Emilia tomó su carpeta, más por costumbre que por necesidad, y comenzó a caminar hacia el ascensor. El murmullo constante de los teclados y el suave zumbido del aire acondicionado componían una sinfonía casi hipnótica en el piso de arquitectura de Blake & Asociados mientras ella avanzaba. Cada paso sobre el mármol resonaba más de lo debido. En su mente continuaba repasando posibilidades, argumentos, disculpas que quizá tendría que ofrecer si le reclamaban su ausencia. El ascensor llegó con un 'ding' suave, y el reflejo del metal pulido le devolvió una imagen que apenas reconocía: su rostro estaba ligeramente pálido, los labios entreabiertos, la expresión cargada de ansiedad. Sintió un leve temblor en el estómago, un nudo que se formaba cada vez que algo inesperado ocurría. Cerró los ojos

