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Un matrimonio a ciegas

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Todos creen que los ricos no sufren? Pues si, sufrimos y a montón. Mi nombre es Gema Pompeyo, soy hija de unos de los empresarios más poderosos del país, soy la segunda de dos hermanas, amo mi carrera, amo lo que represento, pero no amo la forma en la que vivo, siempre le he dado el gusto a papá en todo, él maneja mi vida a su antojo y siempre termino por hacer lo que a él le place, hasta orquestar un mal matrimonio. Mi hermana es lo opuesto a mi, pero ella si hace de su vida lo que quiere, sin importar lo que piensen los demás, incluído nuestro señor padre.

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Capítulo 01. El comienzo de todo
Recuerdo que era un día gris, el cielo estaba en confusión, no sabía si llover o salir el sol, en fin, lo recuerdo cómo si fuera ayer, veo los pájaros volar, la brisa llevarse todas las hojas secas de mi alrededor, ¿Cómo olvidar ese día? ¿Cómo borrar de mi mente el día en que mi vida dio un giro de 180 grados? Me llamo Gema Pompeyo, tengo veinticinco (25) años y soy hija de uno de los hombres más importantes y rico del país, mi padre es el dueño del 85% de las cadenas de supermercados más importantes del país, “Supermercados Pompeyo” papá siempre ha sido muy protector conmigo, pues por la  condición que padezco, no puedo decir que es el mejor o peor padre del mundo porque eso no lo sé, yo solo sé, que toda mi vida he hecho todo lo que él me ha pedido, todo con papá o es blanco o es n***o, nunca un poco de los dos.   Cuando tenía once años mi hermana Rumina y yo jugábamos voleibol en el jardín de la mansión, mi hermana es solo un año mayor que yo, siempre nos llevamos bien dentro de lo que cabe, ese día la pelota cruzó la verja y como no le vi problemas a salir en busca de la pelota pues lo hice, estaba distraída y no me percaté del auto que estaba encima de mi, ese día un auto me atropelló, en el momento del accidente solo sentí un fuerte golpe y de ahí no supe más, no sé cuánto tiempo había pasado cuando abrí los ojos estaba todo oscuro, me asusté y empecé a gritar por ayuda, no pasó ni un minuto cuando escuché las voces de mis padres, aquí estamos cariño, tranquila, mamá y yo estamos contigo, eso era lo único que papá decía, yo solo quería saber lo que estaba pasando en esos momentos, hasta que escuché la voz del doctor de la familia, en esos momentos me di cuenta que nada estaba bien ¿Qué está pasando? Era lo único que solía decir, hasta que el doctor dijo que todo estaría bien, que los traumas del accidente eran pasajeros y que en solo días podría volver a caminar y jugar, pero lo extraño es que no veo nada y con respecto a eso nadie dice nada, me desesperé y le grité que porque rayos no veo nada, que si las luces están apagadas, a lo que él doctor responde; Lo siento mucho señorita Gema, pero por el impacto del golpe su visión quedó gravemente afectada, temo que usted no podrá volver a ver, por lo menos no sin un trasplante de córneas, y eso está muy difícil de conseguir, la lista de espera es muy larga y mi ética profesional no me permite poner a Gema en primera fila, lo siento. Esas fueron las palabras del doctor, en esos momentos mi mundo se detuvo, todo a lo que mis ojos le habían puesto contraste se terminó, solo quedarían los recuerdos, recuerdos que temo borrar con el pasar del tiempo ¿Qué será de mi vida ahora? ¿cómo podré seguir siendo Gema la niña independiente? No lo sé, no acepto ser una inútil, no acepto ser una carga para mis padres el resto de mi vida, apenas tengo once años, creo que me faltaron muchas cosas por ver, papá solo decía, “todo estará bien princesa, esto lo resolveremos” no sé cómo esto se resolverá, ¿Qué acaso no escuchó lo que dijo el doctor? No importa cuánto dinero tenemos, eso en este momento no importa, creo que soy la última en la lista de espera, no sabemos cuántos años pasarán antes de que yo vuelva a ver la vida con colores otra vez. Pasaron varios días y ya mi estadía en la clínica estaba por llegar a su fin, no se que era lo que me dolía más, si el haber perdido la vista a tan corta edad o quedarme el resto de mi vida estancada en un mismo lugar, después de mi accidente la relación de mi hermana y mi padre se había quebrado, él la culpa por mi accidente ¿pero como hago que papá entienda que Rumina no tiene la culpa de nada y que fue solo un desafortunado accidente?  ¿Y si hubiese sido ella en mi lugar, tampoco querría hablarme a mi? La verdad es que ahora estaré lidiando con otro problema más, la enemistad de papá hacía mi hermana. Mi madre es como otro adorno en la casa, ella no opina nada sobre nosotras, mamá no tiene ni voz ni voto en la vida de sus hijas, siempre me he preguntado ¿Por qué mamá es así? Y la única respuesta a todo esto, es que, ella solo está con nosotras o más bien viviendo en nuestra casa por la cantidad tan jugosa que está recibe mensualmente, siempre hemos sabido que ella no disfruta estar con nosotras, ella no cumple con el rol de una verdadera madre, puede ser que nos ame, y si lo hace pues no lo demuestra como debería, ella  se gasta el dinero que papá le da mes tras mes, en cosas sin ningún sentido, se podría decir que ella pasa la gran parte de su vida viajando por el mundo, comprando las cosas más costosas y haciendo malas inversiones, en fin, desde afuera se podría decir que somos la mejor familia, la familia perfecta, pero si de verdad las personas supieran la verdad, se decepcionarían de inmediato.   Quizás debo agradecerle a la vida que en estos momentos mamá está aquí conmigo, no sé, si por culpa o por qué de verdad quiere estar. Unos días más tarde me dieron el alta, ya era momento de volver a la casa, es muy difícil para mí, pero decidí que debo afrontar la vida, decidí aceptar que esta ceguera estaría conmigo por algún tiempo o quizás de forma permanente, me considero una chica fuerte que no le teme a los cambios, esto para mí será un nuevo reto, reto que he decidido ganar.   Al llegar a casa, lo primero que mis oídos escucharon al cruzar la puerta fue la dulce y al mismo tiempo brusca voz de mi hermana Rumina, papá no le permitió ir a verme al hospital, él aún no se quita de la cabeza que Rumina tuvo la culpa de mi accidente, pero lo importante de todo esto es que yo sé que no fue más que un vil accidente. En unos días cumpliré doce años y decidí no celebrarlo, es el primer de muchos cumpleaños que pasaré privada de la visión, no me he acostumbrado a mi ceguera, por lo tanto no quiero desconocidos en casa, no quiero que nadie me vea con lástima, aunque no me daría cuenta (jajajaja…). Cómo ya dije esta familia no es más que una fachada, vivimos de apariencias, le damos de que hablar a los demás, papá no acepta que en esta familia hay problemas como en todas, él siempre quiere arreglar todo a su conveniencia, a veces entiendo a mamá, entiendo el porqué de su abandono, ahora entiendo que ella no se aleja de nosotras, se aleja de la vida de mentiras y engaños que mi padre le da. Aunque creo que soy la más fuerte de mi hermana y yo, pero nunca me atrevería a contradecir una decisión de papá, no por temor, si no, por el respeto que le tengo, mi hermana es más frágil, pero nunca le hace caso a lo que nuestro padre le dice, ella es rebelde y ama llevándole la contraria, puede ser que sea una coraza para no salir lastimada. Los días siguieron su curso y yo me negaba a salir de mi habitación, no quería caminar por la casa, a pesar de haber nacido y crecido aquí, no me siento aún en confianza de caminar sola dentro de la casa ¿Será que mi padre tiene razón cuando me dice que quedándome todo el tiempo encerrada no voy a ganar esta batalla? Mi hermana no se cansaba de pedirme perdón por el incidente, pero yo seguía insistiendo en que ella no tiene la culpa de lo que me pasó, quizás si no me hubiese pasado eso en esos momentos, lo más seguro y probable es que me hubiese pasado en el futuro. Llegó el día de celebrar mi cumpleaños número doce y aún así parte de ese día no salí de mi habitación, las señoras del servicio me llevaban todo a la cama, lo único bueno de todo esto, es que mi audición estaba más afinada, ahora presto más atención a lo que pasa en mi alrededor y hoy lo único que escuchaba eran muchos pasos repetidamente, me parece extraño porque papá odia sentir muchas personas en casa, el detesta que traigamos amigos a la casa, ya que según sus argumentos, la decoración de casa es más cara que la deuda externa del país, papá como siempre todo dramático, escuché un ruido muy fuerte, como si algo o alguien se cayera de las escaleras y no me quedó más remedio que salir a averiguar lo sucedido, ya que no podía ver, salte de inmediato de la cama y atentando todo con mis manos, llegué a la puerta de mi habitación, la abrí y lo primero que escuché fue un “sorpresa” ¿enserio papá? ¿Por qué mi padre no respeta mis decisiones? Yo no quería una fiesta, yo no quiero estar en compañía de nadie más que mi familia, maldición que difícil no poder ver a las personas que aquí están, al escuchar el “sorpresa” quedé en shock y minutos después mi reacción fue solo dar tres pasos hacia atrás y cerrar otra vez la puerta de mi habitación, la algarabía de mis amigos se desvaneció por completo, el silencio se había apoderado de la casa otra vez, las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas y por más que quería parar de llorar no podía, la visita de esas personas me volvió a recordar que mis ojos solo ven oscuridad, y creo que es lo único que veré por el resto de mi vida.   Ese día pasó sin más novedad, Rumina entró a mi habitación para darme algo de consuelo, pero fue inútil esto para mí es algo muy difícil, ya no puedo jugar a las muñecas, tampoco a la ruleta, y mucho menos podré hacer lo que más me gusta ¡Leer! Soy fanática o mejor dicho era fanática de la lectura, aunque soy solo una niña mi mayor pasión es pasar mi tiempo leyendo libros de suspenso y ver casos de criminales, mi sueño era ser una de las mejores abogadas criminalistas del país, me gusta defender al más indefenso, odio las injusticias y no tolero la discriminación, a veces pienso que yo no soy hija de mis padres, pienso que está familia no me pertenece, Rumina es lo contrario a mi, es toda rebelde, respondona, y su pasión es la pintura, ella dice que cuando sea adulta será una gran artista, y por supuesto papá no quiere eso para ella, papá odia lo que mi hermana representa, él anhela que ella se decida por los negocios, para que cuando él ya no esté Rumina se haga cargo de los negocios, pero eso será imposible. Papá es arrogante, pedante y muy orgulloso, no nos parecemos en nada a él y pues mamá, nuestra hermosa madre, ella es alegre, despistada y muy descuidada, somos una familia muy peculiar, pero aún con todo estos defectos amo y adoro a mi familia, aunque ellos solo vivan de las apariencias. Han pasado cinco meses desde el accidente aún no me acostumbro, ya sé dónde está el baño, las escaleras y la sala, me rehúso a usar un bastón, estoy reconociendo otra vez la casa en la que he vivido toda mi vida, no acepto que tengo una discapacidad y que ya no puedo hacer mis propias cosas como antes, a veces acepto ayuda de Rumina en algunas cosas básicas, como por ejemplo; cuando me ducho y me quiero poner una bonita ropa que combine, o cuando me peino el cabello, le pregunto a ella que si no tengo friz, ella es tan buena hermana que me dice que me veo hermosa con todo lo que me pongo o cuando “creo peinar mi cabello” yo sé que mi  outfit es horrible y mi peinado es asqueroso, pero que le voy hacer, debo de dejarme guiar por los demás.   En estos meses papá me ha sugerido que vuelva a la escuela, por lo menos como oyente, pero mi respuesta siempre es un ¡No! Aunque nunca desobedezco a mi padre, esta vez es la excepción, y creo que por mi situación él no me ha obligado, en otros tiempos papá no me dejaría quedarme en casa ni un día, odiaba cuando mi hermana y yo faltábamos a la escuela, debo agradecerle que por ese lado es bastante exigente y responsable, por ahora mi pasa tiempo es leer mis libros favoritos pero en vez de leerlo visualmente, lo escucho, aunque no voy a la escuela trato de mantenerme al día con las clases, mi hermana toma los apuntes de mis compañeros y los graba como si fuera una nota de voz, y me los reproduce en su celular cuando llega del colegio, no tendré vida para agradecerle todo lo que hace por mi, ella es mi mejor amiga, es mi refugio en tiempos difíciles, no sé si todo lo que hace últimamente lo hace porque siente cierta culpa por lo que me pasó, pero lo que si sé, es que la amo sobre todas las cosas y que nunca la he culpado por lo que me pasó, jamás la haría sentir culpable.   Mientras escuchaba música en la sala, escuché una discusión que provenía de la cocina, me levanté del sofá y tocando todo a mi paso me dirigí a la cocina ¿Qué estará pasando? Al llegar quien discutía era papá y regañaba a mi hermana porque esta se perforó la nariz, otro acto de rebeldía de parte de Rumina hacia papá, ella sabe muy bien que el odia esas cosas, no tolera los piercings, ni los tatuajes y como mi hermana sabe eso lo hizo pues para molestarlo ¡Ay Rumina! Que traviesa eres, aunque para mí esas cosas no definen a una persona, para papá si, él solo repite una y otra vez, “una hija mía no puede tener este tipo de cosas y mucho menos si vive bajo mi techo y es menor de edad” típico reclamo de los padres, Rumina furiosa le contestó con voz fuerte y enojada “te odio Pompeyo, no se porque me odias tanto” y fue justo ahí cuando escuché tremenda cachetada, todo quedó en total silencio y luego volví a escuchar la voz de mi hermana vociferándole a mi padre lo mucho que lo odiaba, ella se dio media vuelta y con pasos firmes y fuertes se marchó de la cocina, mi madre como siempre, no estaba, ella nunca está cuando sus hijas más la necesitan, lo más probable es que la rebeldía de Rumina es solo un grito de auxilio por el abandono de mamá. Traté de calmar a papá y convencerlo de que Rumina solo lo hizo por moda y nada más, que en unos días ella se olvidará de tal arete y se lo quitará, pero era inútil tratar de hablar con él cuando está furioso, se alteraba más y más, hasta que golpeó la isla muy fuerte con sus manos y dijo “mientras ustedes dos vivan bajo mi techo, mientras se traguen mi comida, mientras usen mi dinero y mientras vidas tengan, ninguna hará lo que le da la gana” Hasta yo salí advertida, me molesta que papá siempre quiera tener el control de todo y todos, creo que cuando él se va a dormir en lo único que piensa es en como molestar a los demás al siguiente día. También me di media vuelta o eso creo jajajaja… como no veo no se a donde voltee, pero papá gruñó fuerte como para que me detuviera, yo me paralicé y sentía como él se me acercaba lentamente, hasta que llegó a mi y se puso detrás de mi oreja y dijo “y tú Gema prepárate, el hecho de que estés ciega no te impide dejar de estudiar, mucho menos te impide hacer las cosas que antes hacías, estoy harto de ser el padre comprensivo con ustedes dos, y creo que ya es momento de que aceptes que estás ciega y que talvez sigas así por mucho tiempo, prepárate que la próxima semana te llevaré a tu nueva escuela, ya basta de tu depresión, el mundo no se a acabado ni se acabará porque tú estás ciega ¿entendido? ”   Entendido papá, sabes que siempre hago lo que me dices y esta vez no será la excepción. No estaba convencida de querer volver a mi vida casi normal, no quiero ni tengo las ganas de salir de casa, después de mi accidente solo he ido al doctor, no me apetece salir a las calles, no quiero que las personas que me vieron crecer me vean y sientan lastima por mi, me he convertido en una total inútil, complaceré a papá con la escuela pero después de eso no haré ninguna otra actividad, pensé que papá me tendría un poco más de paciencia, pero ya veo que no es así ¿cómo le explico que lo que tengo no es una simple gripa que se me quitará en cualquier momento? No lo entendería, él solo ordena para que los demás cumplan. La verdad es que a veces envidio a mi hermana, envidio su forma de ser y su manera de pensar, ella es tan segura de sí misma que no le importa si papá le habla o no, ella decide sola lo que quiere para su vida, en cambio yo, tengo que esperar a que nuestro padre ordene para yo así obedecer, en realidad no sé en qué momento me convertí en la hija sumisa y obediente, nunca le faltaría el respeto a mis padres, pero hay momentos en que quiero ser diferente para poder decidir lo que me hace realmente feliz, no tengo ni nunca tendré el valor para enfrentar a papá, soy una completa cobarde y me odio por eso.  

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