Me sentía horrible, tenía que actuar rápido o esos dos terminarían matándose, eran golpes tras golpes y cada vez más fuertes. Parecía una pelea de lucha libre o boxeo. No sabría decir con exactitud cuál de los dos estaba ganando, porque los dos eran poderosos en esto. Los ojos de Deavon eran completamente rojos, este no parecía el, aunque maldición que digo, ¡ni siquiera lo conocía bien! Cómo podía afirmar yo que este no parecía el, ¿y si de verdad ese era el verdadero el? Aunque algo dentro de mi, me decía que no era así, que algo pasaba. Me acerqué a ellos con la intención de separarlos, pero retrocedí rápidamente al ver que casi me golpean. -¡Sasha! ¡Deavon! - nada. - ¡Maldición deténganse! - me estaba comenzando a sentir rara, mis emociones estaban chocando, sentía como t

