CAPÍTULO 4. –¿Cómo empezaría todo?, ¿se acordaría el profe de aquella preguntita del compañero, o no?, y de ser así, ¿daría por zanjada la cuestión?, o de lo contrario, ¿sería tan de su agrado la polémica, que la retomaría? –¡Flora por favor!, que te conozco, ¡no te dejes llevar por los nervios!, déjale que diga lo que quiera –Dije cuando nos bajábamos del autobús, pues había observado su silencio todo el trayecto y eso era raro en ella, que siempre comentaba algo. –Ya veo que tú también le vienes dando vueltas al mismo tema –me contestó ella sonriendo–. Eso mismo estaba yo pensando que me lo tengo que tomar con tranquilidad, pero ¡claro!, ¿no me estarás pidiendo en serio que me calle?, ¡eso no pienso hacerlo!, yo no voy a sacar el tema, ¡eso sí que te lo digo!, pero como alguno de los

