bc

The newyorker

book_age4+
0
FOLLOW
1K
READ
sensitive
brave
drama
comedy
serious
city
feminism
self discover
love at the first sight
wild
like
intro-logo
Blurb

Puerta A12: Newark, NY. Son esos momentos en los que sabes que te estás encontrando con tu destino, cuando este, está sentado frente a ti. Escribe Alma en su libreta sentada en la puerta de embarque rumbo a Nueva York. ¿Quién será el misterioso chico sentado frente a ella?

chap-preview
Free preview
Gate A12
Era uno de esos chicos con los que tanto había suspirado encontrar alguna vez en su vida. Estaba, de nuevo, a punto de cumplir su sueño: viajar a Nueva York. El lado negativo de los billetes stand-by era tener que esperar al último momento para poder entrar en el vuelo, sujeto a disponibilidad y al destino de que hubiera sitios libres para ella. Dependía mucho del aeropuerto de partida. Algunos te daban el asiento confirmado (número de asiento y por tanto, espacio asegurado) en el mostrador del check-in, mientras que otros te dejaban en vela hasta el último momento, hasta que el último pasajero estuviese a bordo. Aun así, tenía sus dudas. La semana pasada había sido una semana bastante intensa emocionalmente. Las discusiones por su pareja -causadas por ella, como casi siempre, víctima de sus celos y de sus inseguridades- habían entorpecido sus días. Entre vaivenes de terminar o continuar con la relación, entre lágrimas por los enfados y las palabras que más tarde se arrepentirían de haber lanzado a la otra persona, habían tenido un impacto negativo en ella. Ella creía mucho en el karma, y sabía que todo aquello le acabaría pasando factura. Se arrepentía de haberse comportado así con él. Él no se lo merecía, era un buen chico, la trataba bien. Pero no era la primera vez que le pasaba. El haber asistido a un colegio femenino en el que no había chicos, y la ausencia de su padre -haberle conocido solo a los once años de edad-, había tenido repercusiones en su forma de relacionarse con el sexo masculino. Su entrada en la adolescencia guardaba momentos oscuros. Recuerdos agridulces cargados de aprendizajes. El machismo encubierto se manifiesta sobre todo en las relaciones que mantienen los jóvenes y los adolescentes. El paso de la inocencia presente en la infancia al desconocimiento adolescente influenciado por los medios de comunicación -al ser una niña de los noventa, las r************* no habían estado del todo presentes en su temprana adolescencia, sino más bien a partir de los 15 o 16 años-, la habían hecho verse partícipe, sino protagonista de situaciones difíciles. r*****************s precoces, píldoras del día después, desconocimiento y no experimentación del placer s****l. Una niña con cuerpo de adolescente que se veía forzada a seguir la corriente de sus contemporáneos con tal de verse aceptada por ellos. ‘Los chicos solo te querrán si tienes sexo con ellos’ le decían. ‘Si quieres ser mi novia tienes que follar conmigo, los besos no significan nada’. Frases que en el cerebro todavía infantilizado de una joven calaban hondo. Todos sabemos la necesidad de aceptación y el miedo al rechazo que tienen los adolescentes. Cuando eres mujer -o niña- ese miedo se multiplica por el discurso social que siempre has escuchado: ‘Las mujeres están para servir a los hombres. Compórtate como una señorita. No desobedezcas.’ En el colegio y en casa se encargan de decirnos que no debemos contradecir aquello que se nos pide que hagamos. Debemos ser buenas. La rebeldía no tiene premio. El premio viene cuando estás callada, ‘cuando no hablas en clase’, cuando no te metes en conversaciones de mayores, cuando haces lo que te dicen -tus deberes, aunque no te apetezcan; ordenar tu cuarto, aunque no te apetezca; levantarte temprano para ir al colegio, aunque no te apetezca; asistir a clase, aunque no te apetezca; y por ende, tener r*****************s, aunque no te apetezca.- Pues no importa lo que te apetezca cuando eres una niña, una joven o una mujer. Tienes que hacer lo que te toca, lo que te dicen que hagas. Situaciones así habían caído gota a gota en ella como un reloj de arena, suave pero constante, apenas perceptible. Solo a largo plazo, a sus 27 años, podía ahora darse cuenta del paso de todas aquellas circunstancias. Superviviente de tres relaciones tóxicas -que a día de hoy, se preguntaba junto a su mejor amiga, si tal vez las relaciones eran tóxicas en sí, o si era la otra persona, o si, seguramente, el problema habría sido ella, la tóxica era y seguía siendo ella-, y la cuarta en proceso, sentía esa necesidad constante de escapar. Había estudiado psicología, seguramente para entenderse un poco más a sí misma, como hacen todos los estudiantes de esta rama, aunque digan lo contrario. Durante la adolescencia, dos psicólogas que había conocido, profesoras auxiliares del colegio al que había asistido toda su vida, la habían ayudado. Habían sido su balsa en la tormenta de su vida de aquel momento y de alguna manera, ella había querido jugar el mismo rol en la vida de otras adolescentes. Por eso había dedicado estudiar psicología. Pero la vida, como siempre está, cargada de imprevistos, la había llevado a desviarse del camino. Su tercer amor, un brasileño doce años mayor que ella, había modificado el camino trazado de sus sueños. Ella siempre había soñado con ser directora de cine y vivir en Hollywood o en Nueva York. La psicología habría sido solamente una forma de generar ingresos pasivos mientras podía dedicarse por completo a su sueño: la escritura y el cine. Pero así es la vida, un camino con cambios de ruta, con baches, con senderos desconocidos. Su vida había cambiado. Y era la excusa perfecta para seguir procrastinando sus sueños.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Prisionera Entre tus brazos

read
85.1K
bc

Tan solo una noche

read
1.1M
bc

Quiero matar a mi jefe

read
361.7K
bc

La pequeña virgen del malvado Alfa

read
36.5K
bc

Juego Perverso

read
516.2K
bc

Navidad con mi ex

read
8.5K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
49.2K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook