Hacemos yaoi? (TERMINADA)

Era domingo y aunque para muchas personas el domingo significaba paz y harmonía para Chan solo significaba un día más de trabajo. Todavía le quedaban por organizar unas cuantas cajas de material que el lunes a primera hora debía enviar a sus destinatarios. Se levantó perezoso de la cama y directamente fue al salón donde todavía aguardaban todas las cajas por abrir. Se arrodilló junto a la que le quedaba más cerca de la entrada y empezó a desembalarla. Quitó la cinta y abrió las alas al completo. Intentó quitar el contenido pero la empresa distribuidora se había pasado de papel de burbujas en esa remesa así que no tuvo más remedio que usar las tijeras. Palpó el suelo en busca de ellas ya que la noche anterior las dejó tiradas por el suelo, cuando dio con ellas vigiló bien donde debía cortar y donde no y dio un buen tijerazo para deshacerse de todo ese embrollo de papel de burbujas. Una vez despejada mejor la situación pudo sacar con comodidad el contenido de la caja. Lo sacó despacio y los fue colocando cuidadosamente a su lado en torres de 15. En cuanto estuvo la caja vacía la hizo a un lado y prosiguió a coger su libreta donde tenía todos los encargos apuntados. Se sentó con las camas cruzadas y antes de reorganizarlo todo se quedó contemplando todos los mangas nuevos que reposaban ante él. Revisó que todos estuvieran en buenas condiciones y los hojeó para saber que el interior también estaba correcto. Se esmeraba mucho en revisar bien cada remesa nueva que le llegaba porque quería que sus clientes estuvieran satisfechos con su trabajo y siguieran comprando mediante él. ―Vamos a ver... Ten count, colección entera y Dakaretai Otoko Ichii ni Odosarete Imasu tomos 5 y 6... ―susurraba para sí mismo mientras iba separando los mangas. ―Uhm... Los de Junjou Romantica no están aquí... Supongo que estarán en las otras cajas ―suspiró y miró a las otras 4 cajas que aguardaban para ser abiertas. Y así siguió toda su mañana; desembalando, clasificando y empaquetando de nuevo para enviar los paquetes el lunes a primera hora. Básicamente su trabajo era hacer de segundo transportista por así decirlo. Al principio parecía ser que ese negocio estaba destinado a quedar en nada pero poco a poco la gente empezó a comprar a través de él y gracias a todos los comentarios positivos había obtenido fama y había podido crecer. Pero no vendía mangas cualquieras, Chan solo vendía mangas yaoi ―los cuales muchas veces son difíciles de conseguir incluso en grandes convenciones―. Los compraba directamente desde la fábrica que los imprime y así le salían más baratos y los podía vender un poco más rebajados del precio normal que suelen tener. Al principio había sido difícil poder contactar con la mayoría de fábricas impresoras de mangas y fue aún más difícil que accedieran a venderle siendo una empresa tan pequeña. El único fallo que tenía en su labor era la lentitud, estaba solo en su negocio y a pesar de que se ganara bien la vida era un trabajo pesado. El estar solo y el tener que combinarlo con sus estudios solo lo entorpecían más y eso hacía que muchos pedidos les llegarán más tarde de lo debido pero a pesar de todo la gente seguía confiando en él y eso lo animaba a seguir. Cuando iba por la penúltima caja decidió tomarse un descanso y se fue a comer. Mientras comía revisó su teléfono que no había tocado desde ayer en la noche. Habían varias notificaciones de Twitter de gente que hacía nuevos pedidos de la próxima remesa que tenía que pedir y unos cuantos preguntando por sus pedidos anteriores. También habían mensajes de sus amigos y notificaciones de ** pero simplemente las ignoró todas y fue de cabeza a Twitter. Pulsó la opción de escribir un nuevo tuit y escribió: Terminando de empaquetar todo En la tarde empezaré con poner las etiquetas y todo ya estará listo para ser enviado el lunes!! Por favor tened paciencia >~❤ Por cierto los pedidos para la próxima remesa siguen abiertos! Y luego fue hacia el salón donde hizo una foto de todo el desorden que había de cajas apiladas y cinta adhesiva y todos los mangas colocados en columnas y con etiquetas para saber de quien era el pedido. Colgó el tuit y de inmediato recibió likes y personas respondiendo con comentarios del estilo agradeciéndole el esfuerzo y todo el trabajo. Después de esa ronda de buenos comentarios y de haber llenado el estómago se dispuso a seguir con los paquetes cuando una notificación de Twitter indicándole que alguien quería enviarle un mensaje privado lo distrajo. Chan miró desde previsualización y vio que se trataba de alguien preguntando por sus pedidos, abrió el chat y leyó mejor lo que decía. @chickenmylove Hey Quería preguntar una cosa sobre los pedidos Hay la posibilidad de la entrega en mano? Chan se quedó pensativo ante el mensaje, la verdad es que nunca había considerado entregar los paquetes en mano. Cierto también es que pocos sabían quien era en realidad, o sabían algo de la vida real que llevaba. Lo pensó un rato y luego le contestó. Hola! Nunca había considerado la entrega en mano Es por los gastos de envío? Si es por eso te los puedo rebajar uwu @chickenmylove No, no es por eso Es solo que... Me ha surgido un imprevisto con el que no había contado antes Ooh... Entiendo, y dónde te iría bien hacer la entrega? @chickenmylove Mañana a las 6 aqui? Ubicación Perfecto! Ahora lo apunto ^^ Nos vemos ~ @chickenmylove Valee Muchas gracias por hacerme este favor ❤ De nada! ❤ Todo sea por mis clientes Cerró el teléfono sin darle mucha más importancia y siguió con terminar los pedidos. El primero que hizo de la tanda de tarde fue el del usuario @chickenmylove y lo separó con un post-it fluorescente que decía: "Entrega en mano a las 6" Porque tenía la sensación que si no se lo apuntaba se olvidaría de ello.