Errores Mortales Capítulo 1.

3603 Words
Errores Mortales Autor: Yilfred J. Rivero Z. Prólogo Errores Mortales es una historia llena de corrupción, poder, codicia, placer y dolor, donde la justicia y ley son dejadas en segundo lugar; lo que abre camino a que una sociedad se sumerja en la ignorancia y la desigualdad. Las ambiciones de algunos personajes se aprovecharan de la necesidad de otros sin embargo sera la mismísima corrupción quien tomará el control para hacer justicia y esclarecer la verdad de manera muy oportuna y de forma muy conveniente. Lo que no sera suficientemente convincente antes la opinión pública. La familia Sánchez son empresarios millonarios que han construido toda una fortuna en un corto período de tiempo, son conocidos por sus generosas contribuciones a las organizaciones benéficas, además gozan de mucha influencia, inmunidad ante los diferentes sectores de la sociedad Venezolana. Sin embargo un error mortal interrumpe su historia lo que ocasionará un suceso fatal que dejará al descubierto públicamente muchas verdades ocultas. capítulo 1 Una llamada ingresa al Servicio Regional de emergencia en la ciudad de Valencia, Venezuela el viernes 15 octubre de 2016, a las 22:00 Horas, con 15 minutos, el operador de turno, un hombre caucásico de 42 años de edad que se encontraba en su lugar de trabajo sentado chateando con su celular a través de f******k, con una chica 15 años menor que él con la cual mantenía conversaciones muy seductoras durante sus aburridas jornadas de trabajo, jamás espero ser interrumpido a esa hora de la noche por una llamada. El operador pensó antes de levantarse a coger el teléfono, ya que se encontraba cargando su celular junto a la puerta de la oficina a unos metros del teléfono donde ingresaban las llamadas de emergencia, los problemas con el pin de carga y batería lo obligaban a adoptar posiciones muy incómodas para poder recibir batería y así poder continuar chateando a través de su celular sin que éste se apagara. Sorprendido por la llamada, piensa que se trata de adolescentes que luego de embriagarse comienzan a llamar para molestar o quizás se trataba de una estrategia más de su esposa, una enfermera de 47 años, la cual se encontraba sumida en la desesperanza, debido a su desgaste físico y mental por los bajos ingresos que aportaba a su familia, y los problemas personales que tiene con su esposo, el cual sospecha le era infiel debido a que este ya no le prestaba ningún tipo de atención, incluso la pareja tenía mas de 1 año sin tener relaciones sexuales. Finalmente, aquel operador decide no contestar, continuando con su apetecible conversación y de pronto piensa: — Si es una emergencia, llamarán de nuevo. Además, sabe que es el único operador y trabajador en toda la oficina encargada de recibir las llamadas de emergencia, es decir, nadie podría delatarlo. Nuevamente el viejo y sucio teléfono repicó por más de un minuto y nadie contesto sin embargo, el interlocutor no se rindió tan fácil y marcó nuevamente, una y otra vez. Hasta que aquel lujurioso y apasionado hombre camino a paso apresurado, tomó el teléfono y por fin contestó con una voz de desprecio y fastidio: — ¡Alo, buenas noches! Servicios de Emergencia Regional de Valencia, ¿en qué puedo ayudarle? Y así, de manera desesperada, responde un hombre con voz temblorosa, el cual no podía respirar bien, además, debido a la escasa señal y mala comunicación, no era posible entenderle lo que éste trataba de decir, por lo que el operador entiende rápidamente que se trata de una emergencia real e intenta calmar a aquel hombre para poder escucharle. — ¡Señor, cálmese por favor!, Digame, ¿qué le ocurre? — Preguntaba el operador, luego de levantar el teléfono. — ¡Necesito ayuda, es mi esposa!, ¡Mi esposa! ¡Mi esposa! — asintió, rompiendo en llanto aquel extraño sujeto. — ¿Que pasa con su esposa? ¡Por favor! Trate de calmarse, para poder ayudarle. — ¡No despierta, no respira, creo que esta muerta! — seguía diciendo aquel extraño hombre, con voz muy preocupada. — ¡Digame su dirección! ¡Rápidamente! — ¡Urbanización Villa laguna, mansión Sánchez! — ¡Nombre señor, digame su Nombre! — ¡Víctor Sánchez! — ¡Víctor Sánchez!!!! Señor, ¿usted me esta hablando en serio? — decía el operador, muy sorprendido. — ¡Sí, idiota de Mierda!, ¿ahora mismo que puedo hacer? Mi esposa no tiene pulso. El operador, sabiendo que trataba de un importante empresario dueño de la cadena de súper mercados más importantes de toda la región central del país, se puso muy nervioso ya que sabia que tardo muchísimo para contestar aquella llamada, así que muy asustado dijo: — Señor, quedese donde esta, presione fuertemente el pecho de su esposa de forma repetitiva, tendrá en su casa a los paramédicos en 10 minutos. Luego de colgar la llamada rápidamente se levantó de su asiento y se dirigió a la oficina donde se solicitaban los paramédicos y ambulancias lleno de nervios dijo a la encargada de enviar el equipo de ayuda aquella noche: — Son los Sánchez tienen una emergencia, la señora Sánchez no tiene signos vitales y su esposo llamó desesperado. En lo que aquella mujer dijo: — La emergencia debe esperar, nuestros paramédicos y nuestras ambulancias ya se encuentran ocupadas. El departamento de transporte que conformaba el servicio Regional de Emergencia de Valencia una ciudad que cuenta con la zona industrial más grande de Venezuela sólo contaba con dos ambulancias en estado óptimo; una de ellas se encontraba en la autopista regional del centro, atendiendo un accidente de tránsito hace más de una hora y la otra ambulancia se encontraba cedida a un acto político que tenia lugar en Caracas- Venezuela, la ayuda se encontraba lejos de la mansión de los Sánchez. Este operador decide contactar con la Policía Nacional por lo que no pierde tiempo y utiliza la línea directa que posee el Servicio de Emergencia Regional de Valencia, llama en dos oportunidades sin obtener éxito por lo que decide hacerlo una tercera vez rogando a Dios alguien atendiera, hasta que por fin su llamada es atendida por un oficial un poco pedante e insoportable el cual responde: — ¡Sí, diga! — ¡Señor oficial! le habla el operador de guardia en el Servicio Regional de Emergencias 911. — ¡Identifíquese rápido! — dice el oficial con un tono de arrogancia, pensando “¿qué querrá este idiota?", ya arruinó mi siesta. — Eduardo Moreno, operador certificado 12.962. — Dígame ¿En dónde ocurre y cual es la situación? — Urbanización Villa laguna Mansión Sánchez Adulto medio Mujer ¡No presenta signo vitales! — ¡Lo siento, pero no somos el servicio de Emergencias! Adiós... — dijo ese hombre arrogante para finalizar con la llamada. — Espereeeee!!!!! — gritó el operador muy nervioso y asustado — ¡Sabe que sí a los Sánchez les ocurre algo todo el Servicio de Emergencia va quedar envuelto en una gran demanda! — Usted lo ha dicho el Servicio de Emergencia no la Policía Nacional cambio y muera — Le dijo sarcásticamente y en burla aquel oficial de seguridad al angustiado operador detrás de la llamada — ¡¡Escuche bien oficial!! Mañana habrá un escándalo en todos los medios de comunicación electrónicos y convencionales yo me encargaré de notificar que solicité ayuda de usted y que no quiso ayudar ésta llamada esta siendo grabada, el Gobernador lo sabrá personalmente de mi boca, cambio y fuera. — ¡Espereee!, ¡desgraciado! — dijo el oficial muy molesto — Haré lo que pueda y le aseguro que me cobraré cada una de sus amenazas. En ese momento, el operador trancó el teléfono y sonrió aliviado, teniendo la certeza de que aquel oficial haría todo para atender a los Sánchez además tenía rato queriendo poner a un policía en su sitio y este momento fue oportuno, la policía ha perdido el respeto y la consideración de una nación completa, que no logra establecer la diferencia entre malos y buenos, la fiscalía venezolana se encuentra repleta de denuncias contra efectivos policiales y la nación intenta cada vez más tomar la justicia por sus propias manos. El oficial Meléndez es un hombre obstinado y vil su carácter detestable y su contextura robusta le habían hecho conseguir una reputación de ser un oficial de temer, aquel hombre alto, fuerte que infundía temor en el pasado ahora solo era un don nadie, quien nunca logro ser aquel gran capitán que había deseado ser, debido a su conducta indebida y total desvinculación política. Ahora solo trabaja frente a un escritorio lleno de papeles y denuncias con trámites burocráticos desfasados en la realidad institucional actual. Aquella noche las amenazas de aquel operador le recordaron lo miserable que ha sido su vida padre de una estudiante de medicina desaparecida en el año 2004 que aun no logra ser ubicada por el departamento de inteligencia Meléndez se culpa así mismo por la desaparición y posible muerte de su hija ya que siente que sus abusos de poder como policía allanaron un camino con pocos amigos y muchos enemigos siendo su hija Samanta de 23 años de edad presa de una venganza. Este oficial recuerda cada día como su vida se vino a pique cada vez mas dos años después la madre de su hija lo acusó de maltrato y violencia de género ya que éste tomaba con frecuencia e inhalaba cocaina, cuando su mujer le pidió el divorcio no la tomó en serio y solo le gritó: ¡recuerda que yo soy la autoridad! sin embargo un juez los divorció en 7 meses tras comprobarse años de abuso contra su esposa además de infidelidades constantes; Meléndez quedo sin nada lo perdió todo. Un años mas tarde muy ebrio y drogado le disparó al nuevo novio de su ex esposa este pudo salvarse debido a que aquel pistolero estaba tan dopado que apenas pudo sacar un arma y hacer un disparo antes de caer al piso y convulsionar, Meléndez sufrió un evento cerebro vascular producto del abuso del alcohol y alcaloides de cocaína en su sistema además que no pudo lidiar con el hecho de ver a su mujer con otro hombre que no fuese el. La fiscalía no acuso a Meléndez de intento de homicidio si no de un accidente casero entre viejos amigos aquel hombre fue amenazado de ser vinculado con sustancias ilícitas por miembros de la Policía Nacional amigos de Meléndez; dejándole claro lo que le pasaría si admitía que el oficial Meléndez le había disparado un día Martes de carnaval en la Plaza Bolívar sin mediar palabras mientras caminaba con su sobrina de 12 años y su nueva novia el hombre no tuvo mas opción que hacer lo que estos oficiales le dijeron sabia muy bien que su vida corría peligro nuevamente. A cambio Meléndez paso a ser un oficial de escritorio y tener que mentir constantemente para sostener el papeleo que justificaba la operatividad de la sede Regional de la Policía Nacional. Luego de meditar acerca de su miserable vida mientras veía su desteñido uniforme sentado en su rechinante silla, decide coger su teléfono de trabajo y marcarle a la patrulla que cumple la función de realizar patrullajes nocturnos por toda la zona. Cada noche, una patrulla de la Policía Nacional es asignada para cubrir patrujalles nocturnos en la ciudad sin ingresar a los suburbios, dado que son zonas controladas por los delincuentes estos vigilan cada espacio de los sectores mas populares y a través de intimidación y terror le impiden a los policías o cualquier funcionario de las fuerzas policiales el acceso a sus lugares de control. Si la policía decide ingresar a esta zona puede ser fatal para ellos que recibirán una lluvia de balas de parte de los delincuentes sin medir palabras. Se dice entre la comunidad que los delincuentes y la policía mantienen acuerdos no escritos donde la policía tiene prohibido el ingreso a los barrios que rodean Valencia. Aquella patrulla se ubicaba en una discoteca en el centro de la ciudad con el fin de justificar la noche fuera del comando y no patrullar zonas comanches como le llamaban entre ellos, estos oficiales de turno no desaprovechan la oportunidad de cobrar una sustanciosa comisión al dueño de la discoteca para ofrecerle "protección". Además, prometen no molestar por el permiso de menores de edad para ingresar a la discoteca y el consumo de sustancia ilícitas dentro y alrededor de las instalaciones de la misma. El oficial Quintero y el Sargento Miranda eran los encargados de aquellas rondas tan buenos compañeros pero tan diferentes en personalidad. Quintero era un jovencito alto, rubio con ojos verdes de solo 23 años que solo llevaba dos años trabajando en la Policía Nacional, luego de no poder tener éxito en la Marina ni en el FAES debido a el incumpliendo de los reglamentos institucionales; un tatuaje en su antebrazo derecho y dar positivo por consumo de Cannabis Sativa no le permitió ingresar a la Armada Venezolana luego del chequeo semanal le hicieron expulsar de la académica de FAES, debido a la falta de personal logró ingresar a la Policía Nacional, le importaba muy poco los malos salarios ya que en la calle siempre lograba hacer dinero muy fácilmente. El Sargento Miranda llevaba mas de 20 años en la Policía de hecho formaba parte de la desaparecida Policía Metropolitana y luego fue ubicado para aportar oficio y experiencia en la reciente creada Policía Nacional, los días de gloria ya habían pasado para el, sin embargo se sentía feliz de hacer su trabajo el cual realiza sin meterse en mayores circunstancias problemáticas, este sargento de 41 años de edad se sentía tranquilo no le preocupada la inseguridad de las calles pues sus tres hijos habían dejado el país hace mas 6 meses junto con su esposa. Para el oficial Meléndez fue muy fácil ubicar la patrulla muy cerca de la Urbanización Villa Laguna a menos de un kilometro de la mansión Sánchez. El oficial les pide su apoyo y estos se niegan de forma inmediata con la excusa de que no tienen permitido moverse de la zona por su seguridad, sin embargo luego de informarles a donde se trasladarían estos sonríen pensando que tajada pueden sacar de toda esta situación y si los Sánchez pueden ser muy generosos y agradecidos con ellos por lo que aceptan ir hasta la mansión. Aquella noche el operador contaba con mucha suerte su ineficiente reacción al coger la llamada le tenia muy angustiado pero en el fondo sentía algo de tranquilidad ya que hablar con el oficial de la Policía Nacional le ayudaría, apenas colgó su teléfono un trabajador de servicio ingreso para informarle que la ambulancia había llegado así que se levantó como rayo hasta la oficina de al lado y solicitó la intervención de inmediato de la ambulancia en la emergencia adyacente. Hasta ahora todo había resultado muy bien para el nadie había notado su ineficiencia por lo que decidió dirigirse a su oficina y así poder descargar una foto que su joven y lujuriosa amiga de f******k le había enviado de sus hermosos senos, al amanecer solo seria una noche mas volvería con su histérica esposa y los Sánchez estarían bien y quizás hasta la señora Sánchez le enviaría un presente por su compromiso y eficiencia. Los paramédicos molestos camino a la mansión de los Sánchez comentaba entre sí: — Señor Félix yo le apuesto que si se tratara de ir a naguanagua a sacar de emergencia a mi tía Carmen me dicen que esta ambulancia es solo para emergencias —dijo David. —Pero, David yo honestamente no comprendo ¿como los Sánchez no poseen una ambulancia privada o llamaron a una clínica? Contesta el señor Félix quien se encontraba conduciendo la ambulancia —Además, la sede se encuentra al otro lado de la ciudad, fijate que el sábado pasado entregue mi guardia y justamente saliendo de recursos humanos me llama mi mujer diciéndome que a mi hija de 5 meses no le bajaba la fiebre, le dije a Desiree la flaquita de recursos humanos que me llevaran en la ambulancia hasta mi casa y luego nos dejaran en el central y me respondió que no estaba autorizada de firmar la salida de una ambulancia si no se trataba de una emergencia "y que por ordenes de Irene" - dice el paramédico Julio poniendo en duda lo dicho por Desiree — Pero, ¿tú no llamaste a Irene? —cuestionó Félix. —¡Julio, tenías que llamar a Irene! —exclamó David. Julio responde con algo de rabia e indignación. —Muchachos, por favor. ¡Yo tengo dignidad! Mientras tanto, al otro lado de la cuidad en la mansión de los Sánchez el señor Víctor Sánchez, trata de revivir a su esposa de forma desesperada como se lo indicó el operador del 911 sin embargo no logra tener ningún tipo de éxito. Confundido estresado y desesperado en un último intento por ayudar a su mujer intenta levantarle para llevarla al hospital pero el cuerpo de su mujer se encuentra en un estado de profunda inconsciencia lo que le imposibilita poder levantarle del piso de su jardín es entonces cuando escucha una sirena es la ambulancia del 911, el señor Sánchez deja a su esposa tendida en piso de su jardín junto a la piscina y corre hacia la entrada para permitirle el ingreso a los paramédicos pero se sorprende cuando en la puerta de su mansión no se encontraban los paramedicos si no la policía, el señor Sanchez mirando a los dos oficiales de la Policía Nacional con desprecio y arrogancia les dice: — ¡Pero que hacen ustedes en mi casa! ¿Quien les ha llamado? ¡Mi mujer necesita un médico no policías emergencia me dijo que enviaría ayuda! Aquellos oficiales quedaron atónitos ante el trato déspota del millonario y a pesar de su autoridad, no pudieron evitar sentirse como cucarachas. Estaban frente al hombre mas poderoso de la cuidad su esposa se encontraba en apuros y éste solo se comportaba como un grandísimo coño de su madre. Aquellos dos oficiales sólo intentaban sobrevivir cada noche en una ciudad controlada por la delincuencia y solo podían intentar ser amables con este influyente millonario. El oficial Quintero el joven de 23 años el cual ha sabiendas frente a quien estaba pensó: — si soy amables el señor Sánchez algún día quizás me puede tomar en cuenta para ser su seguridad personal. Por lo tanto le dijo amablemente intentando controlar la situación: — Somos la ayuda en este momento emergencia no cuenta con unidades disponibles y por tratarse de usted un operador nos contacto ya que somos la unidad más cercana, venimos a ayudarle. — ¡Ineptos! ¡Primero no contestan luego envían a la policía! —dijo el Señor Sánchez —¡Un momento señor! ¡Cálmese entiendo su situación pero no le voy a permitir que nos falte el respeto! — exclamó el Sargento Miranda. Hace menos de un mes el señor Sánchez fue extorsionado por un presunto oficial del SEBIN, no confiaba en la policía no quería dejarles pasar hasta que de pronto noto luces que se acercaban era la ambulancia del 911 es entonces es cuando dice a los oficiales sin mirarlos a la cara: — ¡Adelante pueden entrar! Los oficiales de la Policía Nacional llegaron al jardín exuberante de aquella esplendorosa mansión y pudieron notar el cuerpo tendido de la hermosa señora Sánchez el Sargento Miranda corrió hacia ella la toma he intenta levantar en lo que el oficial Quintero intervino para decir: — ¡Alto detente los paramédicos están ingresando con la camilla son ellos quienes deben hacer eso! En ese momento los paramédicos se abrieron paso dando los primero auxilios a la señora Sánchez. El Sargento Miranda no podía dejar de imaginarse cómo sería de feliz viviendo en aquella hermosa Mansión, su entrada estaba cubierta con porcelanato color canela la cual era interrumpida por un piso de porcelana color merengue a la izquierda de la entrada se ubicaban las escalera que conducían al segundo piso, del cual colgaban candelabros y cortinas púrpuras a lo largo de un pasillo que se extendía hasta el interior de la casa, un pasillo lleno de cuadros, con obras y pinturas Europeas, hasta llegar a la cocina; una cocina de estilo Italiano con una gran variedad de utensilios dignos de un chef al final de la misma se encontraba aquel dulce y colorido jardín lleno fragancias de flores que se sumaban a una hermosa e iluminada fuente con una piscina desde el interior con aguas azules donde se refleja aquel cielo estrellado de Noviembre. La fantasía de todo ser humano. El oficial Quintero no paraba de observar el Rolex de oro que posaba en la muñeca izquierda del señor Sánchez luego pudo notar que aquella mujer llevaba un diamante colgando en su cuello y un anillo de oro de matrimonio en ese momento intentó ver el anillo del señor Sánchez pero este no lo llevaba consigo, aquel oficial no le dio mayor importancia a aquel detalle por lo contrario solo pensaba — ¡Qué afortunados son los paramédicos, quizás cuando la señora Sánchez despierte pueda perder su anillo y collar camino al hospital! —aquellos oficiales habían olvidado por completo en que estaban. hasta que uno de los paramédicos con mas experiencia se tendió exhausto en el jardín y dijo: —¡Esta mujer lleva mas de 20 minutos sin signos vitales! ¡esta muerta! Su esposo quedó paralizado sin decir una palabra, mientras todos discutían sobre qué hacer.....
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