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Dulce Obsesión

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Blurb

“Vivo por ti, mataré por ti”

Ariel siempre ha querido ser amada con intensidad, por eso no se frena para complacer a los hombres que la seducen con palabras vacías, creyendo que quizás, si ella hace lo que le piden, puedan realmente apreciarla, pero al final, el resultado siempre es el mismo, un golpe, un corazón roto, y ella abandonándolos sabiendo que ese fue otro error.

O al menos fue así hasta que un día, su ultimo novio, quien más daño le ha hecho, aparece muerto, unos días después, le siguió un hombre que intentó aprovecharse de ella, ambos apuñalados de manera atroz. Todo apunta a ella, por lo que la policía la investiga, pero uno de estos agentes, habiendo escuchado lo ingenua que es la hermosa niña, la seduce, sin embargo, no logra llegar a más, porque él se convierte en la próxima víctima.

¿Quién está detrás de estos asesinatos? ¿Qué busca está persona? ¿El extraño hermano de la inocente rubia tendrá algo que ver?

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PRÓLOGO
Samuel - ¡Estoy tan harta de ti! – chilla la mujer con cabello sucio y oscuro mientras hala de sus hebras grasosas violentamente y da vueltas en su lugar para evitar pegarle al infante. Cuanto desearía poder desahogarse, pero sabe que si lo hace tendrá más problemas todavía. Esa escoria ya ha traído suficiente mierda a su vida con solo nacer como para que siga jodiéndola. - Mamá – con voz temblorosa, el niño intenta acercarse, pero ella le da un empujón que lo hace caer sentado tan fuerte que incluso le sacan lágrimas, pero él no emite sonido alguno. Su mamá grita más fuerte cuando él llora. - ¡No me llames de ese modo! Mierda, tenía que haberte dejado por ahí o solo sacarte de mi cuerpo – empieza a murmurar palabras que él no puede entender ¿qué quiere decir con eso? ¿es algo malo cuando dice que él es una escoria? Quizás no sea tan malo, siempre le dice así, puede que solo sea un mote de cariño, así como sus amiguitos en la escuela dicen que sus papis le dicen princesas o campeones. - ¡Ve a bañarte! Hueles a mierda – esa es otra palabra que su mami repite mucho, pero sabe que es algo malo porque cuando le dijo a su mamá que su perfume olía a mierda, lo encerró en su habitación todo el día hasta que llegó del trabajo. Tenía mucho miedo y hambre, tambien ganas de hacer pipí, pero pudo hacer en un vasito que encontró y entonces se le pasó. - Mami, pero me bañé más temprano – inclina la cabeza, confundido. Ya no quiere llorar, sus pompis duelen mucho, pero no importa, es un niño y su mami dice que los niños que lloran son maricas. Tampoco sabe que significa, pero como su mamá hace una mueca como si oliera muy feo cuando lo dice, cree que es algo muy malo, entonces prefiere no llorar, para que ella no lo vea así. Aunque, de todos modos, siempre lo hace. - ¡Que te vayas a bañar dije! – chilla con tanta fuerza que el niño se levanta de un salto y sale corriendo despavorido, aterrado por lo que podría hacerle la mujer de cabellos oscuros - ¡Y nunca en tu puta vida vuelvas a cuestionarme! **** Al día siguiente, su mamá lo despertó más bonito de lo normal, lo llamo por su nombre, después dijo escoria y que se levantara, quizás es un buen día, normalmente le grita y siempre se despierta asustado por eso. Feliz porque su mami está de buen humor, el pequeño pelinegro se viste con el uniforme que tiene que utilizar para la escuela, toma su bolsito y sin que ella se diera cuenta, mete su peluche y un muñeco de acción que uno de sus amiguitos le regaló. Son sus juguetes favoritos. - ¡Que rico! – chilla alegre el niño cuando ve que en la mesa hay tostadas y un huevo frito. Es su desayuno favorito, pero porque es su mami quien lo cocino, ella casi nunca lo hace, siempre viene un señor con una caja de comida y ella le deja una parte. No le gusta tanto, Samuel prefiere la comida que ella hace. - Cierra el culo y come – él no sabe qué quiere decir con eso, pero decide hacer caso y se sienta en la mesa y comienza a comer con una sonrisita. Quizás este día es su cumpleaños, nunca había tenido uno, pero sus amiguitos le dijeron que en ese día sus mamás les hacían una comida especial, les daban torta, regalo y mucho cariño. Él siempre quiso un cumpleaños, pero no quería pedírselo a su mamá porque le da un poquito de miedo pedirle cosas, a veces ella lo mira y le grita muy feo, entonces prefiere no hacerla molestar. Cuando termina, pone los platos en el fregadero, donde ella una vez le dijo que iban, y va a lavarse la boca para no oler más a mierda, no quiere que ella lo regañe por eso, entonces quiere siempre oler rico. - ¿Ya tienes tus cosas? – le pregunta cuando lo ve bajar otra vez, en respuesta, él asiente. Su mami hoy luce un poco más seria y molesta, pero no le ha gritado ni dicho una mala palabra, entonces seguro está feliz. >> Toma estos papeles y no los pierdas o serás castigado – él sabe lo que eso significa, si lo castiga lo volverá a encerrar en una habitación, entonces toma lo que ella lo extiende y lo abraza con fuerza. No quiere que vuelva a hacer eso, le da mucho miedo y mucha hambre. Se queda viendo como su mami empieza a caminar de un lado al otro de la casa, agarrando cosas y metiéndolas en un bolso grande con rueditas, es raro que se lleve tantas cosas, pero no le va a preguntar, nunca debe preguntarle cosas o la molestaría. - Te vas a quedar con Crystal, haz el favor de no joderla – el niño asiente con una sonrisa feliz por esa noticia. La señora Crystal es muy linda, siempre le da dulces y comida muy rica, también le da muchos abrazos. Él quisiera que su mamá también hiciera eso con él. - ¿No iré a la escuela? – pregunta confundido porque normalmente va a estudiar y luego la señora Crystal lo busca y se queda con él hasta que su mamá llega muy tarde en la noche. - No jodas y haz lo que te dicen – el niño asiente y no dice nada más. Cuando su mami sale él lo hace tras ella y estira su manito para agarrar la de ella como ha visto que los padres de sus compañeritos hacen, pero como siempre, ella no le hace caso y empieza a caminar, entonces él tiene que caminar muy rápido para no quedarse atrás. Solo tienen que caminar un poquito, la señora Crystal vive al lado.  El niño se para en frente de la puerta con una gran sonrisa, pero se voltea confundido cuando su mamá no toca el timbre. - Quédate aquí hasta que abran, y no me sigas – es lo que dice antes de darse la vuelta e irse con el bolso grande. Él quiere preguntarle a donde va, cuando volverá y por qué no llamó a la puerta, pero no quiere molestarla. Ni tampoco lo hará nunca más, porque ella no volvió esa noche, esa semana o ese mes. Su mami desapareció y lo dejó solo en esa puerta esperando que la abrieran, cosa que hicieron, pero apenas una hora después que la amable señora iría a abrir su tienda. Él quería llamar a la puerta, hacía mucho frio, pero su mami dijo que no lo hiciera, y él siempre la obedecía. Ariel - Mi amor, no hagas ruido o despertaras a papá – la hermosa mujer castaña pone un dedo en sus labios indicándole a su adorada hija que guarde silencio, gesto que la pequeña rubia imita risueña. Su mami dijo que le harían una sorpresa a su papá entonces no debían despertarlo antes o las descubrirían, ella no quiere que las descubran, quiere ver la cara que hace su papi por la sorpresa. - Mamá, pero es tarde y tenemos que irnos con la abuela, Samu me está esperando – susurra la niña. Es verdad que no quiere arruinar la sorpresa, pero le prometió a su abuelita que irían temprano, y tambien a Samu y ella no quiere romper sus promesas. - Solo espera un poquito más hija, no llegaremos tarde – la niña quería hacer un berrinche, levantar a su padre y hacer que todos salieran inmediatamente, sabe que Samuel la estará esperando sentando en la puerta, él siempre lo hace y a ella no le gusta porque pasa mucho frío, entonces por eso prefiere llegar temprano y hacer que deje de esperarla. Pero, tampoco quiere que su mamá se moleste por no ser una niña buena, tiene que esperar a que los adultos estén listos para salir. La rubia de no más de cinco años, suelta un suspiro, se cruza los brazos y niega, tal como lo haría una adulta después de descubrir a un adolescente hacer algo mal. La imagen le causa bastante gracia a la mayor. A veces su hija actúa como su madre, lo que no es raro contando cada tanto Ariel la pasa con su adorada y única abuela. - Esta bien mamá, pero no nos demoremos, Samu me espera en la puerta y está haciendo mucho frio, podría enfermar – la mujer hace una pequeña mueca, pero termina asintiendo a las palabras de la niña. Ese niño que llegó a la casa de su madre hace unos meses es bastante extraño, recuerda la llamada de su madre contándole lo ocurrido, Vanessa no pudo evitar enfurecerse con esa mala mujer ¿Cómo podría dejar a un niño tan pequeño así por así? Al día siguiente, ella fue directo a la casa con su hija para hablar del tema en persona con su madre. Su primera impresión fue que el niño era impresionantemente lúgubre, solo tiene unos meses más que su hija y tenía una mirada vacía nada propia de su edad, era terrorífico, sentía miedo y pena por él. Pero entonces, la pequeña e inocente rubia se lanzó al niño y lo abrazo como si lo conociera de toda la vida, le dio un baboso beso en su mejilla y tomo su mano para obligarlo a jugar con ella. Sus ojos tomaron vida y otra vez parecía un niño de seis años recién cumplidos, su hija con solo ese gesto inocente le regreso el ánimo a una criaturita que parecía un muñeco de cera, sin vida. Desde entonces han pasado seis meses, su madre la llama pidiéndole que lleve a Ariel aún más seguido que antes, cosa que hace cuando puede porque es imposible para Vanessa negarle la ayuda a un niño que podría ser su hijo, pero aun así tiene ese molesto pensamiento que hay algo que no está bien en Samuel. Le ha comentado a su mamá que debería llevarlo a un psicólogo, es probable que el abandono de su madre haya hecho algo mal en él, pero Crystal era muy buena y le respondía que él solo necesita amor para superarlo, entonces, Vanessa dejó de seguir contradiciendo a su madre. - ¿En dónde están mis mujeres? – la mayor sale de sus pensamientos al escuchar a su esposo. - Shh – calla la pelinegra a su pequeña hija cuando empieza soltar risitas al escuchar como su padre las llamo, a ella le gusta como su papi es tan lindo con ellas. **** - ¡Papá vamos tarde! Samu me está esperando – la niña riñe a su papá con un gesto tan serio y severo que les causa gracia a los adultos. Ella tiene una actitud muy similar a la de Crystal. - Me voy a poner celoso, no puede importarte otro niño, solo debes querer a tu papá – bromea el mayor guardando la pequeña maleta en el carro, en una semana será navidad y ambos se tomaron vacaciones para pasar todos estos días con la madre de la pelinegra. - No puedes ser egoísta papi, tú me quieres a mí y a mi mamá, si quieres que solo te quiera a ti entonces tu deja de querer a mi mami y solo quiéreme a mí – la niña revisa que las muñecas estén en su bolsito y también se asegura de que esté el carrito que le pidió a su mamá que le comprara para Samuel. - Es diferente, tu eres mi hija y ella mi esposa, las dos son los amores de mi vida, pero diferentes tipos de amor – se pone de cuclillas para estar a la misma altura que la pequeña niña. - Tu eres mi papi y Samu es Samu, a los dos los quiero también, pero es diferente papi – a sus espaldas, escucha a su esposa reír por el comentario de su hija. Todavía no llega a la adolescencia y ya tiene que preocuparse por niños. - Escúchame bien Ariel, no puedes tener novios hasta los… - comienza a bromear, pero se calla al escuchar una exclamación de su mujer y cuando va a darse la vuelta siente la presión de un objeto en su cabeza. - Será mejor que no te muevas – en un rápido movimiento, el hombre toma a su hija y la esconde entre sus brazos antes de quedarse completamente paralizado, abrazando a la niña con fuerza e impidiendo que se mueva. - Silencio cariño, quédate quieta – susurra el hombre obligándose a actuar calmado. - Si obedecen, no pasará nada, solo queremos tomar prestadas unas cosas – dice con burla justo antes de que se escuche la detonación de un arma. Apresurado, Jim voltea, pero no llega a ver a su mujer porque después es él quien recibe dos impactos más, dejando a la pequeña rubia al descubierto. >> Oh, qué pena, tienen una mocosa – dice con burla el hombre antes de meterse a la casa seguido de otros dos hombres más, con bolsos grandes vacíos. No sabe porque esos hombres se meten a su casa como si nada, pero eso es lo que menos le importa a la rubia, está más preocupada por saber cuándo sus papis se van a despertar y hasta cuando ese líquido rojo dejará de salir de sus cuerpos.

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