Pasaron tres días en los que Erin rechazaba cada una de las llamadas de Steven, gracias al cielo él no había tenido la osadía de buscarla, por que la respuesta sería la misma. Ella no deseaba más problemas en su vida de los que ya tenía. El intercomunicador de la oficina sonó y Lucas le pidió que fuera a su oficina. —Dígame… —Lucas sentía extraño cada vez que ella lo llamaba por “usted” siendo que habían compartido hasta la cama. —Necesito que hagas algo por mí, mi chofer te esta esperando en la entrada del edificio, compra el ramo de flores más enorme y hermoso que veas, el que más te guste y llévalo a esta dirección por favor—le entregó una pequeña nota con una dirección y un nombre en sus manos. Erin alzó la ceja, esta era otra mujer diferente a la de la vez pasada, ¿con cuantas

