James llegó algunos minutos tarde al café donde Irina lo había citado. Al entrar, la vio ya esperando, con algunas pequeñas cajas apiladas a un costado de la mesa. Su corazón dio un vuelco al ver la expresión de su amiga, que oscilaba entre la ansiedad y la tristeza. Se acercó y le sonrió, inclinándose para besar su frente en un gesto de cariño. Irina sonrió a su vez, y esa pequeña acción le dio a James un cálido alivio en medio de la ansiedad que lo invadía, por que sabía que algo malo había pasado para que ella lo citara. Se acomodó frente a ella y, al llamar al mesero, pidió dos tazas de café. Irina optó por un pastel de arándano mientras que él se decidió por un sándwich de jamón y queso. Al sentarse, James no pudo evitar notar las cajas junto a ella y sintió una creciente curiosida

