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Siempre amé tu locura

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Blurb

La fotógrafa Amber Newport está en una crisis irremontable con su pareja de hace dos años. Cuando decide aprovechar su libertad, coincide en una discoteca con Kurt Bristol, alguien que apenas conocía de vista. Esa misma noche un acontecimiento los obliga a tomar una drástica decisión.

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Dudas
Siempre amé tu locura. Capítulo 1: Dudas La mantita a cuadros con colores alegres y vivos permanecía tendida sobre el verde césped de Hyde Park de Londres. Una canasta repleta de ricos manjares abierta en el centro mientras dos jóvenes de aproximadamente veinticinco años estaban acostadas sobre ella, disfrutando aquel magnífico día de primavera. En silencio, ambas observaban la magnificencia del lago de agua cristalina, vagando vaya a saber en qué pensamiento. La tarde del primer sábado de junio era perfecta, el clima acompañaba con un brillante sol de primavera. Los niños corrían, se hamacaban, se tiraban del tobogán. También había parejas abrazadas, sentadas en los bancos, que no escatimaban en arrumacos... Una de las dos jóvenes, la rubia llamada Chelsea Carver, se entretenía buscando formas a las nubes, observándolas a través de sus psicodélicos lentes de sol color verde petróleo. Su compañera, Amber Newport, tenía el cabello color oscuro y grandes ojos azules... se incorporó, al escuchar las voces de esos niños; apoyó su peso en los codos y los observó con más detenimiento. Se trataba de una niña de piel morena, tenía dos trencitas, y al parecer le decía a su amigo, o a su hermano, que ella sabía hamacarse más fuerte. -Terminé con Dayron- confesó, tras un largo suspiro. -Dime que es definitivo, Amber...-rogó su amiga. -Eso espero. -Depende de ti, de tus decisiones...no es algo que puedas o no esperar.- dijo Chelsea -Ni yo sé lo que quiero...-reconoció Amber, confundida. -Nunca he terminado de entender qué le viste, Amber. -Es un buen chico.-replicó ésta última. -Típico. Cuando un hombre es feo decimos que es bueno.-afirmó insolentemente. -Dayron no es feo, todo lo contrario. -Quise decir que no es lo que tú necesitas.-especificó Chelsea. -Tal vez tengas razón; la última discusión fue horrible... dice que estoy obsesionada con... -Bueno, un poco de razón tiene ¿no? -Las amigas se miraron.- No me acuses así con esa miradita, es la verdad. -¿Acaso no lo entiendes? -dijo Amber con cierta angustia- No se trata de una obsesión, es mi sueño Chelsea. Siempre lo he postergado por mi carrera, por mi familia... y ahora que podríamos... -Él no quiere ser padre, te lo dijo cientos de veces, fue muy claro contigo.- le recordó Chelsea. -A veces pienso que somos incompatibles, durante la época que lo intentábamos... -¿Cuándo lo intentaron? -dijo sorprendida Chelsea.                                                                   -Hace un tiempo, cuando él accedió...-Amber evadió su mirada. -¿Y ahora? -Directamente no tenemos relaciones... él dice que no está preparado. -Amber exhaló un suspiro de impaciencia -¿Para follar? - las dos rieron. -Para eso tampoco. -admitió Amber con bronca- Tiene treinta siete años, no sé cuándo estará preparado sino es ahora... -Recuerda que los hombres pueden ser padres a cualquier edad. -Eso no es cierto, ¿te imaginas un padre de ochenta años? - Chelsea sonrió- ¿Ves? Sería una locura... -Dayron tiene cincuenta años por delante hasta llegar a los ochenta.-puntualizó Chelsea, quitándose los anteojos de sol para hacerle una inspección con la mirada. -Estás equivocada, Carver; le quedan cuarenta y siete años.-inevitablemente, las dos rieron a carcajadas.- Te hablo en serio, Chelsea. -Yo también. ¿Sabes qué? - Amber negó- No siento que el problema de la ruptura haya sido su negativa a tener un hijo... -¿Ah no? Y ¿cuál es entonces? -La relación no funciona, amiga. Hace tiempo que vienen mal. - la miró - No sé si estás tan enamorada como al principio...tiene intereses diferentes. -El amor no puede ser el mismo siempre.-argumentó Amber, sin molestarse- Debe ir mutando para poder sobrevivir. -Sí, pero... -No puedo sentir el mismo entusiasmo del principio, a nadie le sucede eso.- dijo Amber. -A eso iba - la cortó Chelsea cansada de que la interrumpa- Nunca vi en ti el entusiasmo de una mujer enamorada, nunca te vi emocionada por estar con él, no te he visto realmente plena...viven discutiendo, eso no puede ser amor. -Miras demasiadas telenovelas, Chelsea. La pasión no dura para siempre, no todo es intensidad, ni vértigo, el amor es lo que resta y sobrevive a esa revolución que uno siente apenas conoce a alguien...- encomilló la frase con los dedos.- Después eso se esfuma, con el tiempo. -No opino lo mismo... el amor también pasión, vértigo e intensidad.- repuso Chelsea, soñadora - No me puedes negar que todo ese momento de revolución como tú le llamas es lo mejor de una relación. -Eso es enamoramiento, pura fantasía. Ni dos minutos dura. -Deberías sentir algo ¿sabes? - Chelsea inspeccionó el rostro de su amiga detenidamente- Siempre pensé que lo mejor para ti sería hacer una locura... nunca te has salido del molde, has ido demasiado bien encarrilada. -No es mi estilo salirme del molde Chel...-Soltó Amber molesta. -¡No me llames Chel!...- torció sus oscuros ojos, con desagrado.- Como te decía, nunca te descarrilaste... ¿no crees que sería bueno divertirte un poco? -Si te consuela, ya he terminado con Dayron. Eso para mí es descarrilarse, estoy soltera nuevamente.-bufó. -Arruinaste tu relación con esa fijación que tienes de ser madre...- opinó la joven. -¡Hey! Es mi deseo, ¿qué tiene de malo?- Replicó Amber sintiéndose incomprendida- Ya tengo veintisiete años...- Chelsea empezó a reírse- ¿Se puede saber qué te parece tan gracioso? -Lo dices como si tuvieras noventa... aún tienes tiempo para concebir. -No lo tengo realmente, mi pareja es un desastre. - chasqueó la lengua, mirando el cielo con las manos en la nuca- Quizá tengas razón. -¿Qué quieres decir? -Tal vez no sea Dayron la persona indicada para tener un hijo... -¿Y si no es Dayron, quién es? -Nadie en particular...-dijo Amber.- Quizá deba tenerlo sola. -Cuando te dije que cometas una locura, me refería a un viaje, a vacaciones... o a follar con varios a la vez...-aclaró Chelsea sentándose en la manta. -Quiero tener un hijo, Chelsea... -Estás delirando- Amber se sentó también, en canastitas. Chelsea detectó algo de rebeldía tatuado en sus pupilas.- No hablarás en serio, ¿no? -¿Qué tiene de malo?- se encogió de hombros. -Tener un hijo sola es una locura, ¿crees que solo se trata de llevarlo nueve meses en el vientre? ¡Es costoso! ¡Hay que cuidarlo después! ¡Los niños hacen renegar, desobedecen, rompen cosas! Y ni hablar si les falta una figura paterna...-Chelsea dijo todo eso casi sin respirar. Amber frunció el entrecejo mirándola seriamente. -No quiero ofenderte, pero necesitas ayuda, algo así como un psiquiatra.-rieron y tras una breve pausa, Amber volvió a retomar la palabra.- No seas anticuada, Chelsea, hay muchos tipos de familia hoy por hoy... -Si, todo muy moderno pero en la vida real no es tan fácil, querida.- Amber sonrió. -Yo añoro tener un hijo y tú le tienes fobia a la maternidad. ¡Qué dupla! -No cuestiono tu deseo de ser madre, pero deberías pensarlo muy bien. - dijo Chelsea. Acto seguido, sacó un chocolate de la canasta y empezó a desenvolverlo con parsimonia. -Eso que estás comiendo permanece dos segundos en tu boca y años en tus caderas- la previno Amber. -Haré ejercicio después.- se justificó Chelsea, despreocupada. -Corre hasta Argentina, será la única manera de que no asimiles la cantidad de azúcar... -Cuéntame cómo está tu amiga la multimillonaria... -No la llames así, Melody es un sol. -¿Quién lo niega? -No te cae bien...te conozco Chelsea. -Nada de eso...es que me harté de hablar de Dayron- puso los ojos en blanco. -Melody está muy bien, sigue con Patrick.-respondió Amber. -Está bueno el marido.-admitió Chelsea. - Tienes las redes públicas...lindo manjar.- Amber asintió. -La niña es hermosa... -Rose, ¿no? La vi en tus historias -Sí, Rose. Ya tiene un año. - contó Amber -Se le ha dado por arrojar los juguetes al inodoro. - Chelsea sonrió. -Me alegro por la multimi...- Amber la miró severamente- Por Melody. -No seas envidiosa. -¡Pertenece al prestigioso clan Bristol! - sacó la lengua, burlona.- No tengo envidia, pero no puedes negar que es un poco mandona... -Se crió con todos los lujos...nadie puede ser sencillo si está acostumbrado a eso, ¿no? - la defendió Amber. -Ya...-descartó con la mano - ¿Qué te vas a poner para el recital de esta noche? -¿Qué recital? - Chelsea la miró como para matarla- Ah, ¡ya sé! -dijo acordándose. -¡Amber, lo olvidaste! ¡Hace dos semanas reservé lugar! -Se me pasó, la discusión con Dayron anoche fue nefasta...-se excusó la pelirroja. -¿Me quieres decir que es lo nuevo en lo que ocurrió entre tú y Dayron? - Se impacientaba Chelsea- Lo de siempre; discuten y tú lo echas a patadas de tu departamento...-la miró severamente- ¿Irás al recital? -¿Dónde es? -En BLUE.- Amber lo pensaba. -No lo sé...después veo - dijo indiferente. -Hay un cantante nuevo, se llama Peter Black; hace cover's de los 80. Me gustaría darle algo más que aplausos.- admitió Chelsea con una pícara sonrisa. -¿Qué te hace pensar que va a mirarte? - dijo Amber, sin pelos en la lengua. -¿Por qué no? No es tan famoso...recién está empezando.- murmuró esperanzada.- Y me consta que está soltero...la esperanza es lo último que se pierde. -Te juro que me encantaría tener tu optimismo.- sacó su móvil y lo revisó - Melody tiene un gran evento hoy... ya me había olvidado. -¿Qué evento? ¿El cumpleaños de la reina de Inglaterra? -No tonta, se casa su hermano Kurt. -Uh, semejante papacito...finalmente lo hemos perdido. - Amber rió - Hermoso, millonario y huérfano. -¡Chelsea! -se escandalizó - No digas eso...sufrieron un montón por la muerte de sus padres y... -Asumo que no te invitaron a la boda - la interrumpió su amiga. -No, no soy amiga de Kurt, sino de Melody...- se encogió de hombros - Van a tirar la casa por la ventana. -Te creo...esos se limpian el trasero con dólares.- dijo Chelsea, riendo. -Además, la novia de Kurt Bristol no es lo que se dice austera- las dos rieron con ganas. -¿La conoces? - Amber asintió. -Es bastante perseguida. -Que pena que no te haya invitado. Hubieras conseguido el reemplazante de Dayron con un chasquido de dedos. -No quiero reemplazar a nadie...tengo la cabeza hecha un lío.- dijo seria. -Entonces, ¿me acompañarás al recital? -¿Tengo alguna otra opción? Chelsea festejó su respuesta abriendo otro chocolate, pero Amber se quedó absorta en sus pensamientos. ¿Chelsea tenía razón con su consejo? ¿Estaría mal ser egoísta por una vez en la vida en pos de cumplir su sueño? ¿Era una locura lo que estaba pensando hacer? No tenía las ideas claras. *-* Kurt Bristol se miraba al espejo con atención, cerciorando si el smoking con el cual se estaría casando en las próximas horas, lucía como corresponde. Respiró hondo, parecía nervioso. Acomodó el moño de su smoking, intranquilo, temblando ligeramente. Tenía pelo castaño, ojos verdes y labios carnosos. La nariz de tamaño medio y una altura de metro noventa. Kurt era un hombre a quien siempre le sobraron las opciones, no solo por su porte de galán, sino también por la privilegiada situación económica. A menudo se preguntaba si su éxito con las mujeres estuvo basado más en su dinero que en su indiscutible atractivo. Sacudió la cabeza. Ya no había mujeres en su vida, sino solo una...en singular. En pocas horas se casaría con Cadence Relish, con quien llevaba dos años de novio. Cadence tenía veintiocho años, pertenecía a una familia de clase media alta, era la mujer que todos esperaban que eligiera. Por primera vez formaría su propia familia...¿por qué los nervios eran más intensos que la felicidad? Probablemente así debía sentirse cualquier persona antes de casarse. Uno no daba semejante paso todos los días.  Respiró hondo, intentando tranquilizar la pronta taquicardia que lo atosigó. Había soñado con su difunta madre; ella le decía que no Cadence no era la mujer correcta para él. Sacudió la cabeza, no iba a permitir que un sueño estúpido lo alterara de esa forma. "Fue solo una pesadilla, Kurt, no debes preocuparte. Tu madre no puede volver de la muerte para decirte lo que tienes que hacer.", se dijo. Mary y Robert Bristol habían muerto hacía veinte años, Kurt apenas tenía trece años cuando los perdió. Primero fue su madre quien luchó durante largo tiempo contra una enfermedad terminal; Robert no aguantó mucho tiempo sin ella, y falleció al año siguiente. Kurt deseó que estuvieran presentes, para reconfortarlo en esa ocasión tan especial, aunque tampoco entendía que esperaba oír. ¿Su padre se había sentido igual al contraer matrimonio? Suspiró, sonriendo a su reflejo o más bien practicando la sonrisa que fuera auténtica. ¿Acaso se notaban sus dudas, sus miedos? -¿Kurt? - él se dio vuelta, casi asustado. Era su única hermana, cinco años menor que él. -Melody...-dijo rojo. Al ver su rostro, ella frunció el ceño. -¿Qué haces con el traje puesto? - inquirió atónita. -No quiero llegar tarde. -¿Qué dices? Faltan cinco horas - entró y se sentó en la amplia cama, Kurt la miró. -¿Dónde está Cadence?                                                                                                          -En la cocina, haciendo prueba de maquillaje...está algo histérica; más tarde se vendrá a vestir a casa. -Lo inspeccionó detenidamente- ¿Y tú? - añadió al ver su seriedad. -¿Yo qué? -¿Te encuentras bien? -Sí, estoy bien.- replicó apagado. -Díselo a tu cara... se supone que deberías estar feliz, ¿no? -Lo estoy, por fin ha llegado el día- pero su tono de voz seguía sin convencer a Melody. -¿Estás nervioso? -Sí, es eso.-dijo pensando que era una buena excusa. -Dime la verdad, ¿te pasa algo más? - él suspiró y la miró - confía en mí. -No estoy seguro de hacer esto.-Melody palideció ante aquella confesión.- No me mires así. Me comprometí con Cadence y lo haré de todas formas pero... -¡Espera! ¡Espera! Detente- levantó una mano, como si le costara oír sus palabras- Dime que es una broma.                                                                                                                          -Ojala fuera una broma, estoy tan confundido... -revolvió sus cabellos, comenzando a ir y venir.. -Explícame qué cambió de ayer a hoy, Kurt-exigió ella, apretando los dientes. Él supo que su hermana estaba a punto de explotar de furia. Y no era para menos. -Soñé con mamá -dijo angustiado. -¿Con nuestra madre? -Sí, tenemos la misma - torció los ojos.                                                                                                           -¡Ya sé, idiota! - Kurt retrocedió, temeroso.- ¿Pero qué tiene que ver con tu casamiento? -Mamá me decía en el sueño que Cadence no era la mujer para mí. Que no iba a poder hacerme feliz ni yo a ella.- Melody lo miró como si estuviera loco.- Ya se...es una idiotez, pero... -¡Ni tu sabes lo que quieres! -Fue por el sueño, yo... -Basta con esa excusa de mierda - dijo cortante - Yo intuía que ibas a salir con un martes trece. -¡Me estás maltratando! -¿Pretendes que te felicite? - no esperó respuesta - Lo siento, pero no logro comprender tus dudas.- Kurt suspiró             -Ni yo sé lo que me pasa - admitió tristemente. -Es muy simple Kurt, ¿quieres o no quieres casarte con Cadence? Sincérate una vez en tu vida y no me salgas con que soñaste con mamá y todo eso...-Kurt alzó las cejas. Melody era de temer cuando se enojaba.- ¿Quieres estar con ella o no? -Entiéndeme... yo la vi tan muy entusiasmada con esta boda, estuvo preparándose desde hace mucho tiempo y... -¡Contesta a mi pregunta Kurt!-se exasperó Melody.- No me vengas con compromisos morales... ¿quieres o no quieres? -¡No me apures! - su hermana cada vez estaba más preocupada. Kurt sacó las manos de sus bolsillos y estiró los brazos, era difícil reconocer aquella verdad- Melody, yo no lo sé... yo... -¿Qué pasó? ¿Discutieron? - inquirió su hermana, intentando comprenderlo. -Cadence y yo hemos tenido algunos problemas a causa de sus celos desmedidos y hemos discutido bastante... -Siempre fue celosa, Kurt.- rodó los ojos- Recuerdo cuando insultó a mi amiga Amber por darte un abrazo en Navidad... -¿Amber? Ah, sí, ya sé quién es - contestó Kurt recordando el nefasto momento vivido años atrás, con Cadence en aquella Navidad. -Un momento lamentable. -comentó Melody, quien parecía satisfecha de despotricar contra su cuñada -. Se desubica constantemente. -Cadence hizo escenas similares en estos últimos meses... con varias mujeres. -Tu no eres nada fácil, Kurt. Te mandaste tus cagadas. -Si, se que yo tengo mío, pero... -¿Ahora te das cuenta de todo esto?- Melody lo apuntó con el dedo y él recordó ligeramente a Mary, su madre. Era muy parecida, pelo ondulado, rubia y de ojos verdes.- Te advertí que discutían mucho, que pensaras bien el paso que darías, pero tú aseguraste que te habías enamorado. -¡Lo sé! ¡No me hagas sentir peor, Melody! ¡No tuve ni tengo el valor para...! -¡Que Dios me ayude! - se victimizó mirando el techo-Intento entender cómo llegaste a este día sin estar seguro del casamiento y no lo logro... me dan ganas de matarte, ¿sabes? -¡Necesito contención, no regaños! - ella lo asesinó con la mirada, sin ceder ni un ápice- ¡Entiéndeme! Esto es reciente, los celos de Cadence se transformaron en un contratiempo, y empezamos a discutir asiduamente...ella ya había comenzado con los preparativos y seguimos adelante... y... bueno... -¿La amas? -Sí, claro que la quiero mucho. -¡Pregunté si la amas, Kurt! -La amé, mucho pero ahora yo... -¡Por Dios! ¿Cómo llegaste hasta este punto, Kurt? - dijo decepcionada. -Melody... -Eres un irresponsable -declaró enfadada-Y un cobarde, por cierto. -¡Oye! ¡Me casaré de todos modos! - aclaró Kurt, sintiendo vergüenza. -¡Ah qué valentía la tuya! No tendría mucho sentido, por si no lo notaste. ¡Es evidente que no quieres hacerlo!  -afirmó su hermana con sarcasmo. -Deja de comportarte como si fueras tú la engañada.- la cortó Kurt, empezando a enojarse él también. -¡A mí también me engañaste! - le hizo ver enfadada- ¡Creí que colaboraba con una boda que te hacía feliz! Y ya ves...mira el resultado... parece que vas derecho a la horca. -Me casaré - repitió Kurt, resignado- No podría plantar a Cadence...ella no lo merece... -Sino estás seguro, no deberías hacerlo - opinó Melody con determinación. -¿Quién te entiende? -Mira, Kurt...si te casas sin amarla, le harás un daño terrible y también te lo harías a ti mismo. -Melody, yo... En ese instante, tocaron la puerta de la habitación y los dos se sobresaltaron como si los hubiera pescado la policía mientras robaban. -¿Quién es? - preguntó Kurt nervioso. -Soy yo - él se estremeció al escuchar la voz de Cadence. Melody no colaboró mucho poniendo cara de terror ante la cercanía de la muchacha - ¿Puedo pasar? -¡No!- saltó Melody- ¡Tu novio se puso el smoking cinco horas antes y por cábala no debes verlo! -¡Mel, no seas supersticiosa! - reía ella, despreocupada. -¡Pero....!- Era tarde. Cadence ya había entrado.- Esto es peor de lo que pensaba... -No exageres querida cuñada. -dijo efusivamente- ¿Todo bien mi amor? ¡Estás hermoso, pero demasiado serio! -Sí, todo bien.- sonrió de manera forzosa.- Aunque deberías haberle hecho caso a Melody... cábalas son cábalas. -Justamente a tu hermana venía a buscar.- se acercó a su novio y lo besó. Luego miró a su cuñada.- Necesitaba que me ayudes con el vestido, Mel... ¿podemos ir a mi casa? Es que tienes tan buen gusto, cariño. -Si claro...-accedió Melody, a quien le temblaban las manos- Y tú, por cábala deberías casarte con otro smoking.- agregó significativamente. -Ya no exageres... -dijo Cadence haciendo un gesto de relajación. -Vayan tranquilas...-repuso Kurt, con la boca seca.- En unas horas nos vemos, linda. -En unas horas seremos marido y mujer...-lo besó con ganas- Te amo. (...) Todo estaba listo. Se casaban en un pequeño templo radicado en la periferia de Londres; era el deseo de Cadence era casarse en el mismo lugar que sus padres. Los familiares invitados a la ceremonia estaban ansiosos esperando por la novia junto con su papá. Kurt estaba parado allí, vestido cual príncipe azul. Buscó con la mirada a Melody...sostenía a su sobrina Rose de un año y medio, profundamente dormida en sus brazos. Sin embargo, ella entornó los ojos y lo esquivó. ¡Su único apoyo moral y emocional lo abandonaba! Kurt nunca se sintió tan solo. El marido de Mel, Patrick Dennell, no terminaba de comprender la cara seria de su esposa. -¿Qué te pasa? -Nada. -Creí que estabas feliz por la boda de tu hermano.- dijo desconcertado. -Lo estaba...hasta hace unas horas- susurró Melody. -¿Qué hizo ahora Kurt? No me digas que... -Hablamos después, Patrick. -Explícame porque no entiendo nada.- apremió intrigado. -Ya te dije, no es el momento ni el lugar...luego te cuento. - susurró misteriosamente. La madre de Cadence estaba apartada, en el primer banco, parecía ansiosa. En ese instante se abrieron las puertas del templo. Cadence lucía un pomposo vestido blanco, estilo campana que apenas la permitía caminar. Su padre, orgulloso, les sonreía a todos. Kurt se giró y la vio, y el estómago le dio una peligrosa sacudida. Estaba tan nervioso que perdió la noción del tiempo; fue apenas un parpadeo y el sacerdote que los casaba, ya le estaba hablando, haciéndole una importante pregunta. -Kurt Robert Bristol, ¿acepta a Cadence Relish para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, hasta que la muerte los separe? -Sí, acepto.- ¿Había tardado demasiado en contestar? Percibió que habían pasado horas, pero evidentemente contestó enseguida, porque todos sonreían con emoción. -Cadence Relish, ¿aceptas a Kurt Robert Bristol para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza hasta que la muerte los separe? Cadence hizo una sonrisa que más bien pretendió ser un gesto cínico y vengativo. Kurt sintió una voltereta en el estómago. Giró hacia atrás y los miró a todos y luego a Kurt. -Señorita Relish, debe contestar la pregunta... ¿Acepta...? -Por supuesto que no.

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