Me alegro que estés en el proyecto

1960 Words
EMILIA Llega nuestra comida, y mientras comemos, descubro que la charla informal fluye fácilmente entre nosotros. Entre bocados de tierno filete, Julián me cuenta lo básico. Se mudó a Estados Unidos cuando tenía catorce años. Su padre había sido reubicado por trabajo, por lo que se fueron a los buenos y viejos Estados Unidos de América. Conoció a Tyler en un internado en Connecticut, y han sido mejores amigos desde entonces. Es cercano a su madre, pero pone una cara de pocos amigos cuando menciono a su padre, así que seguimos adelante, evitando ese tema. Me limpio las comisuras de los labios con mi servilleta de tela, con cuidado de no arruinar mi lápiz labial color baya. –Me encantaría saber más sobre lo que buscas en una esposa– Julián tose en su servilleta como si la palabra lo hubiera impactado. –Esa es una buena pregunta– Deja el cuchillo y el tenedor y aparta el plato. –Y la responderé siempre y cuando aceptes seguirme la corriente– –¿Qué significa? – –Este será un intercambio justo. Si quieres que me abra y comparta, tendrás que hacer lo mismo, cariño– –¿Y por qué haría eso? – me sonríe con ironía. –Y no digas porque lo digo yo– añado señalando con mi tenedor en su dirección. –La confianza es mutua– dice con ese alegre acento suyo. –Si vamos a pasar tiempo juntos, a trabajar juntos, quiero saber que te motiva. Necesito saber que no estas en esto solo por el dinero extra que te prometieron– Me arden las mejillas porque es exactamente por eso que acepté inicialmente esta tarea. Pero espero que Julián no pueda ver a través de mi. –Soy una profesional en todo lo que hago. He asumido tu tarea, y puedes estar seguro de que no me echaré atrás– –No dije que no lo harías. Pero ya que lo estamos discutiendo, si quieres saber que quiero en una pareja, creo que deberías revelar lo mismo– Pongo los ojos en blanco. –Compláceme– dice. –Bien– Cruzando los brazos sobre el pecho, me recuesto en mi asiento. –Quiero a alguien motivado, con iniciativa y trabajador Alguien con quién sea fácil hablar. Confiable. Digno de confianza y honesto– Tomo otro sorbo de vino. Todo es cierto, incluso si no admito la cualidad más importante, pero secreta, que guardo en mi corazón. Recuerdos de Matthew se filtran en los confines de mi cerebro. Supe desde el principio que no era mi señor perfecto, pero era un atractivo señor no perfecto. Obsesionado con hacer ejercicio, era musculoso y estaba en forma increíble. Mis amigos se burlaban de mi diciendo que era un cabeza hueca, y tal vez lo era. Pero no me importaba, no me preocupaba que se ganara la vida sirviendo mesas y lavando platos. Estaba atrapada en la idea de él y no me molesté en prestar atención al hecho de que no estaba interesado en construir una vida conmigo, que en realidad no éramos compatibles de manera real y profunda. –Tu turno– digo. –Una mujer que trabaja duro, sabe lo que quiere y no le tema a los desafíos– La mirada de Julián es profunda y penetrante, y me resulta difícil ignorar que me está mirando con un significado más profundo que una simple mirada superficial. Es desconcertante. Pero lo ignoro. –La encontraré para ti– Mi voz es débil e insegura, pero Julián ni siquiera ha parpadeado, y no puedo evitar la sensación de que está pensando: “Tal vez ya la he encontrado” Después de un momento de tenso silencio, Julián apura su última gota de vino. –¿Cómo propones que funcionará esto? – Me seco la boca una última vez con la servilleta y luego me inclino hacia adelante. Casi olvido que es una cena de negocios. Respirando hondo, intento recomponerme. –Esto es lo que estoy planeando. Con todo el interés inicial que tu historia ha despertado, no creo que sea difícil encontrarte…candidatas. Por qué la clave será encontrar una mujer de calidad que te interese a largo plazo– Asiente una vez, con las cejas fruncidas como si estuviera pendientes de cada una de mis palabras. Me lamo los labios y continúo, –Sugiero que organicemos un evento de reclutamiento, algo así como cuando las mujeres solicitan el trabajo de tu esposa, donde tendrán que pasar por una entrevista inicial conmigo antes de que les dé luz verde para conocerte– Se ríe, bajo y profundo, y el sonido va directo a mis pezones, endureciéndolos hasta convertirlos en puntas. ¿Qué demonios fue eso? –Una mezcla de citas rápidas y El soltero– dice Asiento. –Exactamente. Necesitaré alrededor de un mes para organizar el evento, y eso te dará cinco meses para salir con la mujer y asegurarte de que es la decisión correcta– –Tiene sentido– dice. –Y preseleccionarás a las solicitantes antes del evento para que podamos asegurarnos de que solo las mujeres más cualificadas estén allí– –Genial. Eso funciona– Julián junta las manos delante de el sobre la mesa, y sus largos dedos distraen. –Me alegra que estes de acuerdo con ello– un cálido rubor me sube por el pecho y el cuello, y trago saliva. –Pero tengo algunas reglas que tendrás que cumplir– Su interés se despierta, Julián hace una pausa, sin dejar de observarme. –Tu pene tendrá que permanecer metido en tu…– hago una pausa, y Julián levanta una ceja oscura. –Espera. Ustedes llaman pantalones a la ropa interior y a los pantalones ¿verdad? – –Si con ustedes te refieres a los británicos, entonces sí. Los llamamos así– su expresión es divertida reticencia. –Es lindo verte ponerte tan nerviosa hablando de mi pene– –Guárdalo en tus pantalones; eso es todo lo que digo– puedo sentir mis mejillas calentándose y necesito salir de este tema. Mierda. Salir es probablemente una mala elección de palabras. No habrá salida pronto. Desafortunadamente. –Mi pene es un niño grande. Juego de palabras muy intencionado– Me guiña un ojo. –Puedo manejarlo– –Me alegra oír eso, porque lo digo en serio. Si te encuentro una buena chica con la que salir, no dejaré que lo arruines sacando a tu chico grande a jugar con ella demasiado pronto– Parece divertido. –¿Cuál es tu próxima regla? Dijiste que tenías algunas– –Mi segunda regla es que me escuches. Todos mis consejos serán para que te cases, así que sería prudente intentar las cosas a mi manera, incluso si parece poco convencional– intento no sonar muy mandona, pero Julián simplemente se ríe. –Te lo dije; quiero esto. Necesito casarme, así que estoy dispuesto a hacer las cosas a tu manera– –Eso es bueno– –Entonces, ¿Cómo te sentiste cuando descubriste que trabajarías conmigo en este proyecto único? – –¿En serio? – levanto una ceja. El asiente. –Estaba…enojada– Una pequeña risa escapa de mis labios y me tapo con una mano. Mierda. ¿Por qué bebi tanto? –Lo siento mucho. Eso fue inapropiado– Julián levanta una mano. –No te disculpes. Te pregunté como te sentías, y quería la verdad– Exhalando, enderezo mi postura. –Es solo que sentí que mis habilidades y talentos serían más adecuados para algo más…profesional– Asiente una vez como si entendiera. –Por si sirve de algo, me alegro de que estés en el proyecto– Espero, deseando que continúe. Y entonces lo hace. –Eres talentosa, inteligente, más que capaz. Extremadamente hermosa, distrayéndome– su voz es suave, apenas por encima de un murmullo. Espera. ¿Qué? ¿Es posible que se sienta atraído por mi como yo por él? Eso no es algo que haya considerado nunca, pero me ha traído aquí, ha sido atento y amable toda la noche. Y ahora me mira con ojos oscuros, melancólicos y de “Follame” Tal vez esta es su forma de tantear el terreno, para ver si hay atracción mutua y química entre nosotros. La idea es vertiginosa. Tendré que andar con cuidado, asegurarme de mantener esto estrictamente profesional. No es que me oponga a una aventura, simplemente porque trabajamos juntos y puede volverse incómodo. No, me opongo a una aventura porque este hombre se casará en menos de seis meses, si hago bien mi trabajo, y siempre lo hago. No voy a ser tan estúpida como para involucrarme con él y luego terminar con el corazón roto cuando se aleja hacia el atardecer con alguien años más joven, nueve kilos menos y, por supuesto, millones más rico de lo que yo jamás seré. Ni una mierda, gracias. Mi ego no es lo suficientemente robusto como para soportar tal tortura. Además, tengo que pensar en el dinero que la bonificación. Entre los cobradores que me llaman y estar atrasada con el alquiler, no puedo pasar por alto el hecho de que he acabado en una situación precaria, una de la que estoy desesperada por salir. –¿Qué sigue? – pregunta finalmente. –Ahora que sé lo que buscas, quiero tomarme un tiempo para crear un plan de juego completo. ¿Por qué no vienes a mi oficina el lunes y podemos repasarlo todo? – Saca su teléfono del bolsillo y revisa su agenda. –Tengo mucho trabajo la semana que viene. –¿Estas libre por la noche? – –Si, eso pudiera funcionar perfectamente. Nos vemos el jueves a las nueve en el Bar Paradise– –Bien. Entonces el jueves– De hecho, me dará la oportunidad de verlo en su entorno natural, entender que tipo de mujeres le atraen y observarlo en acción. Y luego poder desarrollar un plan que lo dejará boquiabierto. Que es exactamente lo que planeo hacer. –¿Nos vemos entonces? – pregunta, y cuando asiento, me ayuda a levantarme de mi silla. Hay algo tan elegante en él. Tal vez sea porque es británico, con su ingles con acento y su gramática correcta, o podría ser porque es ridículamente atractivo con su cabello desordenado y elegante, su mandíbula cuadrada y su físico alto y musculoso. Su inteligencia también es sexy. Se, por haber buscado en línea, que es un abogado brillante que se las arregló para terminar la licenciatura y la facultad de derecho con una facilidad impresionante. Mientras tanto, la mayoría de los días me siento hecha un desastre. Oliendo la ropa arrugada apilada encima de mi cómoda para ver si puedo usarla una vez más, y masticando cereal seco de camino al trabajo. Supongo que el deliciosamente bien parecido Julián Waltham no tiene ese problema. Necesito encontrarle una mujer con clase. Alguien inteligente e igual de bien parecida. Es un hombre educado, y es refrescante saber que quiere a alguien que sea su igual. No le intimida la inteligencia; de hecho, la recibe con agrado. La idea de alguien con quién discutir, con quién mantener una conversación estimulante, lo emociona. Esto será mi misión: encontrarle a alguien genial. Solo espero, a su vez, que eso saque de mi cerebro los pensamientos no tan inocentes que albergo sobre él. Compartí más de lo que debería divulgar esta noche. ¿Es este hombre sexy y sensual fue el que me abrió como una flor, o es el vino el culpable? Julián besa el dorso de mi mano como un perfecto caballero y me mete en un taxi que espera. Observo, con nostalgia, como su figura se vuelve borrosa en la distancia.
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