, si llegaba tarde Alexander me mataría. Fue la ducha más corta de mi vida, en solo media hora logré maquillarme, buscar un vestido que combinaran con mis zapatos y tomar un taxi. Bajé rápidamente, sabiendo que había llegado tarde y los novios estaban en el centro del lugar.  Me quedé a un costado, en el fondo de todos para que nadie se diera cuenta de mi tardanza,moría de verguenza con mi mejor amigo. La ceremonia no fue tan larga y cuando escuché que ambos dieron el sí, aplaudí con una sonrisa al igual que todos y esperé a que salieran. Un nudo se formó en mi garganta, mi boca estaba completamente abierta ante lo que estaba frente a mis ojos. Era Lena. Mi mejor amigo se acababa de casar con la mujer que hace unas horas estaba en mi cama.