Capítulo 4 .¿Ahora Javi?

1123 Words
Parece que el destino, el ambiente lo que sea me impide regresar esta noche a mi casa a cerrar ciclos. Javi y yo regresamos dentro de su acogedora casa. Yo me quito la chaqueta y el la bufanda y el gorro. Respiro profundamente, no es culpa de nadie, no es culpa de Javier ni mía. Simplemente la tormenta no nos deja continuar. Si obligo a Javier a conducir asi, será un s******o. Las cosas serian diferente si estuviera sola. -Mañana a primera hora vamos-dice Javi al notar mi cara de derrota, asiento ¿Qué más puedo hacer? Javier regresa a su lectura, yo voy al cuarto de el a continuar durmiendo. Estoy agotada mental y físicamente. Aunque hace nada dormí, parece que no me sirvió de nada con ese fatal sueño que tuve. Desgraciadamente mi mente no deja de pensar, en ¿Qué hubiera pasado, ¿sí? No hubiéramos peleado o si le hubiera dicho que no fuera al trabajo y arregláramos nuestros problemas. Tantas posibilidades. Pero el pasado no se puede cambiar. Es lo malo de una linea temporal. Enciendo la televisión, quiero callar mi mente con lo que sea. Pongo el canal principal de noticias, vaya los presentadores si son unos idiotas, están entrevistando un científico que desmiente la contaminación ambiental. ¿De qué hablas? Se que este pais es libre, pero hay hechos científicamente comprobables. No cualquier persona estudia 20 años la contaminación para que una persona diga, todo es mentira. Jeremy era un defensor de la naturaleza, era vegetariano, compraba su ropa en tiendas amables con el medio ambiente y los productos de aseo. Suspiro, todo me recuerda a él. Paso el canal, no quiero seguir escuchando a esos estúpidos. Pongo Netflix, todos los fines de semana veíamos una serie juntos. ¡diablos! ¿Qué hare para dejar de pensar en él? Su hermosa cara, sus ojos verdes vienen a mi mente. Pongo un anime al azar, los animes normalmente me distraen de la realidad, no creo que naruto me haga acordar a Jeremy o los caballeros del Zodiaco. Pongo Violet Evergarden. Parece que el anime es de guerreros. Poner esa serie fue la peor decisión de todos los tiempos. En resumen, la protagonista llamada Violet es utilizada como un arma de guerra en su infancia por un comandante. Ella se enamora cada vez del comandante y en la última misión el muere y ella queda sin brazos. Algo tremendamente trágico. La guerra termina. Un amigo del comandante la acoge en su casa, le da un empleo como Auto Memory Dolls, que son mujeres que encargan de escribir cartas a los seres queridos. Violet cada capítulo recordara al comándate y las últimas palabras que fueron “te amo”. Con cada carta que escribe aprende más sobre sus sentimientos. La serie costa de 13 capitulo, cada uno de 30 minutos. En cada capítulo lloro, no sé qué tendrá las historias japonesas, pero son hipnotizantes.  Se que nadie recomienda cuando estas triste, escuchar música triste o ver un pelicula triste porque empeorara las cosas y si la gente tiene razón. Después de terminar de ver los trece capitulo, me privo en un llanto profundo contra la almohada. Recordando el amor que le tenía a Jeremy. ¿Qué pasara con ese amor? Al final la protagonista encuentra su propósito de vida a pesar de no tener al comandante en su vida. ¿lo poder hacer? Después del llanto y las preguntas existenciales, caigo en un sueño profundo. Esta vez siento una calidez como si alguien me diera un brazo. Estoy en un pueblo, una señora gordita con canas me abraza. Por primera vez, me siento segura y amada-mi pequeña niña, estoy contigo-dice la señora, aunque no la conozco siento una inmensa paz a estar con ella. Veo a mi gato naranja al lado de la señora, el me maúlla- ¿Dónde estoy? -le pregunto al gato, esperando una respuesta, el vuelve a maullar. Abro los ojos. Creo que me estoy volviendo loca. Estoy sudando frio, me siento en el borde de la cama  y reviso el reloj son las 2 00 am. Bajo por un vaso de agua, mi garganta está seca, me siento desorientada no se si fue por ese sueño o por la pesadilla que estoy viviendo. ¿Quién era esa señora? Nunca en mi viada la habia visto. Mientras bajo al primer piso, escucho que Javi está tosiendo duro. Me dirijo hacia la sala para verificar su salud, hay sangre por todos lados. El esta tumbado en el piso, tosiendo. Rápidamente lo tomo en mis brazos y lo siento, la sangre vino de su boca y nariz. No sé qué hacer, creo que está teniendo un ataque. El aún esta despierto- ¿Javi estas bien? -que pregunta tan estúpida digo, el niega con la cabeza. La sangre continúa saliendo de su nariz, voy rápido por un trapo y lo empiezo a limpiar. Pero, el continúa botando sangre. ¡Diablos! Si el sigue así, va a morir desangrado. Tomo la bufanda, el gorro y la chaqueta y se la coloco. Debemos ir al hospital lo antes posible. Veo por la ventana que la tormenta por fin a parado. Tomo a Javi entre mis brazos y lo cargo hasta el auto. Lo pongo en el asiento del acompañante. No te lo puedes llevar. Solo me queda el. suplico a Dios. Le pongo el cinturón de seguridad. Me devuelvo por mis zapatos, no me habia dado cuenta que estaba descalza. Cierro la puerta, y un fuerte viento sopla haciéndome templar. Voy al auto, el sigue consciente. Enciendo el auto pongo la calefacción y arranco hacia el hospital -resiste, Javi -a mitad de camino se desmaya. - ¡oye! -grito, a ver si reacciona- ¡no me puedes dejar sola! -nada, el inconsciente, falta una cuadra para llegar al hospital. Las lágrimas empiezan a caer por mi mejilla. Llego al hospital, trató de limpiar rápidamente mis lágrimas y salgo de carro, abro la puerta de mi acompañante, le quito el cinturón y lo cargo a la entrada del hospital. Él tiene su saco y su cara llena de sangre. - ¡Ayuda! -grito- ¡por favor, alguien que me ayude! Dos enfermeros se acercan, reciben el cuerpo de Javi, de repente llega la doctora Ruiz, la encargada del área de cancerología- ¿Qué paso? -me pregunta, mientras ponen el cuerpo en una camilla. Tartamudeo, Agua Santa, respira-No lo sé, él estaba en la sala leyendo y empezo a toser, perdió mucha sangre, no sabía que hacer-fueron las únicas palabras que pude decir entre lágrimas. La doctora Ruiz con los enfermeros entran a un cuarto dejándome en la sala de espera. Javier está muy mal. Nunca habia visto un ataque tan grave.
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