ÁGATA

TU VIVES POREL ARMA Y EL CUCHILLO Y MUERES POR EL ARMA Y EL CUCHILLO

CAP. 17 -. TU VIVES POR EL ARMA Y EL CUCHILLO Y MUERES POR EL ARMA Y EL CUCHILLO.

La leyenda cuenta que la mafia fue fundada por tres caballeros españoles, Osso, Mastrosso y Carcagnosso, quienes huyeron de Toledo en el siglo XV tras vengar el honor de una hermana. Estos caballeros encontraron refugio en la isla de Favignana, donde establecieron un código de honor y reglas sociales que se convertirían en la base de la mafia. Tras 29 años, 11 meses y 29 días, se separaron y llevaron estos principios a diferentes regiones de Italia: Osso a Sicilia, Mastrosso a Calabria y Carcagnosso a Campania, dando origen a La Cosa Nostra, la 'Ndrangheta y la Camorra, respectivamente. la región que rodea Nápoles) en diferentes variantes

Cosa Nostra, en Sicilia

Camorra, en Campania

Ndrángheta, en Calabria

Sacra Corona Unita, en Apulia

Anonima Sequestri, en Cerdeña

mapa mafia en Italia

Pero mucho ojo, no hay que caer en el error de pensar que fuera de estas regiones los tentáculos mafiosos no llegan. Todas tienen contactos y células repartidas por prácticamente toda la península, siendo Turín, Milán, Génova y Boloña las principales bases en el norte. Y Ágata lo sabía. Conocía perfectamente todo esto y entendía que estaban rodeados. Que había huido sin avisar, atropellando los mandatos, como siempre. Pero la Mafia no perdona. Y tampoco olvida. Tenía que hacer bien las cosas. Estaba a cargo. Y sabía muy bien de qué eran capaces…

El tiempo de volver, se estaba prolongando. La salud de Alfonso todavía requería de cuidados y tiempo. Tiempo, tiempo, de lo que carecía.

Sabía de historias de venganza que le contara su padre, crueles, violentas, como la de los jueces: Giovanni Falcone, una de las figuras que más lucharon contra la mafia, asesinado en la Strage di Capaci cuando, al pasar por un túnel de una autopista cercana a Palermo, se explotó una bomba. Murieron con él su esposa Francesca Morvillo y sus escoltas Rocco Di Cillo, Vito Schifani y Antonio Montinaro y hubo otros 23 heridos.

La de Paolo Borsellino, compañero del juez Falcone, también asesinado por la Cosa Nostra cuando estalló una bomba en la Strage di Via D’Amelio en Palermo. Con él perdieron la vida 5 escoltas (entre los cuales estaba Emanuela Loi, la primera mujer-policía muerta en servicio).

De allí la muerte de Rita Atria, que se suicidó a los 17 años, una semana después del asesinato del fiscal Paolo Borsellino en el atentado de la via d'Amelio, con quien había decidido colaborar para la investigación contra la mafia siciliana. Rita Atria pierde a su padre, pastor afiliado a Cosa Nostra, asesinado en una emboscada. Debido a la muerte de su padre, Rita se unió aún más a su hermano Nicola y a su cuñada de 18 años, Piera Aiello, que se había casado nueve días antes del homicidio de su suegro. De Nicola, también mafioso, Rita recoge las confidencias más íntimas sobre los asuntos y dinámicas de la mafia en Partanna. Nicola Atria es asesinado y su esposa, Piera Aiello, que estaba presente en el homicidio de su marido, denuncia a los dos asesinos y colabora con la policía. ​ La Mafia, la había dejado sin padre ni hermano y ella, como todas las mujeres de las familias, sabía, claro que sabía. Ya no la apoyaban ni su propia madre y cuando se enteró del atentado al juez que la había convencido de declarar, se arrojó del balcón del departamento donde la mantenían escondida.

Nadie se salva, ni los curas. Famoso fue el caso del Padre Puglisi, era párroco en Palermo, en un barrio dominado completamente por la mafia, en el que carecían de escuela secundaria, comisaría, o centro de salud. Puglisi desarrolló, entre otras, una incipiente labor con los niños que se pasaban el día, ociosos en la calle. Ante su constante tarea evangélica y social, la mafia comenzó a acosarle, dándole alguna paliza. Trataron de intimidarle, dejándole animales muertos en la puerta de su casa o quemando parte de su parroquia. Así las cosas, en el día en el que cumplía 56 años, fue asesinado a manos de un sicario de la mafia, que reconoció más tarde su asesinato, confesando que lo hizo por odio a la fe. Lo asesinó con un certero disparo en la nuca. Agonizó, y quizás podría haberse salvado si los vecinos lo habrían ayudado, nadie quiso saber nada. Había enfrentado a su asesino con una sonrisa, diciendo que lo esperaba, sabedor de su triste destino.

Con la Mafia no se juega, Ágata era quién mejor conocía esto. Y sin dinero, tendría el mismo destino de los que no cumplían con el pizzo. Una especie de tasa, aunque se llamaría más bien extorsión, a la que están sometidos los negocios de una ciudad o zona. En pocas palabras: todos tienen que dar un porcentaje de las ganancias para obtener protección y seguir trabajando. Casi nadie denunciaba este abuso, si lo hacían ponían en riesgo su negocio e incluso su familia.

El caso de Libero Grassi un emprendedor textil que no solo rechazó pagar el pizzo, sino que lo hizo públicamente con una carta dirigida a su extorsionador que se publicó en un periódico local.

Aquel gesto no solo fue valiente, sino que se convirtió en una verdadera declaración de guerra de un simple ciudadano a la cúpula de la mafia. Si bien en un principio la opinión pública se volcó con él, gracias también a su participación en un programa televisivo donde cuenta su historia. Pronto todo el mundo se olvida de Libero, todos menos la mafia que lo asesina con 4 disparos.

Lo más terrible, y lo que hace entender aún más la fuerza de la mafia, es que la gran mayoría de empresarios de Palermo, de donde era Libero Grassi, en lugar de apoyarlo se molestaron con él por ir a “lavar los trapos sucios” donde no debía.

El caso del activista antimafia Peppino Impastato, uno de los primeros en denunciar la existencia de este grupo criminal, que además pertenecía a una familia relacionada con la Cosa Nostra. Fue antes lapidado, y luego mutilado con un explosivo.

Del jefe de la lucha anti mafia Carlo Alberto Della Chiesa, que volaron por los aires con su mujer y su conductor.

Solo nadie puede. Y menos con ´poco dinero.

Pero todavía había, solo tenía que saber administrarse y no levantar sospechas. Hasta la para monjita, la tal Lea, eran una pareja de enamorados, pasando la convalecencia en un bello lugar. Lea.

Otro caso inolvidable sobre la extrema crueldad de la Ndranguetta.