Ricardo Aranda era un hombre divorciado de 50 años, aunque aparentaba un poco menos de edad, era un importante juez del país con una larga trayectoria en la imposición de justicia, habían comenzado como policía, luego se graduó de abogado y con el tiempo consiguió prestigio y su importante puesto, siempre conduciéndose con rectitud y honestidad y muy diferente a su sobrino Luis Roberto, de quien hacía tiempo no sabía nada, solamente sabía lo que su hermano le contaba por las llamadas telefónicas que realizaba una que otra vez. A través de esas llamadas supo que su sobrino había estado hospitalizado a causa de un disparo, y ahora que su hermano y su cuñada ya no estaban, se sentía responsable de lo que le pasara a Luis Roberto, de quien no se sabía nada desde hace días, lo cual le causaba u
