MALDITO INFELIZ NARRA ALEXEI RHYZOV. —Pakhan, tenemos problemas en el almacén norte —Vladimir habla a través del teléfono. Miro la hora en mi reloj de pulsera. Van a ser las ocho de la noche. Chasqueo la lengua y maldigo por lo bajo. —¿Qué tan grave es? —Los rebeldes le han prendido fuego. Hemos podido apagar el incendio, pero una buena parte de la mercancía ha sufrido daño. —¿Cuánto? —Una cuarta parte —responde. —Blyat! (¡Mierda!) Lo hemos manejado lo más privado posible, para que nadie se entere de lo que está pasando. A pesar de haber llevado a cabo la dichosa boda, los ataques no han cesado y, de hecho, se han incrementado. Suceden casi a diario. Por eso me he perdido durante noches, arreglando los problemas que esos hijos de puta ocasionan. El problema es... que esta noche n

