Compañía Mac& Caster —Señor Archibald, ya los sobres han sido entregados —anunció Thomas Harrison, con voz cansada. En la oficina de Archibald Lancaster se encontraba Thomas, el fiel asistente de Abraham Lancaster, con sus ojos cansados detrás de los vidrios de sus anteojos los cuales delataban las largas horas que había trabajado, y también Jade, quien estaba sentada despreocupadamente sobre el escritorio de Archibald. La noche anterior, habían llegado a una peligrosa tregua. Archibald había descubierto que detrás de la apariencia apacible y buena de Jade, se escondía una oponente letal. Ella lo había amenazado con revelarle al abuelo Lancaster que Archibald la había “abusado $exualmente” y que estaba embarazada, exigiendo que abortara a su único nieto. ―Le diré a la prensa que abusas

