ALEXANDER THOMPSON Me coloco las orejeras y lentes de protección. Tomo la pistola, siguiendo las reglas que Klaus me indicó en mi primer entrenamiento, y camino hacia el punto de partida. Tomo aire y relajo mi cuerpo. Me mantengo sereno, mientras espero. Mi vista recorre el lugar, analizando cada uno de los puntos que hay frente a mí y a los que debo dispararle. Klaus hace sonar el pitido que me indica que debo empezar. Empuño el arma, apunto y comienzo a correr, moviéndome entre los obstáculos y disparándole a los objetivos que él ha colocado en todo el área de práctica. Cada vez que oprimo el gatillo, el ¡bang!, del disparo, me hace sentir poderoso, intocable, y me impulsa a hacerlo cada vez mejor, imaginando que cada una de las siluetas de papel, son Miller o Miranda, y acabo de

