SIEMPRE FUISTE TÚ

—PÍP, PÍP, PÍP— En ese momento abrí poco a poco los ojos, mirando hacia la estúpida alarma que no paraba de sonar, maldita pobreza que obliga al ser humano a levantarse temprano odiaba ir a trabajar constantemente, aunque realmente hoy no trabajaba. —¡Oh no! m****a, malditas sea odio todo—me había quedado dormida como de costumbre, encima hoy era mi entrevista de trabajo, me levanté lo más rápido posible, entrando a la ducha para bañarme y cepillarme los dientes a toda prisa, iba lo más rápido posible e intentar llegar a tiempo. Después de unos minutos miré mi vestimenta en el espejo que estaba en la entrada y me reí de mi misma, llevaba una falda de tubo apretada vaquera que apenas me llegaba a las rodillas, una blusa de color azul celeste y unos tacones de color blanco, lo conviene con un bolso blanco, con el pelo recogido con una coleta y con un maquillaje natural. cogí el coche así para llegar rápido al trabajo, al llegar a la empresa era un edificio alto, era un rasca cielo. —Buenos días, tenía hoy una entrevista de trabajo—Le dije sonriendo y amablemente a la chica ir estaba en recepción —Buenos días, me podría indicar nombre y apellidos por favor—Dice ella con su sonrisa forzada —Emma Horwen—digo con una sonrisa —Perfecto, debe de ir a la planta 28 allí mismo le harán la entrevista, suerte—Ella ni siquiera se molesta en mirarme y no aparta la mirada del ordenador —Gracias—le digo mientras voy para ir a coger el ascensor En ese momento entre rápido al ascensor antes de que cerrara las puertas ya que habían entrado otras personas antes que yo, por casualidades de la vida el ascensor se detuvo, me convenía ya que igual iba tarde ahora tendría una excusa por haber llegado tarde. —Tengo claustrofobia—Dijo una rubia que estaba alli con voz de p**o, se notaba que estaba exagerando con su reacción—Que alguien nos abra el ascensor por favor, no puedo estar aquí, me va a dar algo—dijo ella fingiendo dificultad al momento de hablar. No entendía porque era tan dramática, hasta que mire atrás justamente donde estaba un hombre alto, bastante atractivo, de cabello castaño y unos ojos de color miel, me quedé mirando por unos instantes sus ojos, el me miró y sonrió. —Que abran ya—Dice la rubia acercándose al hombre y agarrándolo del brazo. —¿Te puedes callar? No eres la única que está encerrada, como si no fuera ya molestó el echo de estar aquí con tener que aguantarte a ti también—Dije secamente, demasiado drama para mi gusto —¿cómo?—Dijo ella haciéndose la ofendida —Si quieres llamar su atención espera a que bajemos del ascensor—Dije mientras me quitaba los tacones, no pensaba estar esperando allí por varios minutos con los tacones puestos, me estaban matando. La rubia comenzó a llorar desconsoladamente, pero falsamente ¿Mis palabras la habrían ofendido tanto? Qué más daba, Como si eso me importará, lo único que quería era salir del ascensor y acabar el día. —Debería disculparse con la señorita— Dijo el hombre que estaba allí, Espera el idiota ¿Me ha dicho que me disculpara? lo mire sorprendida —Por cierto no es señorita es señora ¿O acaso no puedes notar que la señorita me dobla la edad—Aunque debería disculparme, si con una disculpa se calla porque no—Siento que seas tan sensible a tal punto que te afecte mi opinión, debería de importarte poco las opiniones de los demás así las cosas te irían muchísimo mejor cielo, pero una cosa más si tuvieras realmente claustrofobia ya te hubieras caído al piso—Dije —Eres una malcriada—Dijo la rubia —Gracias—Dije orgullosamente e infantil, sentía algo de vergüenza ajena ante mi reacción El hombre que estaba allí recibió una llamada. —Nos sacarán en una media hora de aquí aproximadamente—Dijo el La rubia comenzó a saltar de alegría abrazándolo, el no se inmutó, dejo que la abrazara pero sin devolver el abrazo. —¿Desde cuándo estás enamorada de el? me partes el alma, verte mirándolo así mientras que el solo ignora tu presencia, había leído que en esta empresa estaba p*******o las relaciones entre empleados ¿No es así?—Dije directamente Ella simplemente se sonrojo y se quedó callada, pero ninguno contesto pregunta. —Que conste que tu no pareces gustarle, ni siquiera a reaccionado cuando lo has abrazado, no te ve como algo serio, parece ser que lo que siente por ti es solo atracción s****l es penoso verte tan ilusionada y entregada así a un hombre—Dije En ese momento la rubia estaba pálida con los ojos llorosos, para mi suerte abrieron las puertas del ascensor en ese instante y ella salió rápido, creo que esta vez me he pasado, aunque le ahorre males de amor. Aún me planteaba lo de ir a la entrevista, llegaba demasiado tarde, aunque la culpa es de la empresa. En ese momento entre al despacho para la entrevista, después de que me lo indicara la recepcionista. Para mi sorpresa o mejor dicho para mi desgracia el que estaba allí era el idiota del ascensor. —¿La señorita Horwen?—Dijo el —La misma—Dije sin ganas ya que sabía que no me contrataría, después de lo que le había dicho a su amante. —La quiero aquí mañana a las 7:00 sea puntual a esa hora comienza su trabajo fuera está mi secretaria ella le explicara todo lo demás—Dijo el Me quede mirándolo embobada ¿Enserio que me había contratado? —¿Es usted sorda?—Dijo el idiota, quiero decir mi nuevo jefe —No soy sorda, est... quiero decir es todo un gusto formar parte de su empresa, gracias por darme esta maravillosa oportunidad—dije rápidamente Después de eso salí de su despacho a casa, que pereza de vida no quiero levantarme tan temprano odio madrugar, como me hubiera gustado nacer rica, que injusta es la vida, tal vez debería plantearme lo de buscar un hombre rico que me mantuviera.