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Karman

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another world
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Blurb

Aetheria es un mundo lleno de criaturas sobrenaturales donde el reino Mistycora es el más sobresaliente.Karman, una niña nacida bajo la luna de los ángeles, tenía un destino comprometedor y se hablaba de lo insuperable que sería su poder, pero al crecer todos quedó como una simple fantasía o deseo.Viniendo del más importante linaje lycan, fue una decepción para todo el reino Mistycora el que su futura reina no tuviese la magia y, por lo tanto, tampoco a un lobo. Los enemigos naturalmente querían el poder de la familia real lycan y su oportunidad llegó cuando la sucesora al trono sería incapaz de proteger a su reino por falta de poder.Todo estaba perdido para Karman, pero Kael, hombre al que no le interesa más que el poder y el más peligroso de los lobos, llega con una propuesta: Protegerla si lo hacía su rey. Para ella era el ser más despreciable del mundo, pero ver a su gente sufrir no le dio más opción que aceptar la propuesta.Una unión que solo es estratégica se vuelve insostenible cuando el deseo, la lujuria e intensidad toman lugar. ¿Cómo terminará?

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Capítulo 1: Karman, Una Reina Alfa Sin Loba
La manada estaba sumida en la celebración de los dieciocho años de su princesa, quien a su vez no quería. Karman, los observaba desde el altillo de su habitación, paseando la mirada por cada rincón del lugar, pensando en todas esas personas que estaban decepcionadas porque ella, la que se supone relevará al mejor de los reyes no tiene manera de como protegerlos en un futuro. ―Te aman ―Nova, la cuidadora de la princesa le sonrió―, no importa si no tienes la magia y consiguiente a una loba. Eres una guerrera de clase alta, lo sabe ―El suspiro de su princesa la hizo sonreír―. No importa nada de eso cuando su manada la ama tal y como es. ―Todavía puedo ver la decepción dibujada en sus rostros ―Le dio frente―, la preocupación de los ancianos del consejo y la pena de mis padres ―Lamió sus labios―. Soy una aberración, ¿Una futura reina sin lobo? ―Se rio de sí misma―. La única persona con sangre Darkmoon que no lleva la magia. Mis ancestros deben estar revolcándose en sus tumbas y la Diosa a punto de bajar para borrarme de la faz de la tierra. ―No sea dramática, princesa. ―Le acomodó el pelo oscuro tras la oreja y miró los ojos celestes de la joven agraviada frente a ella―. La aman por el simple hecho de ser bondadosa, justa y protectora con su pueblo. ―Quieren casarme con un poderoso alfa para que los demás me tomen en serio. ―La miró con lágrimas en los ojos―. Saben que no soy suficiente y por eso me quieren emparejar con alguien siendo tan joven ―Se sentó―. Nova, ¿No se supone que la Diosa nos otorga una pareja? ¿O tampoco me otorgará a alguien? ―Nova sintió su corazón sangrar al verla tan triste. ―Es una princesa, generalmente la Diosa nos otorga parejas tan poderosas como nosotros. ―Le sonrió―. Puede que su pareja esté entre ellos. ―¡No quiero a ninguno! Será tan débil como yo. ―Si resultan ser parejas ―La miró en complicidad―, no hará falta hacer nada, se enamorará de su pareja y… ―Eso solo sucede cuando se tiene un lobo ―La cortó más dolida. ―Quizás nadie se lo ha contado ―Nova se sentó frente a ella―, pero hay a quienes se les ha otorgado parejas sin un lobo ―Karman la vio con curiosidad―. Son los llamados humanos. ―¿Los humanos? ―Karman abrió los ojos enormemente. ―Sí, hay lycan que viajan al mundo de los humanos y ahí consiguen a su pareja. Esas personas tampoco tienen un lobo y pueden sentir la conexión igual de intensa. ―¿En serio? ―Karman no le creyó. ―¿Cuándo le he mentido, princesa? ―Le sonrió con cariño―. Ahora ―Hizo una reverencia―, le concederé el prepararse sola, la veo afuera ―Karman miró salir a su cuidadora y después miró nuevamente el lugar donde todos estaban reunidos. La luna llena brillaba en el cielo, iluminando el bosque denso de la manada Arcadia Mística. El aire estaba cargado de tensión y anticipación. La alfa, Karman, es amada por todo aquel que la rodea y su manada siempre está orgullosa de ella por ser tan responsable. A pesar de ser tan joven y no tener un lobo, sus ojos de un profundo celeste, reflejaban la fuerza y la sabiduría que había adquirido desde muy chica a través de las luchas y sacrificios. Confiaban en ella, pero también sabían que su determinación no lo podía ser todo para salvaguardar la manada y al reino en general, por lo que tener un esposo poderoso la complementaria. No era un secreto que ella se negaba a aceptar tal condición, pero no podía negarse. Había llegado la hora de elegir a un esposo. Cada festividad sacaba lo bueno de las personas, siempre el ambiente animado y las risas llenando el espacio, pero esa noche, sin embargo, había un aire diferente. Karman podía percibir algo en el viento y la sensación la inquietaba. Sentía que algo estaba por suceder, algo que pondría a prueba no solo su liderazgo, sino también su vida. Quizás era su negativa a escoger un esposo, tal vez eran los nervios por conocer a sus pretendientes, podía ser que no lo soportaría y se negaría como antes y la decepción de todos la pondrían en una posición incómoda para ella, no sabía exactamente lo que era, pero no se sentía bien. La manada entera se preparaba para la presentación de su princesa, pero un grito desgarrador resonó en la oscuridad del bosque. Karman giró la cabeza para ver más allá y pudo percibir la sombra. ―Están atacando ―Anunció alzándose el largo vestido―, que todos se reúnan. Hay que proteger a las personas ―Miró a su madre―. Mi reina, llévese a las personas y póngalas a salvo. ―Alfa ―Nova llegó a su lado―, están derrumbando la primera línea, tenemos que apresurarnos ―Le entregó la espada. ―Hija, ¿Dónde me quieres? ―El rey miró a su hija con una sonrisa en sus labios―. Estás a cargo ―Karman se sintió emocionada al saber que su padre finalmente la está considerando como una verdadera alfa. ―Ve con tus hombres, protege a tu gente y mantente con vida ―El hombre besó la frente de su hija y se unió a la pelea. Ella podía no tener un lobo, pero su fuerza bruta se comparaba a uno y su destreza en el campo de batalla le daba ventaja, más aún el saber como pelear con convertidos. Ya sabía quienes estaban atacando, Los Sangre, conocidos por sus tácticas brutales y su sed de poder. El caos estalló cuando los Sangres atacaron con su fuerza y ferocidad sorprendiendo a los Arcadia Mística. Karman se lanzó al combate, pero incluso su destreza no era suficiente para enfrentar a la manada enemiga. Su gente estaba siendo masacrada, los atacaron con la guardia baja y por mucho que había buenos guerreros el enemigo los superaba en número. Pronto se vio en el suelo arrodilla mirando a su alrededor y escuchando a su gente morir. ¿Por qué? Se preguntó con el corazón alterado. ¿Por qué lo está perdiendo todo? Su incapacidad para convertirse no le había pesado tanto como en ese instante. En medio de su momento más vulnerable, Karman se encontró en medio de una calma alarmante. Fue entonces cuando se topó con el líder de los Sangre, un hombre lobo de imponente presencia y mirada penetrante. Su nombre era Kael, y sus intenciones eran claras.

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