NARRA NOAH Me despierto y me siento molida. La cabeza me duele como si el cráneo me fuera a estallar, la garganta me arde como si de verdad hubiera cogido una espantosa gripe, y tengo los ojos terriblemente hinchados. He dormido tan poco, porque me he pasado toda la noche llorando. Poco me faltó para ir a la habitación de Kai y confrontarlo. Exigirle que se haga cargo de esto, porque también es su maldita responsabilidad, pero he decidido que no me voy a humillar. Yo no soy ese tipo de mujer y no lo voy a ser con él, por más que lo ame. Aunque no voy a negar que, muy dentro de mí, guardo la esperanza de que recapacite. De que la noche le haya servido para aclarar su mente y que haya pensado en lo que está haciendo, que haya analizado lo que está poniendo en juego con su decisión. Qui

