Prólogo
“Inalcanzable” Una obra de: S. Dal Santo
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Se supone que el hombre que debería estar parado frente a ese altar soy yo. Este tendría que haber sido mi momento. La mujer que viste ese elegante y sensual vestido de novia debería estar convirtiéndose en mi esposa, pero no es así. El beso que le está dando a él debería habérmelo dado a mí. Esos aplausos tendrían que haber sido nuestros, pero en cambio estoy aquí parado en una esquina de este recinto usando un traje elegante que me hace pasar como un invitado más de esta boda de la cual se habla como si fuera el evento más importante de la ciudad, y tal vez lo es dado que se están casando dos de las personas más ricas del país y de la ciudad, por supuesto.
Zehra Bazzi, forma parte de la lista de las mujeres más ricas de Nueva York según la revista Forbes, aunque esto también la ubica automáticamente en la lista de multimillonarios del país. Bazzi Holdings, ese es el imperio que heredó de su padre hace apenas un año y que ahora hace que ella sea el centro de atención de todos. Lo que nadie sabe, es que detrás de esa imagen de mujer inalcanzable que ahora ella refleja a cada paso que da, hay una mujer sumamente sensible y con un corazón de oro.
Yo tuve la oportunidad de conocer a esa mujer, de compartir momentos inolvidables con ella, pero algo paso y sigo sin entender que. Hoy la veo y no la reconozco, apenas sonríe mientras que camina por el pasillo y saluda a los invitados. Toma la mano del hombre que ahora es su esposo, pero no lo hace como lo hacía conmigo, él no es en quien confía como lo decía conmigo cada vez que me tomaba de la mano. Entonces la pregunta sigue siendo ¿Por qué se ha casado con él?
Su mirada azul como el mar finalmente se cruza con la mía y es un hecho que le sorprende verme aquí, después de todo, he venido al entierro de nuestro amor, ese que yo creía que era indestructible. De inmediato corta el contacto visual y mira hacia el frente, pero me doy cuenta de que su mirada cambio, ahora hay lagrimas acumuladas en esos ojos que eran mi vida y tengo ganas de buscarla, de rescatarla de lo que sea que este haciendo, pero no es fácil, no hago más que escabullirme entre la gente que empieza a salir a la otra ala del salón y encontrarme con guardaespaldas que cubren toda la zona y no quitan su mirada de los novios.
Poco se conoce de Leonardo San Román, se dice que su fortuna es una consecuencia de una serie de aciertos financieros. Se dice también que lo han intentado asesinar en un par de ocasiones y que por eso tiene más seguridad que el mismo presidente. Sin embargo, para mí lo único importante que debo saber de él, es que, por alguna razón, Zehra cayó en sus brazos y ahora es completamente ajena a mí. No sé cómo voy a superarla, como haré para vivir sin ella, ni siquiera sé si soy capaz de intentarlo. De lo único que siento ganas en estos momentos, es de arrancarla de su lado e irme lejos con ella.
