bc

PECCATA MEA

book_age16+
55
FOLLOW
1K
READ
murder
sex
drama
tragedy
bisexual
humorous
mystery
secrets
slow burn
spiritual
like
intro-logo
Blurb

Un día de la ciudad desearon escapar, chicos nocturnos deseando vivir una vida normal. Secreto tras secreto buscaron ocultar, pero hallaron mucho más.

Todos ocultan algo y de eso no pueden escapar, solo deben descifrar y no dejarse atrapar.

El amor estará, pero de poco servirá, a la hora de servir al señor deberás exclamar.

Aria es parte de eso y mucho tendrá que contar. Otis viene para atarear. Eros poco te va a resaltar. Adrián tiene algo que forzar y después de todo, alguien será quien te lo dirá.

chap-preview
Free preview
-00-
    "Prohíbenos algo, y eso será lo que más desearemos"    Geoffrey Chaucer. Las luces nos ciegan cada vez más como los faroles que iluminan las empedradas calles de mi hogar. Hogar... No. Ya no podría definir Otranto como mi hogar. Además de nosotros, hay otras personas a nuestro alrededor, que entre murmullos y sonidos, comparten el espacio repleto de gérmenes, el cual llamaron: celda. Suelto un suspiro largo, abrazándome a mí misma. No he podido dormir en mi estancia aquí, pero tampoco podría, no sabiendo lo que ha sucedido. Somos siete en total y cada uno de nosotros ha dejado una marca de los pecados que en el pasado prometimos no cometer. Calen está jugando con una pelota azul que encontró. Un objeto no permitido allá. Eros, por su parte, sigue con la vista fija en el suelo. Su cabello desordenado y el labio partido hacen que me retuerza ante esa imagen. No puedo dejar de pensar en lo que sucedió anoche y verlo no me ayuda. Otis tiene los brazos a cada extremo, fuera de los barrotes. Se ha pospuesto a hablar con la guardia de traje azul que pasa su tiempo viendo personas dentro de una caja negra, así que, por más que lo ha intentado, el hijo del gobernador no ha logrado que le presten atención. Giro mi rostro y de ese modo, me encuentro con la mirada triste de Adora, quien enseguida pasa a verse las uñas. Eda a su lado le propicia un golpe con su propia nuca al estar cabeceando y de ese modo, vuelvo mi mirada hacia la chica que está en la esquina. Todos siguen mi mirada y en este instante, solo quiero algo: escapar. —Todo estaría bien, sí ella—Caleb señala a la chica en la esquina, acurrucada—, no hubiera venido. ¡¿En qué estaban pensando, ah?! ¿Traer a Belisa, es en serio? Sobo mi cuello, sabiendo perfectamente que esto no arreglará nada. —Se supone que queremos vivir una vida normal, animar a otros a lo mismo, para que no permanezcan en ese agujero. Por eso la trajimos, Caleb. Fue entonces que Adora bufó, haciéndose participe de nuestra pequeña discusión diciendo: —El único error fue que dejamos que nos atraparan y no fue exactamente nuestra culpa—arqueó una ceja, luciendo más seductora que nunca. De estar en Otranto, ya la hubieran azotado—. Esto antes no nos había sucedido, hasta que se les dio por pelear. Su mirada me persigue en segundos y no puedo evitar atraer los recuerdos de las luces, el alcohol, y el ambiente pesado que nos persigue. También es mi culpa, y eso ella lo sabe. Sin dudar, y con sus pronunciados ojos, me lo hace saber con su impetuosa mirada. Otis se alejó de las rejas y quedando en medio de nosotras, se arregló la chaqueta. A primera vista cualquiera diría que es tímido y silencioso, cuando dentro de la verdad oculta veneno; es prepotente y el más dominante. — ¿Algo que compartir, señoritas? —Yo… Evado la chispa sofocante de sus ojos verdes y dejo caer mi cabeza en el mural. Sé que sí hablo y reconozco lo que he hecho, me quemarán viva. Y aunque estamos atrapados en el otro mundo, de igual modo sí logramos regresar a casa, las cosas no cambian mucho. Seguiré en problemas. —Será mejor que planeemos algo para llegar a casa. Todo era o, parecía normal antes de recibir esa carta, antes de conocer este mundo y de saber lo que podía ocurrir, conociéndolo a él, los lugares, las personas, los objetos… Antes intentaba vivir, y era agotador. Era la misma rutina todos los días, sin tener la menor idea de lo que sucedía fuera de esas rejas enormes. Ahora vivía, con un miedo agobiante que me perseguía y que del mismo modo desaparecía al encontrarme con la diferencia que se admiraba en este lugar. Éramos un pequeño huracán en medio de un paraíso, manejado por los más grandes secretos que apenas conocíamos. Para cuando creí que todo terminaría, cabeceando y con el estómago gruñendo, un hombre, con menos cabello que cualquiera en Otranto y un uniforme similar al de la mujer que Otis acechó, se nos acerca. —Pagaron sus fianzas—pronunció con voz rasposa—. Lárguense de aquí. Y será mejor que la próxima vez tengan sus identificaciones consigo. Asentimos rápidamente levantándonos del sucio suelo en el que estábamos. Queremos salir de este lugar cuanto antes y, de todas formas, sí no lo hacemos ahora mismo, estaremos en graves problemas. No, no aquí, sino allá.   —Salgamos de aquí—susurra Eros. Su rostro tiene la evidencia de la misma violencia que nos hicieron jurar, desde niños, que jamás presenciaríamos o provocaríamos. Con una última mirada, con el único ojo que no tiene morado, sale de la celda. Son las tres de la mañana. Los colores pasteles que tanto deseé admirar ahora nos reciben y sé que tenemos poco tiempo para regresar a casa. Y no, no podemos tomar esas cajas grandes con ruedas de color amarillo que han llamado: taxis. El dinero se ha agotado. Nosotros también lo estamos. Y, pese a ello, no tenemos más opción que caminar unos cuantos kilómetros. Nos observamos por unos segundos, queriendo saber qué haremos con exactitud. Estamos sucios, pese a usar aquella ropa lujosa que siempre consigue Adora. Algunos tienen el rastro de la mala noche y un par de golpes, por lo que necesitamos urgentemente un baño, sí no queremos llamar la atención. Doy un giro para divisar nuevamente la comisaría a la que nos obligaron entrar, donde pasamos toda la noche, y suelto un suspiro. Aún me es difícil comprender cómo funcionan las cosas en este lugar, de todas formas, no soy la más experta, pero, no debo ser uno de esos detectives que nos interrogaron para saber que, sin duda alguna, mi familia ya tiene sus sospechas de lo que hemos estado haciendo y eso… eso no es nada bueno. 

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Navidad con mi ex

read
8.5K
bc

LISTA DE DESEOS

read
4.3K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
49.4K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
85.3K
bc

Traicionada desde el nacimiento - La hija no valorada del Alfa

read
67.3K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
156.8K
bc

Bajo acuerdo

read
6.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook