HURACÁN DANIELLE

2161 Words
"Lo prohibido, siempre es mas tentador" Londres— Inglaterra Apenas abro la puerta, se me lanza encima una chica, colgándose de mí, como un mono, no entiendo nada, lucho por zafarme pero es imposible. —¡Qué demonios!.— Grito tratando de quitármela de encima, no tengo idea que sucede. —¡Sorpresa!.— Grita chillona ella, llamando mi atención, cuando la veo bien es Danielle, mi hermana de crianza, yo soy adoptado y ella de alguna forma retorcida también. —¿Qué haces aquí?.—Pregunto al verla y ver en el pasillo que tiene varias maletas, frente a la puerta. —Vine a terminar mis estudios en la mejor universidad y con el mejor profesor.— Susurra ella y me estampa un beso en la mejilla que no esperaba, desde ese momento comprendo que se acabo mi paz, ella es una revoltosa de lo peor. —Podrías, bajarte de mí, estas pesada.—Me quejo y ella se pone roja —Lo siento Manu, no aguante las ganas de abrazarte, te he extrañado mucho.— Susurra y mis ojos se van a sus jugosos labios rojos, no recordaba que fueran tan provocativos antes. —Hay un problema, tengo varias habitaciones, pero solo tengo una cama, vivo solo así que no me preocupe por preparar una habitación.— Le trato de explicar, pasando una mano nervioso por mi cabello y mi cara, esto es incomodo, apenas la reconozco…pero sus ojos continúan siendo iguales de color verde esmeralda. —No te preocupes, encargamos una y ya.— Me dice ella, para nosotros el dinero nunca ha sido un problema, aunque yo me independice de mis padres hace mucho tiempo… —Eso tomara días.— Respondo, sé que no puedo tirarla a la calle, pero esta situación, no me hace nada de gracia. —Podemos dormir juntos un par de días, lo hemos hecho antes.— Me dice ella inocente, ¡cuando éramos unos niños inocentes! —Okey— Respondo, sin tener idea que este fue el primer paso para despertar en ambos, un incestuoso deseo. Recuerdo cuando todo era más fácil, aun vivía en España y mis sueños solo eran lograr lo que tengo ahora pero ahora me siento tan vacio y solo creo que por un tiempo ya no lo estare con esa loca gritona por acá. Hace cinco años deje todo lo que conocía, para perseguir mis sueños, prometí llamar a mi familia a diario, por unos meses cumplí, pero poco a poco mi nueva vida me adsorbió por completo y las llamadas se hicieron cada vez más distantes; cada dos días, cada tres, una vez a la semana, hasta que me comunico mensual si acaso con ellos. Madrid —España cinco años atrás. —Manuel apúrate vamos a llegar tarde— Grita Isabella desde abajo ya estaba en el cuarto año de medicina ese día me informaban, si aceptaban mi traslado a Inglaterra, mi familia estaba completamente emocionada. Mis padres se aman como un par de adolescentes, por eso desde que están juntos ya han tenido cuatro hijos biológicos de ellos dos, por lo que en este momento somos siete hermanos de muy diferentes edades, también tenemos siete primos por parte de la tía Camilla y dos de parte del Tío Daniel y además están dos hijos del tío José de Venezuela estudiando acá, estudiar en casa ha particularmente difícil, no había un minuto de silencio. Cuando nos juntábamos todos era desastre total y había que contratar personal de servicio para que ayudara a mantener el orden, no es fácil controlar dieciocho jóvenes de diferentes edades, la verdad eso permitió pasar desapercibido, no me gusta llamar la atención. El principal motivo por el que deseaba marcharme era tener paz. —Manuel, pronto volaras a Inglaterra y te convertirás en el mejor medico que puede existir.— Dijo isabella antes de tomar un sorbo de su jugo de naranja. —Eso sería fabuloso, pero no sabemos aun si me aceptaron respondí, tomando una tostada de un bol que coloca mi madre para que todos tomen lo que deseen y un café con leche antes de salir ya que Isabella me esperaba impaciente en la puerta, ella estudio economía en el edificio de al lado de la facultada de medicina. Ambos salimos juntos en el mismo auto, para ahorrar gasolina, teníamos los mismos horarios, solo que ella se graduó, aun siendo menor que yo, eso debido a que comencé la escuela muy tarde, cuando por fin se logro mi adopción. —¿Qué tanto piensas?.— Pregunta Isabella al ver cómo me voy a la luna con mis pensamientos. —En que los voy a extrañar, mucho si me voy.— Le digo a ella con una sonrisa en los labios. Apenas me bajo del carro, se me lanza encima mi ex novia Ariana —Manuel no te vayas, no me dejes, sabes que yo te amo con todas las fuerzas de mi corazón.— —Si así lo hicieras no me habrías puesto los cuernos.— Le digo en voz alta. —Un error lo comete cualquiera Manuel, estoy arrepentida.— Me dice con lágrimas en los ojos que nadie le cree. —Eso es bueno, para que no vuelvas a hacer lo mismo.— Respondo caminando, sin darle importancia. —Como puedes estar tan tranquilo ¿acaso tu no me amas?.—Me dice limpiándose las lágrimas de la cara con ambas manos. — Sinceramente no, nunca te ame.— Le digo y ella me voltea la cara de una bofetada, veo literalmente rojo, le tomo ambas manos con fuerza. —No se te ocurra volver a ponerme una mano encima, maldita basura.— le dijo empujándola se tropieza con sus propios pies y cae de piernas abiertas de forma vergonzosa. —Te voy a acusar de maltrato.— Grita llena de rabia y de lodo. —Hay cámaras, ¡tú te lo buscaste!.— Le digo respirando agitado antes de dar media vuelta y dejándola allí, toda sucia y en el suelo. —La próximo vez, te puedes meter conmigo, que te daré la paliza de tu vida. — Le dice Isabella con una sonrisa, a la mujer que se levanta molesta viendo hacia todos lados lamentablemente para ella está grabada y se vuelve un meme por toda la universidad. Apenas entro a la primera clase llega la secretaria del decano informándome que él, me llamo estoy muy nervioso. Toco la puerta con las manos sudadas, —Adelante.— Escucho dice él, todo parece ir en cámara lenta, giro el pomo y abro la puerta —Bienvenido.— Dice el levantándose de la silla de su escritorio para recibirme. —¿Como esta señor?¿Tiene noticias para mi?.— Pregunto de inmediato. —Muy bien muchacho, felicidades, la universidad de Londres te acepto te deseo suerte, en todo lo que hagas.— Me dice el profesor entregándome la carta de aceptación de parte de la universidad con una sonrisa. — Gracias.— Respondo emocionado, quiero gritar, pero me contengo. — Te esperan allá en una semana a más tardar, okey.— Informa él — Gracias señor decano.— Le digo estrechando su mano., nos despedimos con unas palmadas en la espalda, no puedo creerlo aun. Al salir mi hermana, me espera en la puerta de la oficina, salgo tratando de fingir cara de pesar, solo para molestarla. — ¿Qué sucede?.— Me pregunta Isabella, preocupada al verme — ¡Me aceptaron!.— Grito, llamando la atención de la gente que está en el pasillo, Isabella se me guinda como un mono y saltamos contentos, como unos niños. — Te vas.— Dice ella cambiando el semblante, somos muy unidos desde niños. — Si, pero te llevo en mi corazón, nos llamaremos todos los días.— Prometo, y solo al principio cumplo…Al cabo de un tiempo me olvide de todo. Apenas llegamos a la casa le damos la noticia a mi madre, ella me dijo:—Hijo, aunque me duela aceptarlo, se que eres el mejor vas a lograr todo lo que te propongas en la vida —Abrazándome fuerte, me costó mucho dejarme tocar después del ataque de los monstruos que dios me dio como padres, yo nunca podre ser una persona normal del todo, ella solloza y yo solo trato de consolarla, es la mejor madre que pude tener. Todavía al cerrar los ojos ellos me atormentan y eso que hace más de doce años que no se de ellos, si los llego a ver de frente no sé lo que haría, después de atacarme, los condenaron a quince años de prisión… —También te amo mamá, pero tú me enseñaste que debemos perseguir nuestro sueños y mis sueños no están acá.—Le digo dándole un beso en la cabeza, ella es pequeñita y yo mido uno noventa… —No sé qué vamos a hacer sin ti acá, estos muchachos son un desastre, tú eres el más centrado.— Me dice mi padre a punto de llorar, es el más sentimental. —Te cuidas el trasero por allá.— Me dice la descarada de Danielle, dándome una nalgada. —Respeta hija.— Le reprenden mi papá y ella dice, un lo siento con una sonrisa que denota que no existe tal arrepentimiento. —Te voy a extrañar muchísimo— Dice Isabela abrazándome también somos muy unidos. —Antes que te vayas tenemos que hacer una fiesta de despedida.— propuso Danielle —Eso es cierto.— Secundan los gemelos, Ricardo y Leonel.— A la vez llega a dar miedo la forma en que se sincronizan y uno termina las frases del otro. —Una piscinada.— Propone Jamie junior al que le encanta el agua, si fuese por el pasa todo el día en la piscina y mi madre colocándole protector solar… Despertar contigo Mi hermano Manuel y yo dormimos juntos en la misma cama, el duerme en pantalón de pijama, siempre lo veía sin camisa, pero el hombre que ven mis ojos no es el mismo niño para nada… Debe tener muchas mujeres detrás de él, tiene el six pack más definido que he visto en mi vida, me provoca tocarlo, para saber que se siente entre mis manos. Despertar contigo Después de cenar, y compartir anécdotas poniéndonos al día nos vamos a dormir en la misma cama —Buenas noches.— Dice el apagando la luz —Buenas noches.— Respondo depositando un beso en la oscuridad, me rio nerviosa cuando siento que impacte en sus labios, en un suave roce, mi cuerpo reacciona de forma extraña... Me quedo estática para no molestarlo, su respiración es pausada.— Duerme ya, si estas asi no puedo dormir.— Me dice —¿Cómo lo sabes?.— No te has movido, y recuerdo que te movías tanto que me sacabas de la cama. Me sonrió un poco le respondo— Precisamente eso trato de evitar, para no incomodarte.— Le respondo Una risa ronca sale de su boca, ¿por Dios desde cuando mi hermano es tan sexy?, Me abraza sin que yo pueda evitarlo en forma de cucharita. —Así dormirás rico.— Susurra, pero lo siento pegado “inocentemente” a mí, sin tener idea de lo que su cuerpo me está provocando. Me duermo aspirando su olor, resulta demasiado intima y placentera esta posición para mi, tengo vergüenza, de que uso solo pijamas pequeños y de telas suaves, siento que no tuviera ninguna barrera entre nosotros, a él parece que mi cercanía no le molesta… Abro los ojos, ya que hay una luz tenue que se cuela por la ventana de la habitación, tengo la pierna sobre él, y estamos abrazados de una forma demasiado intima…mucho mas que anoche. Sin embargo detallo su cara, una suave barba le cubre la cara dándole un aspecto rudo y masculino que en él me encanta. Me siento cómoda en sus brazos no quiero levantarme, simulo estar dormida y disfrutar un poco más del calor que emana de su cuerpo… —¡Demonios Danielle, nos quedamos dormidos!.— Chilla el saltando de la cama, como se enreda con las sabanas cae en el suelo haciéndome reír —No es divertido, tengo una cirugía programada en veinte minutos.— Dice corriendo al baño. Yo me levanto de inmediato, preparo un café y un emparedado, sale a los cinco minutos acelerado para irse, se lo entrego en las manos y el sonríe y me da un beso muy cerca de la boca, a modo de agradecimiento. —No me esperes, no vengo hasta la noche.— Me dice, ya abriendo la puerta listo para marcharse. Por Dios que Manuel esta hermoso, siempre lo ha sido, yo estaba muy pequeña cuando lo adoptaron, pero siempre Isabella recuerda que los niños decían que era un monstruo debido a unas cicatrices que tenía en la cara por un ataque que sufrió en manos de sus padres biológicos.
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