La mañana llegó y Vivian no había logrado descansar a gusto, los recuerdos convertidos en pesadilla habían logrado perturbarla, saltó fuera de la cama y se dispuso a tomar una ducha. Mientras el agua fría corría por su cuerpo, se obligaba a despejar sus pensamientos y emociones, eso había ocurrido en el pasado, ya no era aquella chiquilla asustada y temerosa de la que se habían aprovechado y le habían arrancado todo, ahora era una mujer decidida, segura de sí misma y de lo que quiere, que s e había jurado alejar toda clase de buenos sentimientos y amor por los hombres. Nada cambiaría eso, ya Damian no estaba y no había poder en el mundo que pudiese devolvérselo, entonces eso la llevaba a seguir siendo lo que era; la mujer dura, la mujer sin sentimientos, la mujer fría; LA SEÑORITA HIELO, c

