Pamela había entrado en labor de parto y, con su pareja de viaje, había llamado a James y Dafne para que la llevaran al hospital. La angustia y la emoción se entrelazaban mientras hacían el viaje, pero todo salió bien y, después de horas de espera, Pamela dio a luz a una hermosa niña de cabello cobrizo y ojos que aparentaban ser azul oscuro. La alegría llenó la habitación y Dafne y James se sintieron aliviados al ver a su amiga y su bebé en perfecto estado. Sin embargo, cuando Dafne y James se fueron, dejando a Pamela descansar y disfrutar de su nueva maternidad, recibió una inesperada y perturbadora visita. La puerta se abrió y allí estaba Leithan Malraux, con un gran arreglo floral en las manos y una retorcida sonrisa en su rostro. Pamela sintió que su estómago se tensaba nada más verlo

