Tramposo Destino

No les pasa que llegan a un momento de sus vidas en las que se sienten al borde de todo. Del llanto, de la furia, de la alegría, de la locura . Que sientes que el corazón late tan fuerte, que juraría que saldrá en cualquier momento de tu pecho. Las piernas tiemblan, sus dientes los presionas tan fuerte ya que no paran de castañar. El viento helado se cuela por cada milímetro descubierto de mí. La vista se nubla y estás tan nerviosa que el solo sostenerte de esa baranda al borde de aquel edificio imponente de la ciudad te mantiene viva, el viento juega con mi cabello como aquella niña traviesa con una rama . En mi mente no paro de preguntarme ¿qué voy hacer? ,siento mi cuerpo en llamas y a la vez está helando. Río mientras de mis ojos salen lágrimas cual cascada. Sonrió con el ceño fruncido . Me estoy volviendo loca es lo primero que mi mente deduce mientras caigo de rodillas al borde de aquel edificio cuando por fin mi consciente alcanza a escuchar lo que entre tanto escándalo mi subconsciente le ha gritado " me aterran las alturas" . La euforia disminuye, el pulso se normaliza, seco mis lágrimas heladas que yacen casi secas en mis mejillas . Giro dándole la espalda a tan aterrador escenario ,miles de edificios viéndose diminutos ante mis ojos . Sentada con las piernas encogidas, abrazándome a mi misma, no puedo creer lo que he visto. El hombre al que me rehuso amar, ha muerto a manos del hombre al que amo . Me quedo ahí, estática, sin decir nada solo escuchando el silbido del helado viento y el castañar de mis dientes. Que ironía sentir tanto frío en un lugar que, en el día podría fácilmente cocinarse. ¿Podré vivir con ello en mi conciencia?, ¿vendrá por mí?, ¿ sabrá que lo vi ? Aquellas caricias nada exageradas pasan por mi mente, el roce de sus dedos en mi mano, sus dedos entrelazados en mi cabello, o el simple hecho de cruzarnos por la casa y sentir apenas por un ápice de segundo mi piel con la suya. Esas miradas que aunque no decían nada, sabía que gritaban mi nombre, aquellos celos que desató cada intento de acercarse a mi su padre. No debí enamorarme de él, lo sé, ¡maldición! ,claro que lo sé, yo no lo pedí, no lo planee . Ni siquiera sabia que eran padre e hijo cuando llegué a su vida, de haberlo sabido me hubiese ido. Debí haberme ido, ¡¿porqué demonios no me fui?! . Todo esto se pudo evitar . Llegué a sus vidas solo a dañarla y ahora estoy aquí, aterrada por lo que he visto, por lo que he escuchado . ¿Como se puede amar tanto a una mujer?, que eres capaz de arrebatar una vida. Las sirenas se escuchan, la policía a llegado, puedo escucharla, puedo ver el helicóptero sobre mi cabeza pero no puedo moverme por mucho que me fastidie la manera en la que me señalan con aquella luz que me ciega . Bajan prácticamente sobre mí, se acercan con sus uniformes negros, armas, chalecos y demás. Hablan, veo que mueven sus labios, puedo escuchar el helicóptero pero no sus voces, uno de ellos se acerca a mi, no entiendo nada de lo que habla, ya que lo hace demasiado rápido, estira su mano y yo la tomo, apenas puedo mantenerme en pie pero .. este coloca mis dos manos frente a mi, remueve entre su bolsillo trasero y saca unas muy brillantes esposas plateadas, apenas di un paso atrás todos aquellos que han bajado del helicóptero se acercan ,colocando una de sus manos sobre su arma y la otra la levantan en señal de alto . No pongo resistencia, estiro mis manos y uno de ellos me coloca las esposas, camino despacio abriéndome paso en el enorme vestido de novia que yace sucio en tiras sobre mi cuerpo aterrado, no recordaba llevar aún el vestido de novia . Veo nuevamente el vestido a mis pies y siento algo espeso, lo ignoro en aquel momento, camino custodiada por tantos policías que me recuerdan el día que él me miró con una sonrisa . Todo es tan diferente ahora . Al llegar al ascensor ,entre cierro mis ojos y bajo la mirada, siento la luz muy intensa . Pero más intenso es el pánico que siento al descubrir que aquello espeso en mi vestido es sangre ,mucha sangre. Tengo sangre en las manos, en el vestido . Miro de reojo al costado cristalino del ascensor y veo que también tengo sangre en el rostro . ¿Que fue lo que pasó?, nadie dentro de ese ascensor me mira, solo soy yo al borde del colapso mirando un reflejo que desconocía de mi, un reflejo que odio y quiero desaparecer. Salimos del ascensor y el mismo policía que está a mi costado, me cubre con algo el rostro y gran parte de mi cuerpo, aunque el vestido queda a plena vista . Se escucha el fastidioso tumulto de reporteros acercándose, los flash disparados, corren hacia nosotros pero me meten a prisa dentro del auto policial. Y así me llevarían a lo que sería la policía Emiratí, nadie dice nada, solo me miran, unos con rabia y otra con pena, van a matarme o eso creo yo, pero sé que si él está muerto yo moriré igual. Junto mis manos para mantener la fortaleza pero me cruzo con aquel anillo que tanto odie, no quería llevarlo puesto, sentí mi mundo derrumbarse cuando lo colocaron allí. Ahora es ese anillo lo que me metió en todo esto. ¿Como es que nadie sabe realmente lo que sucede aquí?, Dubái, una ciudad donde tiene dueño a uno de los hombres más crueles que se esconde tras la fe, los reporteros no hablan de su verdad ya que podrían ser decapitados, nadie se atreve a contradecirse y menos si es mujer. Dejo escapar un suspiro al pensar... Parece tan fácil estar de este lado pero no es más que un cuento de hadas "real" ,no hay magia, no hay cantos, aunque si hay poemas, poemas de amor de una mente retorcida . ¿entonces se preguntarán? ¿como es que estás ahí y así? Bueno ,pues les diré... Mi nombre es Valkiria Torres. sí, algo exótico el nombre y feo para mí gusto ya que me causo varios problemas haciéndome foco de burlas en la escuela pero a mis padres les gustó mucho. o eso decía mi abuela o lo dice cuando tiene momentos de lucidez los cuales son escasos y cada vez estos duren poco. Vivo con mi abuela desde que tengo uso de memoria, ella es la única familia que conozco. Ella suele decir que mis padres tuvieron un accidente aéreo y jamás volvió a saber de ellos, ni cuerpo, ni tumba, nada. Dice que un día llegaron policías a su puerta para darle la trágica noticia de aquel atroz momento que acabó con mis padres y le dijeron que el avión explotó. Mi padre un hombre alto, mestizo, cabello rizado, ojos color miel con hoyuelos en las mejillas y poco fotogénico pero eso sí, estricto y correcto.