—¡Pero explícame eso Vanka, no entiendo nada! Georgie, tenía días sin comunicarse con Ivanka, debido a la mala recepción que tenía en ese pueblo de sembradíos de maíz. Lo último que sabía era lo de la mudanza más no todas las cosas que había hecho Ivanka junto con Alexander. —Bueno, ¿déjame explicarte sí? Resulta, que, el millonario de los hipódromos que casi me iba a meter presa, o sea ojotes… —¡Alexander Wallas! ¿te acostaste con ese?—dijo Georgie interrumpiéndola —¡Sí. Con ese! ¡todo… comenzó pidiéndole azúcar! —¡Que! ¿y cómo fue eso! ¡ay, Dios santísimo amado, lástima que no puedo salir de aquí, o si no un supuesto hermano que ahora apareció de la nada me puede quitar mis diez millones! —¡¿Si te van a pagar?! —¡Si, después te digo. Pero tu échame ese gran cuento por favor! ¡Ay,

