Luego, él la miró intensamente, bebiendo con la vista cada centímetro de piel expuesta, desde los senos generosos que se agitaban con cada respiración, su vag¡na afeitada y hasta las piernas de la joven ligeramente abiertas en una invitación para que se uniera a ella. Virginia lo miró con ojos muy abiertos, con su pecho subiendo y bajando agitadamente bajo el influjo de la excitación que la invadía. Sus grandes senos se movieron de lado a lado estando algo temblorosa. Elevó una mano para acariciar el rostro de Elian, sintiendo la áspera sombra de su barba rasposa contra sus dedos tímidos. Esos terrenos íntimos eran totalmente nuevos para ella, pero la excitación que sentía era abrumadora. —Entonces, ¿serás solo mía esta noche por primera vez? —inquirió Elian con voz grave, clavando su m

