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Gage
La cama era suave, las sábanas frescas y tersas, y la almohada como una nube. El sol brillaba y se sentía tan bien estar…
¡Dani!
Mi brazo se deslizó por el espacio vacío en el que había estado toda la noche. Mis sentidos de cazador se pusieron en alerta. Se había ido. Salté de la cama y miré en el baño. Estaba vacío. Dándome la vuelta, prácticamente arranqué la puerta de las bisagras y corrí por el largo pasillo de la casa de Bryn.
—¡Dani! —grité mientras avanzaba, mis pies golpeando la fría madera y la suave alfombra mientras corría. Al salir del pasillo, me detuve, prácticamente derrapando en la entrada de la habitación principal de la casa. Una unidad de comunicaciones estaba en la pared y una gran sala de estar daba a la pantalla. Reconocí el canal oficial de noticias e inf
