¿Qué fuego violento inundará el alma? ¿Qué rico deseo desbloqueará su puerta?

2635 Words
A diferencia de como solía ser retratado, el Dios de la tormenta tenia una apariencia mas bien tenebrosa, muy diferente a la de su hermano, el Dios del Mar; no le gustaba dejar ver del todo su rostro y por ello su corona funcionaba casi como una mascara también, se fusionaba bien con su forma de ser mas cruel, aunque eso lo llevaba a aburrirse fácilmente de muchas cosas, así que cuando su hermano llego pidiéndole ayuda para acercarse a los humanos no dudo ni un segundo en darle la ayuda que requería, por ello escuchaba fascinado el relato del otro cuando se encontraron en medio del oscuro bosque, su emoción era tanta que incluso bajo su corona se vieron destellos dorados provenientes de sus ojos que parecían rayos. — Quiero acercarme también — dijo ensanchando su sonrisa—, sus mujeres deben ser hermosas. — Tú no sabes como ocultar tu verdadera apariencia, seria todo un caos si te acercas, además, las asustarías — aseguro. — ¿Cómo podría? Tú no las asustas y somos idénticos — poso la mano sobre su pecho fingiéndose ofendido—, soy igual de atractivo que tú. — Claro, la sonrisa de desquiciado y la cara cubierta enamora a mas de una — se burlo Zehres—, mejor vuelve a casa, me comunicare si necesito algo de ti y detén la lluvia no lo repetiré — hizo hincapié puesto que seguía lloviendo sobre ellos. — Eres aburrido — apretó los dientes con molestia—, cuando se enteren de lo que haces tendrás problemas, así que trátame mejor si quieres que guarde tu sucio secreto. Los cristalinos ojos se posaron en el gemelo, no hubo necesidad de decir nada, la simple mirada le decía todo, cuando sus pasos volvieron al Dios oscuro, fue que desplego las alas para apartarse de su hermano mientras reía con una creciente burla, dio un par de vueltas en el cielo y movió sus brazos como si dirigiera una orquesta para disminuir la lluvia, no la haría cesar, pero si bajaría su agresividad. Einar quien se puso de pie una vez se sintió mejor camino al balcón, admiraba la luvia que bajaba su ritmo, aunque no fue eso lo que llamo tanto su atención si no la criatura que desaparecía en el cielo, bajo la mirada cuando fue otra persona quien llamo su atención, alzo la ceja al ver a ese Dios, sus miradas se cruzaron y en cuestión de segundos ya estaban frente a frente en el balcón. — Ah, eres el Dios que quiere a mi hermana — comento como si nada, Einar. — Me llamo Zehres — no le molestaba que el chico viera su verdadera apariencia—, hoy llegue como un herido, tus padres no me dejaron muchas opciones. — Si, han sido muy restrictivos con Nyra, era de esperarse que vinieras, además tienen esa manía de querer decidir nuestro futuro. — Asumo que lo dices por tu compromiso, escuche la cena. — Si, es una total molestia, no me agrada en lo absoluto esa mujer — suspiro con pesar—, no se como hare para romper tal compromiso. — Cásate con alguien más — ofreció—, hay muchas mujeres que gustosas se casarían con el príncipe heredero, solo escoge alguna y cásate. — Lo haces sonar tan fácil, pero no puedo hacerlo así nada más, como lo dijiste soy el heredero al trono — se adentro en la habitación—, por cierto, he guardado el collar que me diste, no se en que momento debo dárselo a mi hermana, ya tiene demasiados zafiros. — Se lo daré en una ocasión especial, por ahora solo usa una perla que le obsequie, es para protegerla. — ¿Protegerla de qué? — De otros Dioses — respondió directamente—, tu hermana es una mujer especial, para mí significa todo, pero para otros puede significar solo un objeto valioso, te lo podre explicar mejor después, alguien viene, nos veremos luego — sin esperar respuesta del lobo desapareció. Einar se giro a la puerta de su habitación que se abría, corrió a la cama para retomar su posición de príncipe enfermo, si se daban cuenta de que se encontraba mejor iban a forzarlo a convivir con esa molesta hada, así que tenia que seguir aparentando, quien entro fue su madre que se acerco a revisar la temperatura del chico que parecía estar dormido. — Se que estas despierto — dijo su madre—, y se que tu hermana te dio el hechizo. — Nunca puedo ocultarte nada, madre — abrió los ojos. — Entiendo que no quieres casarte con ella, pero tu padre esta completamente decidido con esto, solo trata de entender un poco, si la conoces mas y convives, seguramente te enamoraras — acaricio su mejilla—, mañana es la fiesta de tu hermana, intenta darle atención a la princesa Carlin, no puedes encerrarte en una decisión si no le das la oportunidad. — ¿Tu conociste a padre antes de casarte? — pregunto — No, lo conocí el día que nos casamos, pero entonces las cosas eran muy diferentes, nosotros queríamos que ustedes se conocieran antes para que pudieran convivir— Elarimil se sentó a un lado de su hijo—, no fue fácil mi matrimonio al principio, no sabíamos como convivir, pero todo mejoro y los tuvimos a ustedes, son la mayor prueba de amor en nuestro matrimonio, por eso te pido que le des una oportunidad. — Lo hare solo porque tú me lo pides, madre — tomo la mano de su progenitora y beso el dorso de la misma—, si no funciona tendrán que perdonarme, pero no continuare con el matrimonio. — Yo misma desharé el trato aunque nos cueste la alianza — se acerco a besar la frente de su hijo—, nunca olvides que siempre estaré de tu lado, mi cielo. — Mamá — Einar busco el abrazo maternal—, gracias de verdad. — Ahora descansa, mañana será un día muy ocupado. Se puso de pie volviendo a arropar a su hijo mayor como solía hacer cuando era más pequeño, aunque Elarimil siempre daba el mismo amor a sus cuatro hijos, su primogénito podía ser quien mas buscaba el cariño de su madre, volviéndolos muy unidos entre sí, por esa razón ella sentía que de cierta forma había herido el lazo que mantenía con su hijo, lo mismo que la orillo a tener esa conversación con él. La mañana sorprendió al reino con un clima mejorado, la lluvia había cesado por lo que la guardia real pudo patrullar por el pueblo con mayor facilidad, iban en compañía del rey, su cuñado y el príncipe heredero que usaba una capa esa mañana cubriendo así su cabeza, se condujeron hasta la zona donde los derrumbes predominaban y al notar que había una amenaza, Keith fue donde su hijo. — Por favor levanta una barrera para evitar algún derrumbe, servirá para que tu hermano observe como se hace — pidió y luego llamo a Aelon—, ven, tienes que aprender de tu hermano mayor, después esto será tu trabajo. — Si, padre — Aelon se coloco cerca de su hermano. — Intenta que no te alcancen las flamas — advirtió Einar. El mayor de los hijos alzo las manos y empezó a invocar el fuego mágico que se elevo en toda el área de problema, las flamas se ondeaban debido al aire que corría esa mañana, Aelon dio un paso atrás cuando una de ellas paso cerca de su rostro, pensó que su hermano lo hacía a propósito pero pronto se dio cuenta de que no era así, Einar estaba demasiado concentrado para si quiera pensar en hacerle una broma, apretó los puños formando a partir de la tierra y el fuego una larga barrera que se encargo de retener cualquier derrumbe que pudiera haber. — Joder, esto agota — se quejó Einar cuando su trabajo estuvo hecho. — La próxima vez déjamelo a mí, creo que podré hacerlo bien — pidió Aelon. — De acuerdo, quiero ver que eres capaz — Einar le sonrió posando la mano en su hombro—, como hoy es el baile para nuestra hermana, podrás volver temprano al palacio, tienes que estar presente. — Me daré prisa. — Bien — se aparto para ir con su padre —, termine mi trabajo ¿Te molesta si vuelvo antes al palacio? — Nos vemos ahí, hijo. — Lleva a madre un par de fresas, escuche esta mañana que tenia un antojo inusual de fresas — comento a lo que su padre emitió una risa. — Así lo hare, no te preocupes, ve con mucho cuidado, hijo. Se despidió de su tío también y se transformo en lobo para llegar más rápido al palacio, quería estar un rato en compañía de su madre o de su nuevo amigo Dios si se podía, pretendía darle una sorpresa a su hermana que involucraba a ese sujeto que seguía fingiendo estar malherido en la cama. El Dios estaba mas que fascinado de tener la compañía de Nyra en la habitación, esa mañana había llegado a primera hora con un cuenco de agua caliente, lo coloco en el suelo junto a la cama, así como los ungüentos y un par de vendas limpias. — No tengo palabras para agradecer lo que hace por mí, majestad — dijo Zehres. — Lo hago con gusto — respondió ella sonriente—, te prometo ser cuidadosa, tengo que limpiar la herida. — Me mantendré quieto, lo prometo — se alzo la camisa que usaba dejando al descubierto el vendaje de la noche anterior. — Quitare esto — retiro los vendajes y noto una mejoría en el aspecto de la herida—, sanas rápido, eso es muy bueno ¿De donde vienen todos sanan así? — Si, somos una especie de piratas, muchos descienden de varias especies, yo tengo una madre sirena y mi padre es un elfo, por eso el color peculiar de mi cabello. — ¿De verdad? — pregunto con interés. — Si, aunque no conocí a mi padre, solo se que era un elfo, mi madre me crio sola, así que el mar ha sido mi hogar toda la vida, llegué aquí porque me habían prometido un cambio de mercancía mas fue una trampa, me dejaron a mi suerte y robaron lo poco que tenía. — Pero llegaste conmigo, yo cuidare de ti — aseguro sonriente a lo que el hombre se atrevió a acariciar la mano que lo curaba provocando un sonrojo en la princesa. — Es usted sumamente amable, princesa, prometo permanecer aquí esperando poderme convertir en un guardia suyo, si tuviese una espada ya se la habría jurado solo a usted. — Puedes quedarte como una compañía, no necesitas convertirte en guardia— ofreció con algo de pena—. — Del modo en que usted desee, yo seguiré sus órdenes. — Yo…debo terminar esto — se apresuro puesto que se avergonzó de lo dicho por el hombre. — Discúlpeme por interrumpirla. Ella negó de inmediato y limpio con cuidado el área del abdomen ajeno que estaba lastimado, luego coloco los ungüentos, pensaba que era demasiado fuerte puesto que no se quejo de dolor en ningún momento, eso la hizo feliz porque entonces quería decir que su tratamiento estaba funcionando, aunque después una idea cruzo por su mente a lo que detuvo su tarea para llevar sus ojos curiosos al rostro del hombre. — Ya que dijiste que eres proveniente de las sirenas, tengo una curiosidad — pensaba en como formular la pregunta sin ser atrevida— ¿Necesitas agua? Me refiero a respirar dentro del agua o nadar de vez en cuando. — Si, pero suficiente será para mi con pasar un tiempo dentro de una bañera. — ¿Seguro? Yo…bueno…no puedo llevarte al mar, mis padres me prohíben ir a esos lugares… — ¿Por qué? — pregunto él — Dicen que son lugares peligrosos, aunque yo anhelo conocer ese lugar, siento como si me llamara, cuando el agua toca mi piel es una sensación extraña, no sabría cómo explicarlo. — ¿Cómo si pertenecieras al agua? — ¡Si! ¿Te pasa lo mismo? — miro con ilusión al mayor. — Si, me pasa exactamente lo mismo — Zehres esbozo una sonrisa a la chica. — Ojalá pudieras ir a mi baile esta noche, es una mascarada, pero tienes que sanar primero. — Me siento sumamente halagado tan solo por la invitación. Cuando termino la curación le acomodo la camisa con cuidado, después recogió todo dejándolo en la puerta para que las mucamas se lo llevaran, pensaba mucho en decir algo, pero no sabía cómo hacerlo, se sentía demasiado cómoda en presencia de él, no entendía como era posible ya que apenas lo había conocido, pero debía ser el destino o al menos eso pensaba así que se giro para volver a su lado. — Cuando sanes, llévame al mar — pidió tomándole las manos lo que sorprendió al Dios encubierto. — Lo que desee mi dulce princesa — respondió sujetando por igual sus manos. — Es una promesa ¿Sí? — Le doy mi total palabra de que cumpliré su deseo, es una promesa. Sus ojos se perdían entre sí, podían sostener sus miradas sin problema alguno, parecía algo mágico para ella, no podía creer que acaba de pedirle aquello, mas no se arrepentía de su atrevimiento, cuando pudo finalmente desviar su mirar se aparto sin querer hacerlo en realidad, volvió a repetirle que hubiera deseado que fuera a su fiesta y se marchó, una vez fuera, Zehres se alzo sintiendo su pecho arderle, era una sensación maravillosa que lo hizo sonreír con amplitud, después de unos minutos sumidos en su pensamiento fue abruptamente sorprendido por Einar que entraba sujetando un paquete en sus manos. — Ten, ponte esto — dejo la caja en la cama. — ¿Qué es? — Cumplirás lo que mi hermana quiere, estarás en el baile, si pregunta le diremos que te cure con magia — destapo la caja dejando a la vista un traje color azul grisáceo—, mi hermana recibirá muchos invitados esta noche, muchos nobles han esperado este evento para proponerse a ella, así que tendrás que resaltar entre todos. — ¿Quiénes son mis mayores competencias? — pregunto poniéndose de pie inmediatamente. — Yo diría que Julien Avari y Narciso Morgoth, han estado detrás de ella desde hace años, Nyra es muy distraída, no se da cuenta o finge no hacerlo, pero estoy seguro de que hoy buscaran la atención de mi hermana. — ¿Qué color de vestido usara Nyra? — Creo que es azul pastel, ama todas las tonalidades del azul así que con este llamaras su atención, aunque seguramente muchos caballeros usaran el mismo color para llamar su atención. — Bueno, esto es mas gris que azul, funcionara igualmente — tomo la chaqueta para observarla mejor—, seria mas llamativo si pudiera entrar en mi verdadero ser, pero me he propuesto algo y no puedo desviarme de ello. — Te vere mas tarde, entonces, toma un baño, pedí que te preparan la tina — señalo la puerta al cuarto de baño. — Antes de que te vayas, déjame pedirte un favor — detuvo al lobo que se estaba retirando—, cuando yo entre asegúrate de que ella repare en mi presencia. — No te preocupes, tenlo por hecho. Einar se retiro y un emocionado Dios corrió al cuarto de baño, se sentía lleno de vida, esperaba con todo su corazón causar una respuesta positiva en su amada Nyra cuando lo viera llegar a la mascarada, se aseguraría de que lo reconociera.
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