Estoy entre la tormenta e intento calmarla, como cuando calmo mis emociones. Pasaron cinco días desde el duelo con Matthew —el inicio de un amor prohibido y verdadero—, mi encuentro con el Furia Estelar y el día en que los intrusos atacaron la academia. Hubo discusiones con mi familia por el día en que me desaparecí. Matthew y yo decidimos seguir siendo rivales; debíamos pensar con claridad antes de confesar nuestros sentimientos. Estaba caminando por el bosque, buscando unos hongos frescos. Desde lejos escuché una voz llamándome, la cual me provocó un escalofrío. Podía sentir que me llamaba desde la prisión subterránea, en la dirección sureste. Era una voz muy complicada de descifrar; algo en ella hizo que me pusiera en alerta. Me costaba respirar; sentía como puñaladas en mi corazón.

