Prólogo

839 Words
Estaba sentada, arreglaba su falda, nerviosa. Repiqueteaba sus tacones en el piso. Tenía un anuncio que darle a su jefe, en ese momento él se encontraba en una reunión y no tenía tiempo para atenderla. En la carpeta que tenía en sus manos había un documento importante, al menos para su vida, y que le cambiaría para siempre. Después de tres horas, las cuales le parecieron eternas, su jefe hizo espacio para atenderle, ella tocó la puerta, su corazón latía a mil por hora, le sudaban las manos, se encontraba realmente nerviosa, luego de unos segundos escuchó el "pase" de su jefe, ingresó a la oficina, firme, manteniendo su plante, aunque por dentro no se encontraba para nada tranquila. —¡Buenas tardes señor! —le dijo con voz firme— primeramente, quiero decir que agradezco mucho su apoyo e instrucción durante estos diez años, ha sido un honor trabajar para usted, pero creo es momento de que busque mi felicidad, es por tal motivo que le presento mi renuncia —le dijo mientras le dejaba el fólder que contenía la carta sobre su escritorio. Al escuchar la palabra “renuncia'' se quedó en shock, jamás se le cruzó por la mente que ella pensara algún día en dejarle, ya habían pasado diez años desde la primera vez que la vio. 2009 Durante su primer día de trabajo mientras se encontraba dando un recorrido por la empresa, siendo dirigido por el jefe de recursos humanos, él vio a una hermosa joven la cual se encontraba de ayudante en el departamento de contaduría, su piel blanca, ojos color miel, pelo n***o y liso, su cuerpo curvilíneo llamó su atención, preguntó a la persona que se encontraba dirigiéndolo sobre quien era ella y que cargo tenía en la empresa, la respuesta que obtuvo es que ella era una empleada temporal. El recorrido finalizó en la que a partir de ese día seria su oficina, antes de que el jefe de recursos humanos se retirara, le pidió que informara publicar la plaza vacante para su secretaria y le insinuó que motivara a las empleadas temporales a que se postulen ya que esa podría ser una gran oportunidad para que ellas se convirtieran en empleadas fijas de la empresa. Sus órdenes fueron seguidas al pie de la letra, él pidió realizar personalmente las entrevistas, sintió una sensación extraña dentro de sí mismo, al ver que la joven que había visto anteriormente se encontraba entre las candidatas a su secretaria, cumplió como es debido con entrevistar a cada una de las candidatas, aunque él ya había decidido desde el inicio. Al finalizar, le comunicó al jefe de recursos humanos quien había sido la candidata seleccionada para ocupar el puesto de secretaria, él se sorprendió mucho al saber quién había sido la elegida entre el extenso grupo de candidatas, sin embargo, no hizo ningún comentario al respecto solo se limitó a seguir órdenes. A la mañana siguiente ella ya se encontraba lista para iniciar con sus nuevas funciones dentro de la empresa. —¡Buenos días señor! —le dijo ella tratando de ocultar su emoción— estoy lista para recibir sus órdenes —sentenció brindándole una enorme sonrisa. —Necesito redactar algunos correos para nuestros proveedores en los Estados Unidos, estos deben ser redactados en inglés ¿tiene algún inconveniente con eso? —La verdad es señor, que no sé inglés. —dijo ella apenada, era su primera orden y no podía cumplir con lo que se le estaba solicitando. —Debemos solucionar eso, ya que como mi secretaria tendrá que acompañarme a diversas reuniones las cuales se llevarán a cabo en el idioma inglés Hoy mismo será inscrita en una academia de idiomas, en un curso personalizado, el cual será pagado por la compañía —Él sentía la necesidad de pulirle para que ella no tuviera que dejar de ser su secretaria, aunque la empresa contaba con un programa para brindar becas a sus empleados para estudios, ella aun no era elegible, él pagaría el curso de ella. Su mente se fue por algunos minutos al regresar el anuncio que había realizado, hace unos pocos minutos la señorita Saravia. —Señorita Saravia solo tengo una pregunta piense muy bien en su respuesta ¿No es feliz trabajando para mí? —Claro que lo soy señor, pero ya no soy una jovencita y ser su secretaria es un trabajo que exige mucho tiempo al día para ser realizado, y la verdad es que yo desde hace mucho tiempo sueño con casarme, ser madre, tener una familia y eso no lo podré tener trabajando como lo hago ya que no tengo tiempo ni para salir con mi familia. Cómo le dije al inicio agradezco mucho todos estos años, pero en este momento tengo otros planes en mente. Ella salió de la oficina a paso firme, él se quedó en su asiento solo viendo hacia el horizonte, pensando cómo podía hacer para retenerla ya que había algo en él que sentía que no debía dejarle ir.
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