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Puedo Quedarme Contigo

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Patrick Wallace aparenta tenerlo todo... Es divertido, carismático, todo un galán con las mujeres; ademas de que su padre es uno de los empresarios mas reconocidos mundialmente, por lo que el dinero le sobra.

Pero las apariencias engañan, al llegar a casa el Patrick Wallace que todos conocen y aman desaparece, dejando al verdadero Patrick.... Un joven triste, solitario y sombrío.

¿Podrá Patrick hallar la felicidad?

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Capítulo 1: "Un nombre"
Creo que la mejor forma de empezar es presentándome.  Mi nombre es Patrick Wallace. Tengo 17 años y estoy en el último año del colegio.   17 años de que mis padres creyeran que era una buena idea traer al mundo a otro niño para que sufra las consecuencias de ser el hijo de Robert y Vivian Wallace.   Ambos son muy conocidos en nuestra elitista ciudad de Newport. Mi padre por sus negocios y mi madre por las relaciones sociales que tiene con las personas más importantes de Los Ángeles.   La sociedad de hoy en día cree que la felicidad se haya en tener mucho dinero, pero la verdad es que no es así.   Odió mi vida, odió el entorno que me rodea, odio mi colegio, odio a mis padres.   Lo único bueno que tiene mi vida son mis dos hermanos y mi mejor amiga.   *******  Otro lunes. Otra mañana en la que desayuno solo.   Estaba terminando mi leche con chocolate, cuando Greta entra al gran comedor.   - Buenos días Señorito Patrick. - dice con su sonrisa amable tan característica.  - Hola Greta. - digo amable.   Ella comienza a juntar las tazas y los platos donde seguramente estuvieron desayunando mi madre y luego mi hermana pequeña.   - Debe estar contento, hoy vuelve su padre. - dice Greta sacándome de mis pensamientos.  - Muy contento, estoy bailando de la alegría, en cualquier momento me subo a la mesa y me pongo a cantar como si estuviera en un musical. - digo con sarcasmo. Me mira apenada, suspiro. - Lo siento, sabes cómo me ponen las mañanas.   Sonríe apenas. - Martín te está esperando afuera para llevarte al colegio. - dice.   - Genial. - digo dando una última mordida a mi tostada y recogiendo la mochila del suelo. - Es muy probable que Rose venga a la salida del colegio.   - Muy bien, avisaré en la cocina.   - Gracias.  - Que tenga un buen día.   - Igual tú Greta. - digo y salgo del comedor.   ****  Al llegar al colegio voy como todas las mañanas hacia el casillero de la persona más importante en mi vida.  La veo sacando sus libros, me acerco a ella y me apoyo en el casillero continuo.  - ¿Como está la chica más linda de todo el colegio? - digo.  - Hola Pat - dice aun con la vista en su casillero.   La conozco mejor que a la palma de mi mano, hoy no es una de sus mañanas buenas.  - ¿Alguien se levantó con el pie equivocado de la cama?   Suspira - No, lo siento. Es que Nikki me saca de mis casillas.   - ¿Que hizo esta vez la buena de tu hermana?   - Me da consejos haciéndose la sabelotodo.... Habla como si fuera papá - dice molesta mirando la foto de ella y su padre que está pegada en el interior de su casillero.  - Lo hace porque se preocupa por ti.   - No necesito que nadie se preocupe por mí, puedo arreglarme sola.  - No seas mentirosa, nadie puede todos necesitamos a alguien.   - Talvez yo no.... - dice con tristeza cerrando la puerta de su casillero.  - ¿Ni siquiera a tu mejor amigo? - digo haciéndole cosquillas. Ríe.  Rose no sabe la suerte que tiene de tener una madre y una hermana mayor que se preocupan por ella, que siempre le muestran amor y cariño.   Su padre murió hace unos años. Aún le cuesta mucho hablar de ese tema, no lo tiene superado. Para Rose su padre lo era todo.   Se que muchos pensarán que la muerte de un padre es algo que no se supera, pero en mi caso yo no lo siento así. Es un sentimiento que no entiendo. Basta con estar dos minutos con mis padres y querer que su avión se estrelle contra la gran muralla China.   Daría lo que sea por tener lo que tiene ella.... Una familia.  - ¡Ya basta! - dice riendo sin parar - Sabes que no me gustan las cosquillas - me pega con un puño en mi estómago.  - Auch... - digo con dolor.  - No seas llorón, además tú te la buscaste.  - Pegas fuerte para ser una niña.  - Que machista, y para que te conste yo si preste atención a la clase de defensa personal.   - No veo porque debería de preocuparme, siempre voy a tener a los gorilas de mi padre detrás mío para defenderme.  - ¿Aun no puedes sacártelos de encima?  - No, ya eh discutido un millón de veces con el sobre ese tema. Según mi padre, se siente más tranquilo al saber que alguien me "cuida" - hago comillas con los dedos, citando la palabra que mi padre uso - Yo lo llamo vigilar, no puedo ni echarme un polvo tranquilo.   - Omite detalles, no quiero saber de tu vida amorosa.   - Te hablo enserio, el fin de semana pasado tiraron la puerta abajo de mi habitación.  Ríe - ¿Y eso por qué?  - Porque supuestamente dije que iba a estudiar, pero me dormí una siesta y "no respondía a mi llamado señorito Wallace" - digo en tono burlón algo irritado.  - ¿Señorito Wallace? - pregunta burlona.  - No te rías.  - Es lo que te ganas por tener como padre a uno de los empresarios más importantes del país.  - A veces desearía que sea normal.  - ¿Acaso tu padre es extraterrestre? ¿O es un avatar?   - Sabes a lo que me refiero. Que esté más en casa, que no esté trabajando o viajando todo el tiempo. Con suerte lo veo una vez cada tres, cuatro meses - hago una pausa analizando lo que acabo de decir - Aunque para verle a mi madre todo el día su cara horrenda, yo también estaría todo el día afuera.  - ¡Patrick! - me regaña.  - Es la verdad, y lo sabes.  - Tu madre es bonita.  - Me refiero a su alma, a su personalidad. Lo físico es lo de menos.  - Ajá, lo dice el chico que se busca como "sus chicas" a rubias despampanantes.   - Son para pasar el tiempo Ro.   - No se juegan con los sentimientos de una mujer.   - Saben que juego con ellas, y ellas juegan conmigo.  - Que regaladas, y tú también.  - Cierto, olvide que eres una romántica. Rose la era en la que vivimos tiene como segundo nombre, después de tecnología, "divorcio". El amor ya no se ve.  - No seas burro, existe.  - Puede que sí, pero mucha gente no lo toma enserio lastimando así a los pocos que creen.   - Puede.... Que tengas razón.   - La tengo, el amor solo existe en las películas o en los libros que tú lees.   - ¿Estoy perdida entonces?  - Lamentablemente sí.  - Necesito a alguien que me rescate entonces - dice con tono soñador, y se va caminando alejándose.  Honestamente no entiendo a Rose. ¿Como es que alguien tan inteligente como ella puede creer que en siglo XXI el amor sigue existiendo? Cuando cada día es más común ver parejas separase, sin siquiera intentarlo realmente.   Sin embargo, no es solo en la actualidad. El amor para mis padres es un negocio, como también lo fue para mis abuelos, y bisabuelos.... Y así.   Yo no quiero ser así. No quiero que mis acciones y decisiones se basen en lo que es mejor para una empresa, o para alguna clase de negocio. Aunque no creo que vaya a encontrar alguna vez el amor. Son pocas las personas que han tenido la suerte de encontrar a "su persona". Y créanme cuando les digo que la suerte nunca está de mi lado.  **************  Estaba en la cafetería, esperando a que la máquina expendedora largara mi gaseosa, cuando una voz me saca de mis pensamientos.  - Hola Patrick - dice Zoe, una de las chicas con las que me acuesto.  - Hola Zoe - digo en mi típico tono seductor.   - Se que habíamos quedado en vernos por la noche, pero voy a quedar con alguien más. - dice falsamente apenada.  - ¿Quién podría ser más importante que yo, como para que me canceles una cita?  - No te lo tomes así Patrick.  - Solo quiero saber, no es como si me hayas lastimado, buscare a otra con quien pasar la noche.   - Eres un cretino Patrick Wallace, y te preguntas por que prefiero salir con el nuevo. - dice ofendida y se aleja.   ¿El nuevo? ¿Qué nuevo? - pienso para mis adentros.  Vuelvo a la mesa donde estábamos sentados con Rose.  - ¿Por qué tienes esa cara? - pregunta.  - Me acaban de cancelar una cita. - digo aun en shock. Ella comienza a reír a carcajadas. - No te rías Rose Elizabeth...  Se queda seria y me muestra su dedo medio. Ella odia que le llame por su nombre completo, según Rose, Rose Elizabeth le hace acordar a "Emily Elizabeth" de Clifford; y a ella de niña no le gustaba esa serie. ¿Quién no puede amar a Clifford?   - Lo siento, es que eso es algo que no se oye todos los días. - dice. - ¿Por qué te cancelo?  - Porque quedo con el nuevo. Ni se quien demonios es.   - Casi nadie lo conoce, muchos dicen que es invisible.   - Ja ja ja - río con sarcasmo.  - Hablo enserio, no es muy sociable. Solo sé que él es el dueño de las fotografías que están en la galería del segundo piso.   - ¿Esas fotos tan feas?  - No seas mentiroso, tú mismo dijiste que eran asombrosas.   - Lo dije solo para impresionarte.  Ríe - Claro, como si yo fuera tan fácil de impresionar.   - Presumida.  - Estoy aprendiendo del mejor. - dice con una sonrisa, la sonrisa más hermosa que eh visto.  Ay Rose... Si tan solo supieras.   ****  Suena el timbre para volver a clases.  Estaba por entrar a clases, cuando recuerdo mi conversación con Rose en el almuerzo.  Me dirijo a la galería donde exponen los trabajos de los talleres de arte. Voy hacia la pared donde están las fotos, comienzo a buscar su nombre, cuando una voz detrás mío me saca de mis pensamientos.  - ¿Que te parecen? - dice una voz masculina. Tenso los hombros y abro los ojos como platos.  - Tranquilo, no soy un profesor, ni mucho menos el director.  Me doy la vuelta y lo veo un par de ojos verdes mirarme con atención.  Era un chico alto y flaco, su cabello era rubio y largo; llevaba el uniforme del colegio y encima una chaqueta de cuero.  El típico chico que se quiere hace el rudo para impresionar chicas, es bastante trillado.  - ¿Te asuste? - pregunta divertido.  - Claro que no. - digo serio - Solo que creí que eras un profesor.  - Te advertí que no lo era.   - Como sea... ¿Qué haces aquí de todos modos?  - Debería preguntar lo mismo.  - ¿Y a ti que más te da? - digo con fastidio.  - No me importaría si no fuera que te estas salteando la clase para observar mis fotografías.  - ¿Son tuyas? - pregunto extrañado.  - Así es.   - Que va, solo vino porque mi mejor amiga no paraba de hablar sobre ellas y quería ver porque tanto alboroto. Pero ahora que te veo ya sé por qué.... Mi amiga tiene una gran obsesión con los rubios. Si tan solo supiera que eres teñido.  Ríe - Si eso te ayuda con tu autoestima, piensa lo que quieras sobre mi cabello.   - Por cierto, gracias por quitarme de encima a Zoe, ya no sabía cómo hacer.  - Con que tú eres el otro asunto que ella tenía, tiene que haber sido duro para ella tener que cancelarte por tener que hacer conmigo un trabajo de literatura.  Levanto las dejas algo sorprendido. Ella no menciono nada sobre un trabajo.   - Gusto en conocerte Patrick. - dice y comienza a caminar.  Miro en su dirección. - ¡Oye! - lo llamo - ¿Como sabes mi nombre?  - Saludos a tu amiga - dice sin darse la vuelta, continuando caminando.  Resoplo - Arrogante.   Comienzo a caminar para volver a clases, pero me vuelvo a las fotografías.  Me fijo en una que llamó mi atención. Por el estilo de los edificios, sabía que era París. Lo principal en la fotografía era un carrusel.   Al pie de la foto, del lado derecho, escrito con una perfecta caligrafía estaba escrito....  No voy a olvidar tan fácil su nombre.  Ian Archibald. 

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