Capítulo #4

1304 Words
  La pequeña Maddison me miraba de arriba abajo, escaneándome con sus penetrantes ojos grises, como siempre lo hacía cada vez que nos veíamos. -¿Qué haces aquí? - dijo con una sonrisita de niña buena que no le quedaba, a su corta edad esta niña podía llegar a ser lo bastante escalofriante, tanto que a veces me asustaba.    Su pequeña maleta morada la había dejado a un lado y había centrado toda su atención en mi en el momento que entró por la puerta y yo me encontraba en el recibidor por casualidad. -Vine a comer. -dije en tono obvio. Nos llevábamos así, era algo normal. -De eso me doy cuenta por la hora. - dijo imitando mi tono de obviedad - pero nunca lo haces. ¿Por qué ahora? -Pregúntale a tu padre. -Dije encogiéndome de hombros. -Te recuerdo que mi papi es mío, ¿ok? - esta niña me causaba gracia. Cualquiera que nos viera diría que no nos llevábamos bien, pero no era cierto. Nos teníamos un gran cariño la una a la otra, oh al menos eso creo, de mi parte la misión estaba cumplida. -¿De qué hablan? - escuchamos la voz del hombre que quería asesinar. -¡Papi! - dijo la pequeña corriendo hacia su padre el cual rápidamente la tomo en brazos para regarle un sin número de besos en su adorable rostro. Era una escena hermosa y tierna, era una de las pocas veces que lo veía así, con su hija era todo unicornios, flores y muchos arcos iris. -Le preguntaba a la hermosa Evelott por qué había venido a comer. - dijo con su carita de ángel. Cualquiera que no la conociera la compraría. -Tenemos que hablar contigo respecto a eso, mi princesa hermosa. -dijo con una sonrisa que no le llego a los ojos. En ese momento me di cuenta de lo que nunca me había dado cuenta en esta semana, lo que estaba pasando era grave. ¿Por qué no podía confiar en mí y decirme las cosas como son? Este hombre me exaspera. -Que sea rápido, necesito enseñarte todas las fotos de las cosas que hice en el campamento. Puse a un niño tonto como mi fotógrafo personal. Claro que no acepto al principio, pero al final de unos buenos golpes termino llenando la cámara.- dijo con una sonrisa maliciosa y cínica. Si, no parecía tener 5 años. -Esa es mi pequeña. - dijo chocando sus grandes puños con los pequeños de Maddie. Con un padre así era obvio su aire de superioridad y malicia, ¿Cómo va a permitir que le pegue a otro niño?     Caminamos juntos hasta el enorme salón, yo me senté en un sillón aparte mientras él hacía lo mismo con Maddie en su regazo y esta le besaba la mejilla repetidas veces.    Vi como susurro algo en su pequeño oído y la niña abrió los ojos como platos al momento que chillaba de la emoción. Estoy segura que no le había dicho lo de la "boda". - Escuchaste Eve, ¡Mi papi hermoso me comprara un perrito!    Ay díganme que no es cierto. ¡No es posible! Mire al que pronto sería mi víctima y este solo sonrió malicioso, la misma sonrisa de su hija. De tal palo, tal astilla. Ya se porque el de la manzana nunca cae lejos del árbol. ¡Él sabe que odio los perros! -Amor ahora que te di la noticia del perrito, quiero contarte algo. - oh ya entiendo esto era algo para chantajear a su hija, ¡eso no quitaba el hecho de que fuera un perro! - ¿Qué piensas de que papi tenga novia? - -No, tú eres mío. - dijo jugando con el celular de su padre. Yo solo reí. -Pero papá necesita una novia. - dijo como niño pequeño. Se veían tan tiernos. -No, si necesitas a alguien yo estoy para ti papi. - -¿Entonces nunca tendrás un novio? -Si yo tendré, tú no. Eres mío. -Pero puedo seguir siendo tuyo aunque tenga una novia. - vi como la pequeña lo pensó. - además no te gustaría tener una mami para que puedan hacer todas esas cosas que te gustan. A veces yo no puedo hacerlas. Este hombre me estaba metiendo en la boca del lobo. -Bueno si, es verdad papi. ¡Consíguete una novia! -Ya la tengo. - dijo en un susurro. - y me pienso casar con ella. ¿Qué dices? Sería fantástico, me ayudarías a proponérselo. - psicología inversa, pobre niña. -Papi, sé que estás tratando de que lo acepte a toda costa, y está bien. Eres grande, ahora ¿Quién es la tonta que termino haciendo el favor y me quiere robar lo que es mío? -No ya no era "pobre niña" ahora era "pobre yo". -Es Eve. - dijo encogiéndose de hombros. Maldito. -Ya lo sabia. - dijo la niña restándole importancia. -¿Cómo? - me asusto lo rápido que salió esa palabra de mi boca. -Es raro que vengas a comer, muy raro, papá había estado actuando extraño. Y sé que ustedes se gustan. La abue siempre dice que del odio al amor hay solo un paso. Ustedes ya iban dando muchos del odio. No niña, en eso te equivocas. ¡Aún lo odio! -Ahora déjenme jugar tranquila, ah y papi, hoy quiero comer fuera. ¿Si? - esa cara de morrito que ponía, ¡yo sé que esa niña es un demonio! -Esta bien, antes tengo que revisar unos papeles. - se paró dejando un beso en un su frente y dirigiéndose a la puerta. -¡Papi! ¿Y el beso de Eve? - dijo con una mirada maliciosa, esta niña me sacara canas. -Ah si claro. - nervioso se acercó a mí y dejó un beso muy cerca de mis labios, mi pulso se aceleró más de la cuenta y me odie por eso. Aturdido aún por lo que acababa de pasar, que claramente no fue nada, pero para nosotros era un gran paso, salió de la habitación dejándome con el ángel que tenía por hija. -No pensé que te enamorarías de mí papá. - y no lo estoy. -Yo tampoco. - la niña me miró extraño, pero luego sonrió. -Gracias Eve, haces la vida de Papi más fácil. -¿Quién te dijo eso? - mi curiosidad siempre ganaba. -Mi papi, siempre lo dice, cuando está feliz, cuando está estresada, incluso cuando está molesto. Si, yo tampoco lo entiendo. - dijo volviendo a poner la vista en el teléfono. -¿Te agrada la idea de que me valla a casar con tu papá? -Claro, Eve siempre has estado para mí, eres aparte de la abue la otra mami que tengo. Te quiero mucho. - mi corazón se ablando al escuchar eso. ¡Qué ternurita! - Pero si no quieres que te llame mami no importa. - dijo agachando su cabecita y rompiendo mi corazón en dos. -Yo también te quiero Maddie, y claro que me encantaría ser tu Mamá. Sería un honor para mí.- dije sincera. -Lo sé, quien no va a querer a alguien tan lindo como yo. Papi siempre lo dice. - y lo arrogante de nuevo. -Es cierto. -¿Podemos irnos ya?- dijo Klaus entrando al salón. -Si. Vi como Maddie salía corriendo fuera de la sala y yo la seguí a mi paso. Dejándome a solas con Klaus. -Gracias por lo que estás haciendo Eve. De verdad. Escuche todo. -A pesar de todo, quiero mucho a Maddie y en verdad es un honor para mí que me llame así. Vi como creció una sonrisa en su rostro y me costó el no devolvérsela, pero lo mundial pasó cuando agarro mi mano y me guio hasta afuera. Podía acostumbrarme a esto, podía, pero no puedo.
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