Palabras al aire

Hace no mucho, una carta fue encontrada, parecía simplemente una inofensiva despedida de un amor que no logró sobrevivir. Pero todo se salió de control una vez cayó en las manos equivocadas: Mar., 6 de abril.  Escuchando música, cantando, e incluso en las acciones del día a día en las que te parezca imposible que te recuerde, ahí estás tú. A pesar de mi decisión, aun cuando me dije mil y una veces que no te necesitaba, muy a mi pesar; no te dejo de pensar. ¿Qué hubiera pasado si no te hubiera apartado? ¿Seguirías aún conmigo? ¿Estarías a mi lado? No importa las veces que intente no pensar en ti o convencerme a mí misma que es mejor así. Todas esas veces vuelves a mí: en mis recuerdos, pensamientos, y corazón. Si me hubieras dicho que me iba a enamorar perdidamente de ti, no te hubiera creído, seguro habría dicho que sería imposible. Pero mira como terminaron las cosas: tu viviendo tan tranquilo y yo aquí escribiéndote, esperando que algún día mi mente no se empeñe en recordarte y mi corazón en extrañarte. Te conocí y desde ese momento viviste para quedarte, lástima que ahora te encuentras lejos y sin querer saber nada de mí, aunque no te culpo. Si desde un momento me hubiese mentalizado que tú y yo jamás íbamos a poder estar juntos, seguro aún seguirías conmigo. Pero sé que eso resultaría en traicionarme a mí misma. El amor es egoísta; es tan ilusorio que en algún momento te tenía y ahora ni siquiera un mensaje tengo tuyo. ¿Mis recuerdos bastarán para que vivas por siempre en mi memoria? Supongo que este sentimiento es pasajero, espero y así sea; porque no he conocido a alguien que se asemeje a ti, y espero en serio que no sea así, porque eso implicaría que te dejase de recordar... ¿Qué irónico no? Estoy tan impaciente deseando olvidarte, pero al mismo tiempo no quiero que eso pase. Solo espero que tampoco me olvides. Que el recuerdo que guardes mío sea el más atesorado y el más cuidado. Pero conociéndote, no creo que tal cosa sea posible. ¿Por qué tan siquiera ibas a guardar algún ápice de mí? Lo que te hice puede o no ser algo que dejó marca... ¿Pero fue suficiente para quedar grabada por siempre en tu memoria? ¿Alguna vez pensaste en mí como yo pienso en ti? ¿Pasó por tu mente el perdonarme? Por más que me duela, tendré que guardarme ese sentimiento muy dentro de mí. Porque no creo que leas esto. Espero que nunca lo hagas. Por siempre tuya, Merh. La pregunta no era quién la había escrito, si no para quién estaba escrita. Eso hubiera ayudado de mucho para poder evitar toda esta locura... Ahora ya es demasiado tarde.