Mientras tanto, afuera de la cabaña a esa misma hora… "El Encinas" en dentro de un lujoso auto, aparcado estratégicamente cerca de unos árboles, cerca de la cabaña, fue testigo silencioso de la llegada de Reinaldo. Con manos expertas, "El Encinas" ajustó sus binoculares, enfocando su mirada hacia la entrada principal de la lujosa cabaña. Por lo tanto, con dedos ágiles, marcó el número de Anna de las Casas en su teléfono móvil, y esperaba con impaciencia mientras los tonos de llamada resonaban en su oído. ―¡Ay, madre mía ya agarró jajaja! Llamada telefónica ―¡Anita, quería! ―susurró con voz ronca, apenas conteniendo su emoción―, el payo ya está adentro con la "Zagala", entró a su habitación. La trampa se ha cerráo, jajaja. A pocos kilómetros de distancia, en la suite presidencial de

