Apenas Amelie llegó a la inmobiliaria entró a la oficina de su tía con rostro de suplica. —Tía, este señor del que te conté, se hace llamar señor X… —¿Señor X? —esbozó su tía con burla, Amelie frunció las cejas. —¿Es normal? Su tía no se aguantaba la risa, pobre de Amelie, su primer día y ya le había tocado un cliente muy especial. —No es normal, pero a veces pasa, por lo general los compradores incógnitos se ponen seudónimos como Mr. Miller, Mr. Brook, etc… ¿pero Sr. X? nunca lo había escuchado, ¿te ha dicho que es lo que quiere comprar? Amelie se mordió el labio inferior. —Quiere que le hagamos algunas propuestas ya que es del extranjero… ¿podría ser un estafador? Victoria negó. —Nuestros teléfonos sólo son proporcionados a los clientes más adinerados de nuestra cartera,

