Capitulo 5 -comienzo de miedos o misterios

1300 Words
puesto a mi madre. Fue entonces cuando me contó el plan al que había llegado Domini: había juntado dinero, incluso pidiendo préstamos a sus jefes. Duncan se fue con su mujer para cardón a buscar los niños y más dinero para quedarse en casa. Pero la siguiente parte, que involucraba a Domini y a Lismaria, develaría las verdaderas complejidades familiares. Por consiguiente, mientras Duncan se iba con su mujer, Domini tomo transporte para casa, buscando dinero, vigilando a sus hijos y planeando pasar por la farmacia. Cuando Duncan llegó, fueron juntos a casa de Dela a buscar el resto del dinero y a pedirle a Lisamaria que se quedara con los niños. Sin embargo, Lisamaria tenía sus propios planes, y su respuesta los dejo en una encrucijada, obligándolos a una búsqueda desesperada. Pero, Lisamaria dijo que más tarde iría por allí, así que los hermanos se fueron a buscar las medicinas, recorriendo todas las farmacias posibles y encontrando solo unas pocas. Luego, se dirigieron al hospital, donde Domini se quedó con Dela, mientras Duncan regreso a buscar lo que aún faltaba. Mientras tanto, en casa, Lisamaria llego con dos viandas, una para ella y otra para Dela. Karin se puso a hacer la cena, y mientras todos comían, la ausencia de Domini y su suegra en la mesa dejaba una sensación de soledad y la certeza de que la lucha aún estaba lejos de terminar. En vista que, Domini decidió tomar la primera guardia y Dela se retiró no sin antes advertirle que mi madre María Reald, debía estar bañada antes de la revista matutina, él se quedó con ella, pero lo que parecía una noche de simple vigilancia se transformó rápidamente en un desafío agotador. Mi madre María Reald, no lo dejo dormir ni un minuto, con movimientos constantes que obligaba a Domini a sostenerla para evitar que cayera. La oscuridad y el cansancio presaginaban un despertar aún más complicado. Con motivo, a las 5 de la mañana, las luces se encendieron, marcando el inicio de una rutina impecable: los familiares de otros pacientes comenzaban a bañarlos y alistarlos. En suma, Domini sin otra opción, decidió hacerlo también. Con dificultad levanto a mi madre María Reald, y la sentó en la silla de ruedas, llevándola al baño, él ya había pasado por esto con su mujer, pero lo que estaba a puno de suceder con María Reald, superaría cualquier experiencia previa. Así que, con sumo cuidado, Domini levanto a mi madre María Reald para bañarla. Pero mientras, le echaba jabón, en un movimiento brusco, ella se les resbalo de las manos. Gracia a dios, cayo sentado en la silla y no llego al suelo. Pero el pánico se apodero de Domini. La verdadera prueba, sin embargo, aún estaba por llegar. Para ese entonces, mi madre María Reald no cooperaba en absoluto, y su peso era un desafío para Domini. Como pudo, como pudo la levanto de nuevo y en ese instante, las lágrimas brotaron de los ojos de mi madre María Reald, no de dolor, si no de puro susto. Domini la calmo, termino de enjabonarla y enjaguarla, la seco, le puso la bata y su panty, pero esa experiencia, que apenas duro unos minutos, le dejaría una huella imborrable. Luego, la saco del baño, le quito la plancha, la cepillo y el mismo hizo lo propio. Al recordar lo vivido, Domini confeso que la experiencia lo había dejado traumatizado un poco. Lo que no sabía sin embargo es que esa pequeña frase ocultaba el verdadero impacto emocional de aquella madrugada, un impacto que revelaría la profundidad de su amor y la fragilidad de su propia resistencia. En suma, Domini llevo a mi madre María Reald a la cama y la acostó. Media hora después, a la seis, Dela apareció con el desayuno, con el tiempo justo. Se quedo asombrada al ver a mi madre lista y bañada, pero su sorpresa rápidamente se transformó en una furia contenida. "! ¡Te volviste loco!", exclamo ¿cómo se te ocurre bañarla sola? "! ¡Tenía que esperarme, eso se hace entre dos!". Su voz, cargada de una mezcla de regaño y desesperación, revelaría la verdadera magnitud del riesgo que Domini había corrido. ¡Porque,"! ¡Mamá pesa mucho!", continuo Dela y le mostró a Domini su propio brazo, ahora adornado con un moretón. Era la prueba silenciosa de como se había lastimado al intentar evitar la caída de mi madre. Domini viendo el dolor y el susto reflejados en el rostro de Dela, apenas pudo balbucear que mi madre se había asustado y llorado un poco. Pero la discusión apenas había comenzado. También, lo que Dela dijo después, dejo a Domini sin palabras. "! ¡Otro día no lo vuelva hacer!", advirtió Dela. Domini intentando justificar su acción, comparo la situación con el baño de su mujer cuando dio a luz. Pero Dela, con una voz cargada de una verdad dolorosa, replico: "Seguro que ella te ayudaba, en cambio mamá no está en condiciones. Domini tuvo que admitir que era cierto. El cambio de tema fue brusco, pero la tensión se mantuvo, esperando el siguiente inevitable encuentro. Por añadidura, comieron su desayuno en silencio, un tenso respiro antes de la inminente ronda. Luego, llegaron los residentes y pidieron a los familiares que salieran. Domini se fue a descansar, dejando a Dela se quedaba a solas con los pensamientos que la intranquilizaban, algo inesperado ocurrió: la hora de visita llegó, y con ella una figura que nadie esperaba ver tan pronto. Después, el Señor Nardo, apareció saludando con una sonrisa demasiado cordial y disculpándose por no haber podido venir anoche anterior a "darle una vuelta". Su presencia en ese momento, después de todo lo que había pasado y las sospechas familiares, no solo era una sorpresa, si no una incomodidad palpable que prometía desvelar más secretos. Su mirada, sin embargo, solo iba dirigida a mi madre. Dándole, Nardo le dio un beso a mi madre María Reald que pareció la tranquilizarla, aunque la escena no dejaba de ser incomoda. Menos mal que traía dos viandas que le entregaron al pasar por casa. Él se dispuso a darle de comer a mi madre, Dela comió también. Por un lado, su presencia, en medio de la crisis familiar y las sospechas, dejo un sabor agridulce que presagiaba más complicaciones. Ya por la tarde, Duncan llego con la cena, sobre las 5:30 p.m., Le dio de comer a mi madre María Reald. Dela también ceno, y luego se fue, dejando a Duncan a cargo del turno de noche. Al principio, mi madre María Reald, estuvo más tranquila, él pudo dormir un poco, pero a las 2:00 a.m. Se despertó intranquila, y Duncan no hallaba como calmarla hasta las 4:00 a.m., cuando finalmente concilio el sueño. El alivio sería breve, pues la mañana siguiente traería un nuevo y aterrador desafío. Y por fin, Duncan logro dormir algo hasta la 5:30 a.m., cuando recordó que había que bañar a mi madre María Reald, Pero como él nunca había hecho esto, el pánico se apoderó de él. Prefirió esperar a que llegara Dela, sin saber que su inexperiencia, y esa espera, lo llevarían a presenciar un momento que lo marcaría para siempre. Bien sea porque, eran las, 6:00 a.m. en un punto cuando Dela apareció por la puerta de la habitación, dando los buenos días y con sabanas limpias. "vamos a levantarla" dijo. Pero María estaba inquieta y no colaboraba. Como pudieron, la bajaron a la silla, llevándose algunos rasguños en el intento. La tensión en el ambiente era palpable, y el trayecto hacia el baño, reveló la verdadera magnitud del miedo de mi madre María Reald. Ya era, mientras la empujaban al baño, los ojos de mi madre María Reald se movía de un lado a
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